Los cubanos han reaccionado con molestia ante los pésimos resultados económicos anunciados en la Asamblea Nacional del Poder Popular, de los cuales muchos son derivados de la política económica implementada por las autoridades denominada como la "Tarea Ordenamiento".
Los funcionarios anunciaron que la inflación trepó hasta 6.900% en el mercado informal de divisas, que la caída del PIB es del 13% y que hay crisis generalizada en la producción de alimentos, entre otros aspectos.
El ministro de Economía Alejandro Gil atribuyó la caída a "condiciones excepcionales" impuestas por la pandemia y el embargo norteamericano.
"El endurecimiento del bloqueo y la pandemia nos han impuesto condiciones excepcionales. En dos años hemos perdido más del 13% del producto interno bruto".
Mientras Marino Murillo, designado como jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, reconoció que "a la gente no hay quien le hable de la Tarea Ordenamiento".
La política económica, que abarcó la unificación monetaria y del tipo de cambio, la eliminación gradual de subsidios excesivos, y una reforma en los ingresos, fue concebida, según el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para poner "al país en mejores condiciones para llevar a cabo las transformaciones que demanda la actualización de nuestro modelo económico y social, sobre la base de garantizar a todos los cubanos la mayor igualdad de oportunidades, derechos y justicia social, la cual será posible, no mediante el igualitarismo, sino promoviendo el interés y la motivación por el trabajo”.
El mayor defensor de la Tarea Ordenamiento evitó calificar los resultados de buenos o malos y explicó que la simple cuenta que saca la población es "a mi me cuesta la vida más que antes".
Para el economista Elías Amor es importante que los dirigentes cubanos asuman la responsabilidad por haber implementado esta política fallida.
"Reconocer, como hizo Murillo ante los diputados, que la inflación es consecuencia directa de un grupo de medidas que se adoptaron “para ajustar, tal y como se previó pero que tuvieron problemas de diseño y del proceso de puesta en práctica de la unificación monetaria y cambiaria, así como por desviaciones derivadas del difícil contexto que ha vivido la economía cubana” y, por tanto, que no salieron bien, es suficiente para presentar la dimisión y asumir responsabilidades. Nos quedamos esperando", dijo el académico residente en Valencia, España.
En su blog Cubaeconomía, el experto criticó que Murillo "no perdió oportunidad para reproducir los ejes del discurso del régimen, insistiendo que el escenario en que se desenvuelve la economía se ha hecho muy complejo como resultado del recrudecimiento del bloqueo económico de EE. UU., el agravamiento de la pandemia de la COVID-19, y las consecuencias de la crisis económica internacional. No obstante, concluyó igual que como empezó, señalando que la inflación es el principal peligro, y asoció a ella los riesgos derivados de un déficit de la oferta, el incremento de ingresos de la población, que aumenta su demanda solvente, la tasa de cambio del mercado informal por encima de lo oficial, y el elevado déficit fiscal. En su opinión, la devaluación del CUP ha permitido avanzar en el complejo proceso de corrección de los precios relativos en el sector empresarial, y que se produzca una devaluación real, pero el sistema empresarial no ha sido capaz de sacar provecho a la devaluación ni aplicar las medidas diseñadas para hacer más eficiente su gestión. Como siempre, la culpa es de otros. No. Murillo no dice la verdad. La gestión, sobre todo, el diseño inicial de la Tarea Ordenamiento es el auténtico y grave error cometido con las consecuencias que se están viendo, y la responsabilidad es suya".
"Son tiempos que nunca, ni por aquí me pasó porque me eduqué, crecí en este sistema y sin embargo nunca me imaginé que iba a sufrir porque ya lo estamos sufriendo. Yo siento un sufrimiento, yo siento dolor por muchas razones, pero esta como nunca", dijo a la AFP Elda Marina Quiñónez, residente de La Habana.
