Aires de cambio en Cuba presos en “cápsula del tiempo"

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Un edificio de microbrigadas en Pinar del Río.

Un estadounidense que recién visitó la isla ve que la sociedad está cambiando, pero la infraestructura, no.
Durante una visita hecha en marzo pasado a La Habana, un estadounidense dice haber sentido caminando por las calles del Vedado la “misma ansiedad” que se experimenta cuando el ser humano se topa con un sitio donde nada de lo que se palpa es “natural u orgánico”.

Eric Goldman, profesor de la Universidad de Santa Clara, en California, destaca en el primero de una serie de tres artículos escritos para la revista de negocios estadounidense Forbes lo que él califica de “influencia opresiva” de la arquitectura oficial cubana.

Goldman describe su recorrido por las calles de la capital de la isla como una caminata “a través del modelo en tres dimensiones de la plantilla diseñada por un planificador municipal del gobierno, concebida hace décadas”.

Hace muchos años, precisa, alguien decidió cuál debía ser el esquema de diseño con paradas de autobuses de concreto esquina tras esquina junto a restaurantes administrados por el gobierno. “La sociedad está cambiando—dice—pero la infraestructura, no”.

Goldman añade que uno escucha con frecuencia decir que Cuba está atrapada en una “cápsula del tiempo”, y explica que en parte eso significa que la infraestructura del país está congelada porque el gobierno no tiene con qué reemplazarla para que refleje la cultura moderna.

“El tiempo en gran medida se ha paralizado en Cuba desde los años 1960, pero el cambio está en el aire”, apunta, y anticipa que “cuando en la isla no haya ningún Castro en el poder”, seguramente el gobierno de EE.UU. aflojará más las restricciones que frenan el turismo estadounidense.

Su conclusión es que “más turistas estadounidenses significarán más dólares, expectativas superiores en el nivel de servicios, y –presumiblemente—mejoras infraestructurales acordes con las especificaciones modernas”.

Goldman cree que quien desee ver y experimentar el socialismo de Cuba debe apurarse, porque esa ventana de oportunidad “se está cerrando rápidamente”.