El gobierno cubano necesita desesperadamente de la inversión extranjera para restañar el resquebrajamiento de su debilitada economía.
Por ello, en cada período de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ministros y asambleístas se esfuerzan para teorizar sobre el “perfeccionamiento del proceso de promoción y atracción del capital foráneo” pero la realidad arroja otros resultados.
Este jueves, en una reunión previa al Octavo Periodo de Sesiones, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, reconoció que la captación de capitales no ha sido la deseada debido el formato de la economía cubana.
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Insistió en el encuentro con diputados que la primera causa del poco éxito de la promoción de las inversiones extranjeras son el embargo de Estados Unidos y el impacto del Covid-19.
“Para que una inversión extranjera sea potente y cumpla con las expectativas de aproximadamente 6 mil millones de dólares anuales en inversión extranjera directa, hacen falta algunas cosas que Cuba se ha demorado en implementar”, indicó a Radio Televisión Martí, el economista Roberto Díaz Vázquez, director de la Fundación Logos, con sede en la capital cubana.
“Y la primera de ellas son las moras que existen en la ventanilla única que impiden que negocios puedan establecerse con una velocidad que les permita realizar una inversión a muy corto plazo. Ahora, al parecer el gobierno cubano ha dado marcha atrás con su política histórica de controles y filtros extremos y está permitiendo que los organismos correspondientes tomen las decisiones en relación con las empresas que tienen que invertir”, dijo el experto.
En este sentido, Malmierca aclaró en la sesión que es en la etapa de negociación y preparación de los expedientes donde se producen las demoras más significativas.
Asimismo, informó que, aunque en los últimos dos años se han aprobado 47 nuevos negocios sólo 25 se han logrado constituir, debido a las demoras de los socios y partes extranjeras para viajar a Cuba y a las dificultades para transferir los aportes iniciales del negocio.
En lo referente a la agilización y captación de la mayor cantidad posible de accionistas extranjeros, Díaz Vázquez argumentó que el gobierno cubano debería “flexibilizar las políticas históricas que, con carácter, digamos, de ingresos y egresos de moneda fuerte, tienen en Cuba”:
“Existe una tendencia histórica a ralentizar los procesos de cobro y los procesos de pago a realizar por las entidades cubanas correspondientes a las empresas mixtas o a las empresas con capital totalmente extranjero que operan en territorio nacional cubano. Esto hace que se desestimulen los potenciales inversores”.
Además, hay una suerte de “incapacidad para comprender el mercado que tiene la economía actual en Cuba”, aseguró el director de la Fundación Logos.
“Quieren ser más dinámicos y ágiles en la captación de inversores, y esto lo pretenden hacer mediante una serie de nuevas estrategias que están siendo efectuadas en la zona Mariel y en la nueva zona de apertura económica Ariguanabo, que también va a funcionar como una zona libre o de libre comercio, donde las mercancías van a tener una estadía mínima y las producciones van a estar avaladas por cero inversión, por cero mora, por cero pagos anticipados y van a poder cobrar muy rápidamente sus producciones o la inversión que realicen va a ser recuperada con mucha rapidez, pues no van a tener las demoras que hasta hoy existen en la economía cubana”.
Los negocios con inversión extranjera en la Isla son, al menos conocidos, 302, de ellos 144 contratos de asociación económica internacional, 104 empresas mixtas y 54 entidades de capital totalmente extranjero.
“Con la parcialización de dolarización, la economía cubana tiene una oportunidad de poder comerciar con empresas internacionales que, con carácter minoritario o con un capital pequeño, pueden realizar inversiones de carácter directo. Incluso se está permitiendo por ley que puedan invertir estas empresas con empresarios privados nacionales. O sea que estamos hablando de una estrategia que, a carácter macro, está llevándose de la mano por parte de ciertos sectores de la economía y sobre todo del sector empresarial militar GAESA”, apuntó Diaz Vázquez.
Sin embargo, el periodista, Dimas Castellanos, especializado en temas económicos, puntualizó que en las condiciones actuales hay demasiados impedimentos para atraer inversionistas.
“Para lograr eso habría primero que permitir a los cubanos invertir en su propio país y, por tanto, abolir la existencia de una ley de inversiones extranjeras, quitarle el apellido, una ley sencillamente de inversión”, apuntó.
“Tampoco existe un mercado interno. No hay posibilidad de repatriación de las utilidades inmediatamente. Ni hay independencia judicial para dirimir cualquier conflicto entre los inversionistas y el Estado”, señaló Castellanos.
“En ese escenario es imposible que haya inversiones extranjeras, sin libertades y con la primacía constitucional que se le brinda a la propiedad estatal sobre la privada”.
“Para lograr inversionistas en Cuba, para alcanzar el monto necesario de inversiones, lo primero que hay que hacer es desmontar el sistema totalitario, rescatar las libertades ciudadanas y aprobar todos los derechos que permitan a los cubanos ser inversionistas en su propio país. Me refiero tanto a los cubanos del exterior como a los cubanos que radicamos dentro de la Isla”, recalcó Dimas Castellanos.