La economía de Cuba se cae a pedazos y el periodismo nacional brilla por su ausencia

Portada de este miércoles, 20 de julio, del diario oficial Granma.

el periodismo nacional, educado y amaestrado a presentar pancartas victoriosas y propaganda partidista, mete la cabeza en la arena y hace silencio ante el descalabro nacional.

“Mensaje de Raúl al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega”; “Discurso de Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el acto por el Aniversario de la Revolución Sandinista”; “Díaz-Canel llevó a Nicaragua el abrazo de Cuba” y “Celebró Nicaragua el 19 de Julio, un día lleno de amor y revolución”: son algunos de los titulares de los diarios Granma y Juventud Rebelde de este 20 de julio.

Por su parte, la prensa independiente acreditada, y la no autorizada, reportan desde hace meses los síntomas de una crisis económica nacional que se “oficializó” con el discurso del gobernante Raúl Castro ante el pleno de la Asamblea Nacional cuando dijo que “se proyectaban limitaciones financieras” y “no negamos que pueden presentarse afectaciones, incluso mayores que las actuales”.

Pero el periodismo nacional, educado y amaestrado a presentar pancartas victoriosas y propaganda partidista, mete la cabeza en la arena y abre sus diarios estelares con discursos y celebraciones de aniversarios de revoluciones nacionales o exportadas.

Portada de este miércoles, 20 de julio, del diario oficial Juventud Rebelde.

La poca responsabilidad de estos medios no se queda en la prensa plana, lo mismo sucede en la televisión y los medios digitales del gobierno.

El periodista Fernando Ravsberg, en su bitácora online CartasDesdeCuba.com, denunció que por estos días el “programa estelar del periodismo cubano”, La Mesa Redonda, dedicó “…este espacio informativo a tratar el tema de la contaminación acústica”.

Como si no existieran problemas más graves y urgentes a nivel nacional, como que “los salarios no llegan ni a la mitad del mes, hay escasez de transporte y crisis energética, faltan viviendas y la mitad de las existentes están mal estado, las cosechas de tomate y mango se pudren sin que nadie las recoja, mientras que los precios de los alimentos son prohibitivos”, señala Ravsberg.

La desconexión entre la realidad cubana y la prensa nacional es preocupante, pero no estamos en la década del 60, cuando en la China de Mao más de 45 millones de ciudadanos murieron de hambre y la prensa oficialista solo hablaba de algunos “problemas de subsistencia” mientras que el canibalismo se convertía para muchos en la única salida para sobrevivir.

Estamos en la era de las redes sociales, donde cada ciudadano armado con un celular es un reportero en potencia. En la Cuba de hoy, entre el Paquete Semanal, los blogueros independientes y el periodismo ciudadano, la prensa oficial queda muy mal parada.

Lo único que les queda es ir a vender sus programas de “entretenimiento” a Miami, porque en Cuba hace rato que la gente prefiere otros medios para informarse, aunque tengan que hacer malabares para conseguirlos.