Por dos domingos consecutivos los militares descargaron sobre los disidentes una violencia desmedida a pesar del carácter pacífico de las protestas realizadas.
El Premio Sájarov 2010 a la Libertad de Conciencia Guillermo Fariñas Hernández ha denunciado al alto mando del gobierno cubano y a Raúl Castro por ordenar agresiones y maltratos contra activistas de derechos humanos, opositores, y Damas de Blanco en la ciudad de Santa Clara durante las últimas semanas.
El disidente dijo que por dos domingos consecutivos los militares descargaron sobre los disidentes una violencia desmedida a pesar del carácter pacífico de las protestas realizadas. Destacó que durante su arresto una persona desconocida por él le dijo que no siguiera hablando del "putinismo".
El putinismo es un término que se usa entre los altos mandos militares de la Isla y según ha expresado Fariñas, actualmente existen varios equipos conformados por catedráticos y profesores del Sistema de Escuelas Superiores del Partido Comunistas de Cuba, que hacen estudios y evaluaciones político-sociales in situ en Bielorrusia, Rusia y Venezuela para la implantación de ese modelo por aquellos que hereden políticamente a Fidel y Raúl Castro.
En el blog Foro Cubanacán Press Fariñas, sociólogo de profesión y periodista independiente señaló en el post Apremiados hacia el Putinismo I y II que "los grupos de think tanks fidelistas son los verdaderos modeladores de la venidera Cuba e intentarán mantener al castrismo sin los Castro. Aquellos que van a heredar políticamente a Fidel y a Raúl Castro, aspiran con el apoyo de sus mentores, a que aquí suceda lo mismo que ocurrió en la hoy desaparecida Unión Soviética, donde se cambió de la noche a la mañana de ideología, pero prosiguieron en los cargos gubernamentales aquellos que ya trabajaban con el anterior sistema político.
O sea, donde los mismos que gobernaron con el comunismo, después se queden a gobernar con el capitalismo, sin que exista el más mínimo sonrojo al cambiar de chaqueta política. Porque la oposición gubernamental era tan débil y estaba tan atomizada, que no pudo hacerle competencia política a los postcomunistas camuflados y convertidos en cívicos demócratas .
Con la designación como Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros del relativamente joven Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien cuenta con solo 52 años, es una clara señal negociadora enviada a los Estados Unidos de América. Porque el joven delfín no tiene las manos manchadas de sangre y por eso es un interlocutor creíble y válido para los yanquis.
Pero una negociación con el gigante del norte implicaría la aceptación de una Democracia Representativa y un juego político abierto, donde los actualmente reprimidos prodemócratas cubanos puedan competir por el poder político. Esto en teoría pudiera ser cierto, pero si se crean las condiciones idóneas para mantenerse en el poder, no hay por qué temer.
Para esto la Direcciones General de Contra Inteligencia (DGCI) y General de Inteligencia (DGI) del MININT en unión con sus homólogas del MINFAR potencializan a figuras disidentes emergentes y suaves, para llegado el momento apoyar este plan. Debido a que lo importante es mantener muy bajo el perfil de condiciones a exigirles a los castristas en la transición por llegar.
De ser así, los prodemócratas cubanos estarán divididos a la hora de negociar con los herederos del castrismo y estos podrán escoger a conveniencia: ¿Con cuáles disidentes me siento a negociar la transición y con cuáles no me siento a parlamentar? Y los totalitarios se sentirán en mejores posiciones de imponer las pautas negociadoras ventajosas a ellos.
Fortalecer la unidad entre todos aquellos que enfrentan públicamente al castrismo debe ser la tarea principal entre los disidentes cubanos.
Existe un quinteto de puntos donde todas las tendencias anticastristas se pronuncian de acuerdo y en estos cinco aspectos es en los que se debe luchar, y las diferencias dejarlas para cuando triunfe la única democracia posible.
Esta proyección politológica que se intenta implantar aquí es denominada Putinismo, en recordación, a que Vladimir Putin fue un alto oficial represivo del KGB y después con las elecciones libres en Rusia, Bielorrusia y Ucrania prosiguieron en el poder a comunistas como él. Con la desaparición de Hugo Chávez los totalitarios cubanos están apremiados al Putinismo.
Guillermo Fariñas en sus viajes al exterior durante los meses de mayo- agosto denunció que el gobierno cubano prepara al alto mando para cuando desaparezcan los Castro implantar un gobierno donde la oposición política sea reconocida y actúe libremente, pero no pueda acceder al poder ejecutivo en juego periódicamente.
