Además reiteró su interés de dialogar con Estados Unidos pero sin aceptar condiciones
Raúl Castro rechazó las presiones para avanzar más rápido en las reformas económicas en Cuba y reiteró su interés de dialogar con Estados Unidos pero sin aceptar condiciones.
"No ignoramos que quienes nos apremian a acelerar el paso nos empujan al fracaso, a la desunión y a dañar la confianza y el apoyo del pueblo en la construcción del socialismo", expresó Castro ante la Asamblea Nacional -el parlamento- el sábado por la tarde.
La advertencia, dijo el mandatario, es tanto para quienes exhortan cambios "con sanas intenciones" como para aquellos que lo hacen con animadversión hacia el modelo cubano.
El mandatario cubano anunció además que se aprobará en marzo una nueva legislación para "perfeccionar" la inversión extranjera.
"Se trabaja en la elaboración de un proyecto de ley en esta materia (inversión extranjera) que prevemos someter a una próxima sesión de la Asamblea Nacional (Parlamento) que (...) será en el mes de marzo como reunión extraordinaria para tratar este tema y otros más", dijo el gobernante.
El Parlamento cubano, unicameral y de 611 bancas, se reúne ordinariamente dos veces al año, en julio y diciembre.
Al clausurar la segunda y última sesión anual del Parlamento, Castro dijo que el Consejo de Ministros ya "aprobó el perfeccionamiento en la política para la inversión extranjera", que se expresará en la nueva ley, pero de la cual no ofreció mayores detalles.
El mandatario cubano dijo que esa inversión foránea es de "singular importancia para dinamizar el desarrollo económico y social del país".
La ley vigente fue aprobada en 1995 y contempla la inversión extranjera en asociación con el Estado, como fuente de capital y mercado.
En la misma línea, Castro anunció la inauguración a fines de enero de la primera parte de la Zona Especial de Desarrollo en el Mariel, 45km el oeste de La Habana, con la apertura de un megapuerto para barcos de gran calado, que podrán circular en el Atlántico cuando termine la modernización del Canal de Panamá, en 2015.
Esa zona incluye un enclave industrial para el cual Cuba está invitando a empresas extranjeras a invertir.
Esa zona "está llamada a convertirse en un importante polo de la inversión extranjera y al mismo tiempo en un polígono de experimentación de modernas tecnologías, formas y métodos de gestión empresarial", dijo.
Asimismo, Castro, volvió a ofrecer el sábado al Gobierno de Estados Unidos la opción de un "diálogo respetuoso" que no comprometa la soberanía de la isla y consideró que ambos países pueden establecer una "relación civilizada".
"Si en los últimos tiempos hemos sido capaces de sostener algunos intercambios sobre temas de beneficio mutuo (...), consideramos que podemos resolver otros asuntos de interés, establecer una relación civilizada entre ambos países, como desea nuestro pueblo y la amplia mayoría de los ciudadanos estadounidenses y la emigración cubana", afirmó Castro.
"No reclamamos a Estados Unidos que cambie su sistema político y social, ni aceptamos negociar el nuestro. Si realmente deseamos avanzar (...) tendremos que aprender a respetar mutuamente nuestras diferencias y acostumbrarnos a convivir pacíficamente con ellas", dijo Raúl Castro.
Al referirse a las relaciones entre Washington y La Habana, cuyo diferendo político dura ya más de cinco décadas, Castro no mencionó, sin embargo, su saludo con el presidente estadounidense, Barack Obama, en los funerales del fallecido líder sudafricano Nelson Mandela.
El inédito y breve apretón de manos entre Castro y Obama en Johannesburgo despertó expectativas sobre las relaciones bilaterales, si bien ambos gobiernos le restaron importancia y lo consideraron una normal muestra de civilidad.
Raúl Castro clausuró este sábado el segundo y último pleno ordinario de la Asamblea de Cuba en 2013, cuya agenda estuvo centrada en el análisis y aprobación del proyecto del presupuesto y el plan económico para 2014, el análisis de las reformas económicas y la votación de un nuevo Código de Trabajo.
