Marino Rivero admite las posiciones que ocupó en Cuba y que se le olvidó mencionarlo en sus solicitudes de visa primero y después en los que tuvo que llenar para hacerse residente.
En mayo de 2009 John Demjanjuk, un criminal nazi de 89 años de edad, fue deportado de Estados Unidos a Alemania. Allí lo condenaron a cinco años de cárcel por haber sido responsable de la muerte de 29,000 judíos.
Demjanjuk llevaba varias décadas viviendo en Estados Unidos y ya era ciudadano estadounidense.
Pero ni sus décadas en el país ni su ciudadanía pudieron impedir que fuese deportado. No fue el único. Fueron muchos los que fueron deportados después de la Segunda Guerra Mundial tanto de Estados Unidos como de varios países de América del Sur.
Ahora tenemos a otro criminal caminando por las calles del sur de la Florida. El coronel Cresencio Marino Rivero, quien estaba a cargo de todas las cárceles en la provincia de Villa Clara en Cuba. Marino Rivero ya tiene residencia americana. Pero todavía pueden deportarlo.
Hay que hacer un paréntesis. No podemos equiparar los millones que murieron en el Holocausto Judío con los miles que han muerto en las mazmorras cubanas. Pero el caso no es de números. Es de criminales que pretenden huir de sus crímenes al irse de su país.
Lo horrible de este caso es que Marino Rivero admite las posiciones que ocupó en Cuba y que se le olvidó mencionarlo en sus solicitudes de visa primero y después en los que tuvo que llenar para hacerse residente. ¡Qué casualidad!
Marino Rivero, un abogado en Cuba dijo al Canal 41 en Miami y a TVMartí que alguien había llenado sus papeles y que él no se había dado cuenta del error.
Agregó que nunca maltrató a los presos políticos en Cuba. Los ex presos políticos rechazan los comentarios de Marino Rivero. Ellos dicen que el excarcelario miente. Lo mismo dicen los disidentes en Cuba.
Ya ha comenzado el proceso para revocarle la residencia a Marino Rivero y después deportarlo. El proceso legal lo maneja un grupo de abogados, entre los que se encuentra Wilfredo Allen. Del lado político están los congresistas republicanos Mario Díaz Balart e Ileana Ros Lehtinen.
Ambas partes señalan los comentarios hechos por el propio carcelario donde dice que en Cuba estuvo a cargo de “supervisor y monitorear el trabajo de los empleados carcelarios en la provincial de Villa Clara”. También admitió que había omitido decir que había sido miembro del Partido Comunista en Cuba.
En su entrevista le dijo al Canal 41 de Miami y a TVMartí que él no les había informado a los funcionarios de Estados Unidos de su pasado. De ahí surgen sus problemas. Tanto el documento que tienen que llenar los que solicitan visas para entrar a Estados Unidos como los que se requieren para convertirse en residente legal hacen preguntas incómodas para un ex carcelario cubano.
Los dos congresistas del sur de la Florida han llevado el caso de Rivero a los más altos niveles del gobierno federal. Escribieron una carta pidiendo la “inmediata expulsión de los Estados Unidos de Cresencio Marino Rivero” a la Secretaria de Estado Hillary Clinton; al Fiscal General Eric Holder; y a la Secretaria del Departamento de Seguridad Nacional Janet Napolitano.
Allen quiere lo mismo, pero él ha ido directamente a las personas encargadas del caso de Marino Rivero.
El abogado sostiene que los documentos que Marino Rivero llenó requieren que haya divulgado que fue miembro del Partido Comunista, y en el caso de los papeles para solicitar la residencia también tendría que haber dicho que él trabajaba en el sistema carcelario en Cuba y que había recibido entrenamiento militar en la isla.
Para obtener legalmente sus papeles Marino Rivero tuvo que mentir o encontrarse con agentes de inmigración que no le preguntaron nada al respecto. Ya se sabe, por admisión del propio Marino Rivero de que él no cumplió los requisitos. Y además, dice que los que lo acusan de maltratar a presos y a disidentes son unos “mentirosos”.
