Profesor cubano califica de positiva la recién promulgada ley migratoria en la isla y dice que traerá como resultado un incremento de la emigración legal.
La cantidad de cubanos que emigran legalmente a México y otros países aumentará como efecto de la legislación recién promulgada por el gobernante Raúl Castro, según el ex diplomático y profesor titular del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Jesús Arboleya.
Entrevistado por el diario mexicano La Jornada, Arboleya admitió que “el derogado permiso de salida era uno de los anacronismos más grandes” y dijo que “la también eliminada carta de invitación, que surgió para garantizar la seguridad de las personas en el exterior, terminó como una excusa para cobrar derechos”.
Arboleya, quien suele identificarse con las opiniones del gobierno de Castro, calificó de positiva la ley porque “sepulta la idea, ya superada en el discurso oficial –dijo–-, de que quien vive fuera es enemigo del sistema y además es muy popular, porque refleja la opinión de la mayoría”.
Sin embargo, reconoció que aunque “el emigrado” puede volver a la isla, tener trabajo y comprar casa, “aún no se le reconoce su libre retorno, lo que en definitiva es el factor que va a regular realmente el flujo migratorio”, indicó.
Arboleya explicó que "la emigración cubana, que tiende a volverse endémica, surge del desbalance entre el capital humano formado en Cuba y la capacidad de absorberlo en el mercado laboral interno, tendencia que se manifestaba ya desde los años 80. La nueva legislación facilita la inserción de esa fuerza de trabajo en el exterior, al permitir que la salida no signifique un rompimiento con el país.
Entrevistado por el diario mexicano La Jornada, Arboleya admitió que “el derogado permiso de salida era uno de los anacronismos más grandes” y dijo que “la también eliminada carta de invitación, que surgió para garantizar la seguridad de las personas en el exterior, terminó como una excusa para cobrar derechos”.
Arboleya, quien suele identificarse con las opiniones del gobierno de Castro, calificó de positiva la ley porque “sepulta la idea, ya superada en el discurso oficial –dijo–-, de que quien vive fuera es enemigo del sistema y además es muy popular, porque refleja la opinión de la mayoría”.
Sin embargo, reconoció que aunque “el emigrado” puede volver a la isla, tener trabajo y comprar casa, “aún no se le reconoce su libre retorno, lo que en definitiva es el factor que va a regular realmente el flujo migratorio”, indicó.
Arboleya explicó que "la emigración cubana, que tiende a volverse endémica, surge del desbalance entre el capital humano formado en Cuba y la capacidad de absorberlo en el mercado laboral interno, tendencia que se manifestaba ya desde los años 80. La nueva legislación facilita la inserción de esa fuerza de trabajo en el exterior, al permitir que la salida no signifique un rompimiento con el país.