Otro entrevistado por esta agencia, Delfín Lima, un residente de La Habana, comentó algo similar: "Nunca pasó por mi mente que esta inflación se iba a producir porque, además, ya te digo, para mí no es una inflación provocada por circunstancias objetivas es una inflación provocada por el subjetivismo de algunas personas, particularmente los comerciantes."
"Pónganse de acuerdo porque el día 15 está ahí mismitico y mucha gente va a salir a la calle"
El humorista cubano Ulises Toirac se mofó de los resultados anunciados por Murillo Jorge: "Resulta que los objetivos básicos de la “Tarea Ordenamiento Económico” se fueron como Cuco por el tragante, y no hay que “decir si salió bien o salió mal o parcial pues hay que compararlo con el diseño de la medida” … A ver hijito de Dios: los “expertos” en economía aquí son ustedes y diseñaron un moj**n con pelo y lo implementaron en un momento muy adecuado “después de un arduo análisis de años” en el que se involucraron especialistas de todas las esferas económicas según el miedo que me echaron en el momento de publicar las medidas (que además ni se discutieron en el Parlamento). Los inexpertos gritamos en las redes (y algunos expertos -independientes- en publicaciones especializadas) como papagayos las muchas consecuencias que ahora estamos viviendo gracias a la genialidad del estudio y sus conclusiones, y siempre la respuesta fue un regaño (cambiando el reloj pulsera en cada ocasión), una cara de padre enojado (y obeso) y una defensa a ultranza del famoso “moj**n con pelo”. Y al decursar del (corto) tiempo, resulta que la inflación alcanza el 1200%, el desmedido aumento de los precios en TODOS los renglones (incluyendo la famosa canasta básica) que borró, se burló y trapeó el piso con los igualmente famosos incrementos salariales, la desaparición de artículos del mercado y finalmente la polarización de la acumulación del dinero".
El popular comediante escribió en su cuenta de Facebook: "Y toda esa burumba (como el payaso que cae del trapecio, se desguavina y en el suelo se incorpora rápidamente y abre los brazos sonriendo como si no hubiera pasa’o na) termina en algo muy simple: las capas más indefensas de la sociedad (que debido a la polarización de la que hablamos, es aún mayor) enfrenta un desamparo sin precedentes. Y señores y señoras del jurado: si hay algo por lo que nos exigen sacrificios y silencios es porque en este país “no se deja en el desamparo a los más necesitados”. Así que pónganse de acuerdo porque el día 15 está ahí mismitíco y mucha gente va a salir a la calle por lo que precisamente el doctor en ciencias económicas reconoció anoche en medio de un discurso que a Cantinflas le hubiera quedado más comprensible".
El también humorista Luis Silva, quien encarna a "Pánfilo" en “Vivir del Cuento” escribió: “Me imagino que haya explicado por qué vivíamos más felices desordenados que ordenados. Ese ordenamiento ha sido como tres pandemias más para la familia cubana. Este compañero nunca explicó en las mesas redondas que la gente no iba a poder tomarse ni un refresco, nunca dijo que los fumadores no iban a tener cigarros (ojo no fumo), nunca nos advirtió a cuánto se iba a poner la carne de cerdo”.
En un comentario que se atrevió a publicar en el propio portal oficialista Cubadebate escribió que Murillo “jamás alertó qué tendríamos más monedas que la doble que querían eliminar. Sería bueno nos digas para qué año se verán los resultados de eso que han hecho a ver si mis nietos pueden ver algo”.
Para el economista cubano Pedro Monreal el resultado es simple: "El “ordenamiento” salió mal. La comparación relevante no es con el “diseño” sino con la realidad. El aumento del costo de la canasta de referencia fue mucho más alto (7,9 veces) que el incremento del salario medio (4,4 veces). Encareció el costo de la vida. Lo demás es oratoria".
En su cuenta de Twitter el experto valoró además que cuando los funcionarios dijeron que "la mayor liquidez monetaria se produce en un contexto en que se han “polarizado los ingresos”. Es una manera “piadosa” de decir que el “ordenamiento” ha incrementado la desigualdad".