El Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) advirtió que la isla enfrenta un 80% de probabilidad de ser afectada por un huracán y un 90% por una tormenta tropical en lo que resta de la temporada ciclónica de 2024.
Expertos consultados por Martí Noticias señalan que el pronóstico está dentro del rango normal.
“Cuba está en el camino de los ciclones tropicales. Estos suelen formarse sobre el Atlántico o sobre el Caribe y por un efecto de Coriolis, por un efecto de la circulación general de la atmosfera, tienden a bordear Cuba”, dijo el meteorólogo Alfredo Finalé.
El experto indicó que ese movimiento de los vientos y corrientes marinas es el que hace que la mayoría de los ciclones tropicales que avanzan hacia Cuba realicen una curva en su trayectoria hacia el golfo de México, generalmente cuando se encuentran sobre la región occidental de la isla.
En los próximos meses se prevén condiciones oceánicas y atmosféricas propicias para la formación de ciclones tropicales en la cuenca del Atlántico Norte, que incluye el Golfo de México y el mar Caribe, y se espera la formación de 15 tormentas tropicales en el área, de las cuales nueve podrían alcanzar la categoría de huracán.
Finalé llamó a los cubanos a estar informados ante la cercanía de cualquier organismo ciclónico. “Independientemente de que se pronostique una temporada activa o muy poco activa, siempre hay que estar preparados”, advirtió.
Según el Insmet, la posibilidad de un nuevo evento La Niña-Oscilación del Sur a partir de septiembre u octubre podría contribuir a una mayor actividad ciclónica.
Otro factor de incidencia es la alta temperatura de la superficie del mar en la franja tropical del Atlántico norte. Los modelos de pronóstico indican que ese calentamiento puede persistir durante los próximos meses de la temporada ciclónica.
Desde el 1 de junio se han formado en el Atlántico cinco tormentas tropicales: tres en junio y dos en agosto. Tres alcanzaron la categoría de huracán: Beryl, Debby y Ernesto. Debby dejó lluvias e inundaciones.
Pero históricamente, los meses de septiembre, octubre y noviembre son los de mayor actividad ciclónica en el Caribe. Durante esta época, Cuba ha sido afectada por varios huracanes de gran intensidad, como Mitchell (2001), Iván (2004), Wilma (2005), Irma (2017) e Ian (2022).
La mayoría de los ciclones tropicales que azotan la isla dejan a miles de personas sin hogar. En Pinar del Río, una de las provincias más afectadas en las últimas décadas, las autoridades han reconocido retrasos de más de diez años en la entrega de viviendas a los damnificados.
Cubanos consultados por Martí Noticias dijeron sentirse desprotegidos ante la llegada de fenómenos naturales. Cuba, que vive su peor crisis económica en décadas, no tiene recursos para afrontar las pérdidas que estos provocan.
En 2022, el huracán Ian causó daños a más de 100.000 viviendas en Pinar del Río. Según cifras del Ministerio de la Construcción, un año después solo se había recuperado el 43% de estas.
Aunque el Gobierno cubano prometió ayuda a los damnificados para reconstruir sus viviendas, muchos de ellos tuvieron que resolver por su cuenta.
En el oriente de la isla numerosas familias afectadas por huracanes como Sandy (2012) y Matthew (2016) también continuaron viviendo por años en condiciones de precariedad, mientras que otras fueron desplazadas sin poder reconstruir sus hogares.