Eduardo Flamad Sayú, oriundo de la oriental provincia de Granma, es un veterano de la intervención militar cubana en Angola. Con 75 años de edad, trabaja como encargado de jardinería en la empresa Aguas de La Habana y dice tener dos orgullos: su nieta de dieciséis años y dos medallas al valor por su desempeño como jefe de un regimiento de tanques durante sus misiones en el país africano.
Cuando supo sobre las recientes declaraciones del escritor cubano Leonardo Padura, este veterano de guerra que alcanzó grados de primer teniente por sus más de quince misiones combativas, no pudo reprimir su indignación:
“Padura es un tipo irrespetuoso, más ante un tema tan delicado, porque estamos hablando de miles de familias cubanas que sufrieron la muerte de un ser querido".
En la entrevista que concediera al controvertido político español Pablo Iglesias en su programa Otra vuelta de tuerka, Padura llegaría a afirmar que la cifra de muertos en la contienda de Angola “es ridículamente baja para quince años de guerra y la mayoría de los que murieron, murieron por enfermedades o por accidentes, la menor cantidad fue en acciones militares”.
Miembro de la sociedad secreta Abakuá y veterano que cumplió dos misiones durante todo el periodo de la guerra en Angola, Armando Barrientos coincidió en que las afirmaciones del escritor no únicamente mancillaron la memoria de cada soldado cubano que murió “con las botas puestas y en la caliente”, sino que tampoco supo precisar cuáles fueron las causas de esas muertes accidentales.
“Padura tendría que pedir perdón a la familia de mi ekobio Gerónimo, y a cada familia cubana que aún guarda luto por los suyos que murieron en una guerra que nunca entendimos su por qué, ni en qué consistió su victoria”, increpó Barrientos, carpintero de setenta años que actualmente trabaja como custodio de una empresa de elaboración de alimentos en Centro Habana.
En una parte de la entrevista, el novelista cubano afirmaría que “no se puede comparar Angola con Vietnam, porque no se puede comparar una derrota con una victoria”.
La injerencia militar cubana en esa nación africana, que tuvo el nombre de Operación Carlota, se inició en el año 1975, cuando el fallecido dictador Fidel Castro certificara que, ante la invasión por tropas regulares de África del sur “no podíamos cruzarnos de brazos [ni permitir] que el Apartheid se instalara en Angola”.
Se estima que 350.000 hombres salieron de la isla en servicio militar obligatorio con destino a África, y el régimen cubano solo ha reconocido la cifra de 2.077 muertes en el conflicto africano. Un dato que ha sido fuertemente cuestionado por historiadores y veteranos de la guerra, entre ellos Carlos E. Pedre Pentón, con su libro "La guerra innecesaria de 10.000 fallecidos".
Vecino de la barriada Altahabana y padre de un adolescente de 14 años, Reynaldo Falcón Torres cumplió servicios en la guerra de Angola entre 1983 y 1986 como paracaidista de desembarco y asalto en operaciones especiales. Este habanero de 53 años de edad fue condecorado por sus más de sesenta acciones combativas.
“Es bochornoso cómo alguien tan ajeno a lo que sucedió realmente en Angola se tome la atribución y el desparpajo de catalogar de ʻridículamente bajasʼ las muertes ajenas, no importa si estas fueron por accidentes, enfermedades o por acciones de combate. Todo cuanto dijo en esa entrevista está lleno de calumnias e imprecisiones”, lamentó Falcón Torres, quien sustenta a su familia reparando fosforeras y como técnico de sonido ocasional de agrupaciones rockeras.
“Por qué no habló entonces de lo misterioso que resultaba la tardanza del Gobierno en enviar sus muertos a Cuba?”, agregó.
El 6 de diciembre de 1989, en la llamada Operación Tributo, fueron regresados a Cuba los restos de los caídos. Hubo un momento durante los quince años de guerra que el régimen cubano prohibió el traslado de cadáveres a la isla.
Un detalle que Padura pasaría por alto durante la entrevista, donde incluso aseguró haber sido testigo de las “actitudes más mezquinas entre los cubanos”.
“Creo que llegará un momento en que, leyendo opiniones como las de [Leonardo] Padura, la gente no podrá explicarse cómo no recibieron un rechazo más general”, comentó vía correo electrónico el escritor e intelectual cubano Antonio José Ponte, autor del artículo "Padura, un chiste de Pablo Iglesias", publicado en Diario de Cuba.