El caso presentado por Allen va a moverse lentamente por la burocracia. De ahí subirá a otras instancias. Estos casos no se resuelven con inmediatez. Pero si hay justicia, Cresencio Marino Rivero debe ser deportado a Cuba.
Demjanjuk llevaba varias décadas viviendo en Estados Unidos y ya era ciudadano estadounidense.
Pero ni sus décadas en el país ni su ciudadanía pudieron impedir que fuese deportado. No fue el único. Fueron muchos los que fueron deportados después de la Segunda Guerra Mundial tanto de Estados Unidos como de varios países de América del Sur.
Ahora tenemos a otro criminal caminando por las calles del sur de la Florida. El coronel Cresencio Marino Rivero, quien estaba a cargo de todas las cárceles en la provincia de Villa Clara en Cuba. Marino Rivero ya tiene residencia americana. Pero todavía pueden deportarlo.
Hay que hacer un paréntesis. No podemos equiparar los millones que murieron en el Holocausto Judío con los miles que han muerto en las mazmorras cubanas. Pero el caso no es de números. Es de criminales que pretenden huir de sus crímenes al irse de su país.
Lo horrible de este caso es que Marino Rivero admite las posiciones que ocupó en Cuba y que se le olvidó mencionarlo en sus solicitudes de visa primero y después en los que tuvo que llenar para hacerse residente. ¡Qué casualidad!
Marino Rivero, un abogado en Cuba dijo al Canal 41 en Miami y a TVMartí que alguien había llenado sus papeles y que él no se había dado cuenta del error.
Agregó que nunca maltrató a los presos políticos en Cuba. Los ex presos políticos rechazan los comentarios de Marino Rivero. Ellos dicen que el excarcelario miente. Lo mismo dicen los disidentes en Cuba.
Ya ha comenzado el proceso para revocarle la residencia a Marino Rivero y después deportarlo. El proceso legal lo maneja un grupo de abogados, entre los que se encuentra Wilfredo Allen. Del lado político están los congresistas republicanos Mario Díaz Balart e Ileana Ros Lehtinen.
Ambas partes señalan los comentarios hechos por el propio carcelario donde dice que en Cuba estuvo a cargo de “supervisor y monitorear el trabajo de los empleados carcelarios en la provincial de Villa Clara”. También admitió que había omitido decir que había sido miembro del Partido Comunista en Cuba.
En su entrevista le dijo al Canal 41 de Miami y a TVMartí que él no les había informado a los funcionarios de Estados Unidos de su pasado. De ahí surgen sus problemas. Tanto el documento que tienen que llenar los que solicitan visas para entrar a Estados Unidos como los que se requieren para convertirse en residente legal hacen preguntas incómodas para un ex carcelario cubano.
Los dos congresistas del sur de la Florida han llevado el caso de Rivero a los más altos niveles del gobierno federal. Escribieron una carta pidiendo la “inmediata expulsión de los Estados Unidos de Cresencio Marino Rivero” a la Secretaria de Estado Hillary Clinton; al Fiscal General Eric Holder; y a la Secretaria del Departamento de Seguridad Nacional Janet Napolitano.
Allen quiere lo mismo, pero él ha ido directamente a las personas encargadas del caso de Marino Rivero.
El abogado sostiene que los documentos que Marino Rivero llenó requieren que haya divulgado que fue miembro del Partido Comunista, y en el caso de los papeles para solicitar la residencia también tendría que haber dicho que él trabajaba en el sistema carcelario en Cuba y que había recibido entrenamiento militar en la isla.
Para obtener legalmente sus papeles Marino Rivero tuvo que mentir o encontrarse con agentes de inmigración que no le preguntaron nada al respecto. Ya se sabe, por admisión del propio Marino Rivero de que él no cumplió los requisitos. Y además, dice que los que lo acusan de maltratar a presos y a disidentes son unos “mentirosos”.
El caso presentado por Allen va a moverse lentamente por la burocracia. De ahí subirá a otras instancias. Estos casos no se resuelven con inmediatez. Pero si hay justicia, Cresencio Marino Rivero debe ser deportado a Cuba.