"No ignoramos que quienes nos apremian a acelerar el paso nos empujan al fracaso, a la desunión y a dañar la confianza y el apoyo del pueblo en la construcción del socialismo", expresó Castro ante la Asamblea Nacional -el parlamento- el sábado por la tarde.
La advertencia, dijo el mandatario, es tanto para quienes exhortan cambios "con sanas intenciones" como para aquellos que lo hacen con animadversión hacia el modelo cubano.
El mandatario cubano anunció además que se aprobará en marzo una nueva legislación para "perfeccionar" la inversión extranjera.
"Se trabaja en la elaboración de un proyecto de ley en esta materia (inversión extranjera) que prevemos someter a una próxima sesión de la Asamblea Nacional (Parlamento) que (...) será en el mes de marzo como reunión extraordinaria para tratar este tema y otros más", dijo el gobernante.
El Parlamento cubano, unicameral y de 611 bancas, se reúne ordinariamente dos veces al año, en julio y diciembre.
Al clausurar la segunda y última sesión anual del Parlamento, Castro dijo que el Consejo de Ministros ya "aprobó el perfeccionamiento en la política para la inversión extranjera", que se expresará en la nueva ley, pero de la cual no ofreció mayores detalles.
El mandatario cubano dijo que esa inversión foránea es de "singular importancia para dinamizar el desarrollo económico y social del país".
La ley vigente fue aprobada en 1995 y contempla la inversión extranjera en asociación con el Estado, como fuente de capital y mercado.
En la misma línea, Castro anunció la inauguración a fines de enero de la primera parte de la Zona Especial de Desarrollo en el Mariel, 45km el oeste de La Habana, con la apertura de un megapuerto para barcos de gran calado, que podrán circular en el Atlántico cuando termine la modernización del Canal de Panamá, en 2015.
Esa zona incluye un enclave industrial para el cual Cuba está invitando a empresas extranjeras a invertir.
Esa zona "está llamada a convertirse en un importante polo de la inversión extranjera y al mismo tiempo en un polígono de experimentación de modernas tecnologías, formas y métodos de gestión empresarial", dijo.
Asimismo, Castro, volvió a ofrecer el sábado al Gobierno de Estados Unidos la opción de un "diálogo respetuoso" que no comprometa la soberanía de la isla y consideró que ambos países pueden establecer una "relación civilizada".
"Si en los últimos tiempos hemos sido capaces de sostener algunos intercambios sobre temas de beneficio mutuo (...), consideramos que podemos resolver otros asuntos de interés, establecer una relación civilizada entre ambos países, como desea nuestro pueblo y la amplia mayoría de los ciudadanos estadounidenses y la emigración cubana", afirmó Castro.
"No reclamamos a Estados Unidos que cambie su sistema político y social, ni aceptamos negociar el nuestro. Si realmente deseamos avanzar (...) tendremos que aprender a respetar mutuamente nuestras diferencias y acostumbrarnos a convivir pacíficamente con ellas", dijo Raúl Castro.
Al referirse a las relaciones entre Washington y La Habana, cuyo diferendo político dura ya más de cinco décadas, Castro no mencionó, sin embargo, su saludo con el presidente estadounidense, Barack Obama, en los funerales del fallecido líder sudafricano Nelson Mandela.
El inédito y breve apretón de manos entre Castro y Obama en Johannesburgo despertó expectativas sobre las relaciones bilaterales, si bien ambos gobiernos le restaron importancia y lo consideraron una normal muestra de civilidad.
Raúl Castro clausuró este sábado el segundo y último pleno ordinario de la Asamblea de Cuba en 2013, cuya agenda estuvo centrada en el análisis y aprobación del proyecto del presupuesto y el plan económico para 2014, el análisis de las reformas económicas y la votación de un nuevo Código de Trabajo.