Un notable incremento del síndrome boca-mano-pie, -una especie de erupción combinada con fiebre y otros síntomas que afectan sobre todo a los niños-, está preocupando a médicos y activistas en Cuba.
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La enfermedad, -que suele durar entre siete y diez días-, es causada fundamentalmente por un enterovirus llamado Coxsackie (A16 y enterovirus 71). No hay un tratamiento específico y afecta sobre todo a menores de cinco años, aunque puede aparecer en adolescentes y adultos.
Los médicos recomiendan solamente controlar la fiebre y el dolor, y usar antihistamínicos, si hubiera picazón. También indican no confundirlo con la fiebre aftosa del ganado. No se transmite por tocar mascotas.
La principal forma de contagio es por vía fecal, oral, respiratoria si hay contacto con las secreciones directamente y a través de objetos contaminados. La higiene durante el cambio de pañales a los pequeños y el lavado de las manos son clave para su prevención.
El periódico oficial Granma publicó a mediados de octubre un reporte en el que alude a la enfermedad y sus síntomas, entre ellos fiebre, decaimiento, pérdida del apetito y dolorosas llagas. Especialistas entrevistados recomendaron entonces extremar las medidas higiénicas.
Cubanos opinan
El doctor de Santiago de Cuba, Arnoldo de la Cruz, explicó a Radio Martí cómo está incidiendo la enfermedad en la isla.
"Hay bastante caso y a diario se reportan muchos más, sobre todo en niños que están en instituciones cerradas, en círculos infantiles, escuelas semi-internas es donde más se está viendo esta afección", aseguró.
"Por lo general no hay otra situación que comprometa la vida de ningún enfermo", aclaró De La Cruz.
En Villa Clara, el cuentapropista Yoel Espinosa comentó: "Los círculos infantiles son lugares donde los niños siempre tienen catarro, lugares propicios para el desarrollo de estas enfermedades, todas contagiosas".
"Por mucho que se quiera mantener la higiene, esos salones de niños que son de entre 15, 20, 25 juntos ahí, no se garantiza la limpieza a pesar del esfuerzo que tratan de realizar los trabajadores", expresó.
Espinosa aseguró que en ocasiones los propios empleados compran con su dinero productos como cloro y frazadas de piso.
La activista de Sancti Spíritus, Yorsikelin Sánchez, explicó que la incidencia de este y otros virus se incrementó "a partir del paso del huracán Irma" por la isla en septiembre pasado.
"La Cuba de hoy no es la Cuba de antes, no está limpia, las calles están sucias, las fosas están reventadas, las calles a veces puedes ver que están botando agua (...) es el abandono tan grande que tenemos", comentó.
(Redactado a partir del reporte de Adriel Reyes)