Gracias al mito de la medicina cubana (hoy en franco declive) los profesionales cubanos tienen muy buena acogida en Ecuador.
Al igual que en Venezuela, los médicos cubanos comienzan a hacer legión en Ecuador. Tanto en hospitales públicos como privados, los galenos cubanos prestan sus servicios, sobre todo en aquellas ciudades donde el clima es más cálido y la leyes más laxas, lo que les permite pasar inadvertidos con más facilidad.
En los hospitales públicos ecuatorianos, que han prescindido en los últimos años de los profesionales que no se han alineado con sus tesis políticas, laboran 190 médicos cubanos, y otros 40 en la llamada “Misión Milagro”, una pequeña ciudad situada a una hora de Guayaquil.
El Gobierno ecuatoriano ha invertido la bicoca de USD 17 millones para convenios con profesionales de salud. Pero no todos los especialistas caribeños optan por vincularse a la salud pública. En la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, por ejemplo, atienden unos 20 médicos cubanos, que se quedaron en ese lugar atraídos por su clima y la escasez de especialistas.
La historia de los médicos cubanos con la provincia de Santo Domingo (que por su ubicación geográfica y su gran trasiego de migrantes también es una de las más inseguras del país) data de aproximadamente una década. En ese entonces llegó allí el doctor Carlos Sarmiento, que fundó la clínica Medical Cuba Center, un centro que acoge a profesionales llegados de la Isla.
Según el Colegio de Médicos de Santo Domingo allí trabajan aproximadamente 20 médicos cubanos, sólo 4 de ellos en el sector público.
Gracias al mito de la medicina cubana (hoy en franco declive) los profesionales cubanos tienen muy buena acogida en Ecuador. Su trato afable, en cierto modo paternalista (que importaron de Cuba) los hace queridos entre los pacientes.
Es el caso de un especialista en enfermedades artríticas de Guayaquil (que pide la reserva de su nombre) que atiende un promedio entre 20 y 25 pacientes diarios, en su consultorio privado. Él publica religiosamente en la prensa, todos los domingos, un aviso que reza: “Conocido artrín cubano atiende sus dolencias”. “Fácil, fácil, me hago al mes unos USD 3.000”, me dice el ‘artrín’ en su consultorio, mientras me invita a un café cargado.
Pero para estos últimos (los que no trabajan para el estado) el ejercicio de su profesión se hace más complicado, pues el Ministerio de Salud les pone mil trabas para legalizar sus títulos, e inclusive sus prácticas médicas.
Ecuador mantiene 4 convenios con Cuba a través del Ministerio de Salud Pública, que cobija a profesionales en Enfermería, Medicina Intensiva, Nefrología, Epidemiología, Angiología y Medicina Familiar. De ellos, 190 profesionales de la Isla se benefician. Lo que argumenta el Ministerio de Salud de Ecuador es que “Cuba es un referente en atención y provisión de servicios de salud a nivel mundial, lo que se refleja en varios indicadores”.
En los hospitales públicos ecuatorianos, que han prescindido en los últimos años de los profesionales que no se han alineado con sus tesis políticas, laboran 190 médicos cubanos, y otros 40 en la llamada “Misión Milagro”, una pequeña ciudad situada a una hora de Guayaquil.
El Gobierno ecuatoriano ha invertido la bicoca de USD 17 millones para convenios con profesionales de salud. Pero no todos los especialistas caribeños optan por vincularse a la salud pública. En la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, por ejemplo, atienden unos 20 médicos cubanos, que se quedaron en ese lugar atraídos por su clima y la escasez de especialistas.
La historia de los médicos cubanos con la provincia de Santo Domingo (que por su ubicación geográfica y su gran trasiego de migrantes también es una de las más inseguras del país) data de aproximadamente una década. En ese entonces llegó allí el doctor Carlos Sarmiento, que fundó la clínica Medical Cuba Center, un centro que acoge a profesionales llegados de la Isla.
Según el Colegio de Médicos de Santo Domingo allí trabajan aproximadamente 20 médicos cubanos, sólo 4 de ellos en el sector público.
Gracias al mito de la medicina cubana (hoy en franco declive) los profesionales cubanos tienen muy buena acogida en Ecuador. Su trato afable, en cierto modo paternalista (que importaron de Cuba) los hace queridos entre los pacientes.
Es el caso de un especialista en enfermedades artríticas de Guayaquil (que pide la reserva de su nombre) que atiende un promedio entre 20 y 25 pacientes diarios, en su consultorio privado. Él publica religiosamente en la prensa, todos los domingos, un aviso que reza: “Conocido artrín cubano atiende sus dolencias”. “Fácil, fácil, me hago al mes unos USD 3.000”, me dice el ‘artrín’ en su consultorio, mientras me invita a un café cargado.
Pero para estos últimos (los que no trabajan para el estado) el ejercicio de su profesión se hace más complicado, pues el Ministerio de Salud les pone mil trabas para legalizar sus títulos, e inclusive sus prácticas médicas.
Ecuador mantiene 4 convenios con Cuba a través del Ministerio de Salud Pública, que cobija a profesionales en Enfermería, Medicina Intensiva, Nefrología, Epidemiología, Angiología y Medicina Familiar. De ellos, 190 profesionales de la Isla se benefician. Lo que argumenta el Ministerio de Salud de Ecuador es que “Cuba es un referente en atención y provisión de servicios de salud a nivel mundial, lo que se refleja en varios indicadores”.