El cubano Maykel Fuentes Valero es psicólogo, lleva cuatro meses preso en el centro de reclusión para emigrados Río Grand de Laredo, Texas, y a fines de abril recibió una orden de deportación después que una jueza alegó “falta de pruebas” en una audiencia en que pudo haber recibido el asilo político.
El juicio tuvo lugar el 25 de abril en Centro de Procesamiento de Laredo, Texas.
Tras pasar su cumpleaños 32 en la prisión el pasado 17 de abril, tiene claro que no quiere regresar a Cuba, de donde decidió partir después que fuera expulsado de su puesto de trabajo en el hospital conocido como Maternidad de Línea (América Arias).
El despido, dijo, fue por hablar con sus colegas de los bajos salarios que reciben los profesionales y sobre su deseo de poder elegir libremente a los gobernantes de la isla.
“Mi juicio duró cuatro horas, ahí está grabado todo lo que yo dije de cómo se vivía en Cuba, de las cosas que pasaban, de lo que me pasó a mí porque yo sé que cada caso es individual (…) yo le expliqué y sentí que ella me entendía pero que no podía hacer nada porque tenía que regirse por la ley”, contó en entrevista telefónica con el periodista Ricardo Quintana, de TV Martí.
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Fuentes Valero es uno de entre los cientos de cubanos que quedaron varados tras el abrupto cese de la política de “pies secos/pies mojados” decretado por el expresidente Barack Obama poco antes de dejar la Casa Blanca en enero pasado.
Según su recuento, llegó a Laredo, Texas, el 12 de enero y un día después decidió “entregarse” a las autoridades migratorias estadounidenses. Había salido de La Habana con una visa de la Comunidad Económica Europea rumbo a México unos días antes.
“Solamente hacía un día nada más que habían terminado el previlegio”, recordó.
“Expuse mi caso frente a la jueza, ella me explicó que entendía mi caso y lo comprendía pero que ella tenía que regirse por la ley”, explicó. “Me pidió pruebas y yo las tenía pero no tenía forma de traducirlas al inglés”.
Tampoco hubo quien lo defendiera: “No tuve la oportunidad de poner abogado. Pienso que con abogado hubiera tenido más chance pero no tenía el dinero”, expresó.
Las autoridades migratorias le han dicho que puede pasar entre tres y seis meses más preso antes de ser deportado o liberado bajo parole con la orden de deportación.
Dispuesto como está a pasar más tiempo preso antes que regresar a Cuba, Fuentes Valero reiteró el mensaje que le dejó a los que decidieron su deportación.
“Yo le dije a la jueza: ‘usted pensará que esto que le estoy contanto es ciencia ficción, pero es la realidad de Cuba. Ellos lo tienen todo tan bien controlado que aparentemente no pasa nada pero sí pasan cosas, yo soy una evidencia de ello’”, dijo Fuentes Valero.
“Si yo no hubiera tenido problemas políticos, yo no habría venido a este país”, agregó.
"Una pesadilla muy mala"
No es el único. De un millar de cubanos que quedaron en la frontera, muchos se han ido entregando a las autoridades migratorias de Laredo, en Texas. Otros están en camino de hacerlo.
Tras poner en marcha la nueva regla migratoria que eliminó los beneficios a los cubanos que llegaban sin visa por tierra o mar, Obama dijo que había informado previamente al actual presidente Donald Trump, quien desde la campaña electoral esbozó su intención de frenar la entrada ilegal de migrantes a EEUU, alegando motivos de seguridad nacional.
En Miami, donde vive la mayor comunidad de cubanos exiliados en Estados Unidos, las opiniones están divididas. Muchos, entre ellos congresistas cubano-americanos, habían solicitado cambios en la ley, alegando que estaba beneficiando a personas que no eran realmente perseguidos políticos. Otros insisten en que en Cuba nada ha cambiado en el orden político y que la ley no debió ser modificada.
“Yo no puedo regresar a Cuba porque ahí todo está registrado y una vez que yo regrese no sé cuáles serán las represalias que tomen conmigo”, concluyó Fuentes Valero.
Desde Caimito, en La Habana, la madre de este joven vive momentos de incertidumbre y dolor.
"Esta es una pesadilla muy mala. Mi hijo es la persona más noble y desinteresada de este mundo. No concibo ver a mi hijito esposado, es injusto", dijo Noemí Valero, a Martí Noticias.