Lo que colma el desastre de la vivienda

ARCHIVO. Varias personas con cubos y tanques hacen cola en un "Punto de agua".

Cerca de cuatro millones de viviendas están en regular o mal estado en Cuba: Súmele los problemas del acueducto, el alcantarillado, los servicios comunales...
El régimen cubano ha confesado que de unos 3,7 millones de viviendas, alrededor del 39% se encuentra en regular o mal estado.

Aunque esa cifra parece estar minimizada, no puede reflejar ni remotamente la situación habitacional de la población, ya que no incluye los sistemas de acueductos, alcantarillado, servicios comunales, redes eléctricas ni transporte.

Con solo abordar los sistemas de acueductos y alcantarillado se puede tener una idea bastante abarcadora del triste panorama actual.

La red de acueductos del país tenía en 2008 más de 20 200 kilómetros, de los cuales el 80% se encontraba en mal estado, y al iniciar el 2011 se perdía el 58% del agua bombeada debido a la mala situación de las redes, 18% en las conductoras, 20% en las tuberías y 22% dentro de las viviendas.

En julio de 2012 se informó en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) que continuaba existiendo una pérdida del 58% del agua bombeada; y que solo por la pérdida del 22% en los hogares la población dejaba de recibir 93,5 litros diarios per cápita, de los 100 litros diarios mínimos requeridos.

Pero el 7 de septiembre de 2013 directivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos informaron en una Mesa Redonda que se continuaba perdiendo el 58 % del agua bombeada debido a la fuga por conductoras antiguas en mal estado.
Hay que decir que el mal estado de las redes no solo limita el suministro del líquido, sino que posibilita la entrada en los hogares de virus, bacterias y parásitos, lo cual provoca hepatitis, enfermedades diarreicas y otras afecciones.

Es muy limitado el acceso de la población a zapatillas, grifos, válvulas y otros productos para racionalizar el uso del agua. En el país solo hay una fábrica de estos herrajes en Guanabacoa y la oferta en pesos cubanos (CUP), moneda con la que se les paga a los trabajadores, es muy limitada, por lo que las personas que tienen los recursos deben acudir a tiendas de divisas, y en muchas ocasiones esa es la única opción. Además, el servicio de plomería no existe y la mayoría utiliza trabajadores ilegales para resolver sus necesidades.

Según el censo de 2002, el 78% de la población tenía acceso al agua potable mediante conexiones a las redes, pero seis años después, en junio de 2008, esta cifra bajó a un 75%.

La capital presenta una de las peores situaciones en este sentido. De 4 000 kilómetros de redes, el 75% requería rehabilitación en 2005. Muchas de las tuberías llevan más de 100 años bajo tierra. Pero el problema sigue sin resolverse y en febrero de 2011 permanecía en mal estado técnico en La Habana el 70% de las redes.

El 48% del agua que entra en las viviendas de la capital se pierde por fugas en cisternas y el deterioro de tuberías y herrajes. En 2005, el 35% de la energía generada en la capital se empleaba en botar agua.

Algunas obras en acueductos han resultado muy problemáticas, como lo fue el de Manzanillo, con numerosas deficiencias, y el de Santiago de Cuba, donde Raúl Castro hizo un gran ridículo al prometer que esa ciudad tendría agua las 24 horas del día en 2008, y cuatro años después, dijo que no había que apurarse por la palabra empeñada -la suya, por supuesto-.

La situación de los alcantarillados es incluso peor. En 2008 la cobertura de saneamiento por las alcantarillas cubría a 4,4 millones de pobladores, solo un 38,8%; por fosas o letrinas, 6,3 millones, para un 56,3%, y 551 personas -el 5%- no la tenía.

Para esa fecha solo se trataba el 30% de los albañales evacuados, y de las 840 000 fosas sépticas del país solo se realizaba esta operación anualmente en 250 000, por lo que debían esperar tres años y cuatro meses como promedio para ser limpiadas.

En La Habana, con 2,2 millones de habitantes actualmente, el sistema de alcantarillado vigente fue concebido para solo 600 000 personas, pero a lo largo del país hay peores situaciones en muchos pueblos y ciudades que carecen de ese sistema.

Como parte de esa crítica situación hay que mencionar los vertederos: de 994 existentes en el país, en julio de 2012 operaban 209 a cielo abierto y el 11% de los residuales no recibía tratamiento. La mayoría no tiene cerca perimetral, por lo que el acceso de animales y personas es un riesgo epidemiológico.

Muchos otros asuntos agobian a la población, como el transporte, la alimentación y el fluido eléctrico, pero con lo expuesto basta para tener una idea del panorama asfixiante que embarga al grueso de los cubanos.

(Publicado originalmente en Primavera Digital el 10/15/2013)