La orden fue clara en Varadero, donde muchos empleados viven en la cercana Cárdenas, azotada por la epidemia.
Según informan empleados de la industria turística sus jefes les han advertido que en caso de que conversen con turistas extranjeros, o aun con cubanos, sobre la epidemia de cólera o cualquier otra, perderán sus empleos.
La orden fue clara en la industria turística de la playa de Varadero, por vivir muchos de sus empleados en la cercana ciudad de Cárdenas, cuyo carnaval suspendió el Gobierno por la epidemia.
El Gobierno guarda secreto sobre la epidemia de cólera que reconoció en el 2012 y luego declaró en falso extinguida, precisamente cuando comenzaba a extenderse. Ahora se encamina a hacerse endémica.
También calla sobre el dengue y la actual epidemia de paludismo, un secreto cuyo objetivo es impedir que disminuya el turismo extranjero. Y secreto causante de que se extendieran por el país estas enfermedades erradicadas de Cuba a fines del siglo XIX: la negativa estatal a reconocerlas impidió a las autoridades sanitarias declarar cuarentena en los territorios asolados por la epidemia.
En Cuba, los meses de junio, julio y agosto, debido a su calor tórrido y lluvias, son históricamente meses de enfermedades diarreicas y tropicales, y coinciden con una temporada turística desde el extranjero.
Varadero es puerto libre, recibe anualmente cerca de 1 millón de visitantes, tiene una de las infraestructuras hoteleras mayores de la región del Caribe y aporta al Gobierno del 30 al 40% de los ingresos del sector turístico.
El Estado cubano no protegió sus fronteras de la importación de estas enfermedades. Luego, con su habitual secretismo, impidió aislar los territorios con brotes para prevenir que se propagaran por el país, y ahora se concentra en sus métodos históricos de apartheid: aislar a los turistas extranjeros de cualquier cubano, para que no conozcan la realidad nacional.
(Publicado por el Centro de Información Hablemos Press)
La orden fue clara en la industria turística de la playa de Varadero, por vivir muchos de sus empleados en la cercana ciudad de Cárdenas, cuyo carnaval suspendió el Gobierno por la epidemia.
El Gobierno guarda secreto sobre la epidemia de cólera que reconoció en el 2012 y luego declaró en falso extinguida, precisamente cuando comenzaba a extenderse. Ahora se encamina a hacerse endémica.
También calla sobre el dengue y la actual epidemia de paludismo, un secreto cuyo objetivo es impedir que disminuya el turismo extranjero. Y secreto causante de que se extendieran por el país estas enfermedades erradicadas de Cuba a fines del siglo XIX: la negativa estatal a reconocerlas impidió a las autoridades sanitarias declarar cuarentena en los territorios asolados por la epidemia.
En Cuba, los meses de junio, julio y agosto, debido a su calor tórrido y lluvias, son históricamente meses de enfermedades diarreicas y tropicales, y coinciden con una temporada turística desde el extranjero.
Varadero es puerto libre, recibe anualmente cerca de 1 millón de visitantes, tiene una de las infraestructuras hoteleras mayores de la región del Caribe y aporta al Gobierno del 30 al 40% de los ingresos del sector turístico.
El Estado cubano no protegió sus fronteras de la importación de estas enfermedades. Luego, con su habitual secretismo, impidió aislar los territorios con brotes para prevenir que se propagaran por el país, y ahora se concentra en sus métodos históricos de apartheid: aislar a los turistas extranjeros de cualquier cubano, para que no conozcan la realidad nacional.
(Publicado por el Centro de Información Hablemos Press)