El diario The Wall Street Journal publicó en septiembre pasado el artículo 'Cuba estudia el putinismo para consejos de supervivencia', relacionado con la implementación en la isla de varias de las políticas que en la última década ha impuesto en Rusia el presidente Vladimir Putin.
El disidente dijo que por dos domingos consecutivos los militares descargaron sobre los disidentes una violencia desmedida a pesar del carácter pacífico de las protestas realizadas. Destacó que durante su arresto una persona desconocida por él le dijo que no siguiera hablando del "putinismo".
El putinismo es un término que se usa entre los altos mandos militares de la Isla y según ha expresado Fariñas, actualmente existen varios equipos conformados por catedráticos y profesores del Sistema de Escuelas Superiores del Partido Comunistas de Cuba, que hacen estudios y evaluaciones político-sociales in situ en Bielorrusia, Rusia y Venezuela para la implantación de ese modelo por aquellos que hereden políticamente a Fidel y Raúl Castro.
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En el blog Foro Cubanacán Press Fariñas, sociólogo de profesión y periodista independiente señaló en el post Apremiados hacia el Putinismo I y II que "los grupos de think tanks fidelistas son los verdaderos modeladores de la venidera Cuba e intentarán mantener al castrismo sin los Castro. Aquellos que van a heredar políticamente a Fidel y a Raúl Castro, aspiran con el apoyo de sus mentores, a que aquí suceda lo mismo que ocurrió en la hoy desaparecida Unión Soviética, donde se cambió de la noche a la mañana de ideología, pero prosiguieron en los cargos gubernamentales aquellos que ya trabajaban con el anterior sistema político.
O sea, donde los mismos que gobernaron con el comunismo, después se queden a gobernar con el capitalismo, sin que exista el más mínimo sonrojo al cambiar de chaqueta política. Porque la oposición gubernamental era tan débil y estaba tan atomizada, que no pudo hacerle competencia política a los postcomunistas camuflados y convertidos en cívicos demócratas .
Con la designación como Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros del relativamente joven Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien cuenta con solo 52 años, es una clara señal negociadora enviada a los Estados Unidos de América. Porque el joven delfín no tiene las manos manchadas de sangre y por eso es un interlocutor creíble y válido para los yanquis.
Pero una negociación con el gigante del norte implicaría la aceptación de una Democracia Representativa y un juego político abierto, donde los actualmente reprimidos prodemócratas cubanos puedan competir por el poder político. Esto en teoría pudiera ser cierto, pero si se crean las condiciones idóneas para mantenerse en el poder, no hay por qué temer.
Para esto la Direcciones General de Contra Inteligencia (DGCI) y General de Inteligencia (DGI) del MININT en unión con sus homólogas del MINFAR potencializan a figuras disidentes emergentes y suaves, para llegado el momento apoyar este plan. Debido a que lo importante es mantener muy bajo el perfil de condiciones a exigirles a los castristas en la transición por llegar.
De ser así, los prodemócratas cubanos estarán divididos a la hora de negociar con los herederos del castrismo y estos podrán escoger a conveniencia: ¿Con cuáles disidentes me siento a negociar la transición y con cuáles no me siento a parlamentar? Y los totalitarios se sentirán en mejores posiciones de imponer las pautas negociadoras ventajosas a ellos.
Fortalecer la unidad entre todos aquellos que enfrentan públicamente al castrismo debe ser la tarea principal entre los disidentes cubanos.
Existe un quinteto de puntos donde todas las tendencias anticastristas se pronuncian de acuerdo y en estos cinco aspectos es en los que se debe luchar, y las diferencias dejarlas para cuando triunfe la única democracia posible.
Esta proyección politológica que se intenta implantar aquí es denominada Putinismo, en recordación, a que Vladimir Putin fue un alto oficial represivo del KGB y después con las elecciones libres en Rusia, Bielorrusia y Ucrania prosiguieron en el poder a comunistas como él. Con la desaparición de Hugo Chávez los totalitarios cubanos están apremiados al Putinismo.
Guillermo Fariñas en sus viajes al exterior durante los meses de mayo- agosto denunció que el gobierno cubano prepara al alto mando para cuando desaparezcan los Castro implantar un gobierno donde la oposición política sea reconocida y actúe libremente, pero no pueda acceder al poder ejecutivo en juego periódicamente.
El diario The Wall Street Journal publicó en septiembre pasado el artículo 'Cuba estudia el putinismo para consejos de supervivencia', relacionado con la implementación en la isla de varias de las políticas que en la última década ha impuesto en Rusia el presidente Vladimir Putin.