El opositor ruso Vladimir Kara-Murza, galardonado en octubre del año pasado con el Premio Václav Havel de Derechos Humanos que otorga el Consejo de Europa, fue condenado este lunes por un tribunal en Moscú a 25 años de privación de libertad.
Numerosos gobiernos y organizaciones han expresado su consternación tras conocer el fallo:
Amnistía Internacional:
• La condena es escalofriante.
• La represión del Kremlin contra la sociedad civil se ha ampliado y acelerado desde la invasión rusa de Ucrania el año pasado.
• Los presuntos crímenes por los que se juzgó a Kara-Murza, como por ejemplo hablar en contra de la invasión y defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos, son, de hecho, actos de valentía excepcional.
• Este veredicto recuerda la represión de la era de Stalin.
Human Rights Watch:
• El veredicto es una parodia de la justicia.
• Las autoridades rusas deben ponerlo en libertad de inmediato y anular el fallo.
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos:
• El fallo es un nuevo golpe al estado de derecho y al espacio cívico en Rusia.
• Nadie debe ser privado de libertad por ejercer sus derechos
humanos.
• Rusia tiene que tratar con humanidad y respeto a Kara-Murza mientras siga detenido.
Departamento de Estado de Estados Unidos:
• Kara-Murza fue condenado por criticar la guerra en Ucrania.
• Este opositor es otra víctima más de una campaña de represión en Rusia que se está recrudeciendo.
• Debe ser puesto en libertad de inmediato.
Oficina de Asuntos Exteriores de la Unión Europea:
• La sentencia es escandalosamente dura.
• Tiene que ser liberado de inmediato.
• La condena demuestra claramente una vez más el indebido uso político del poder judicial en Rusia para presionar a activistas, defensores de los derechos humanos y cualquier voz que se oponga a la guerra ilegítima de Rusia contra Ucrania.
Cancillería de Gran Bretaña:
• Kara-Murza fue castigado por criticar pública y valientemente la guerra de Rusia en Ucrania.
Cancillería de Francia:
• El fallo es deplorable.
• La condena refleja la instrumentalización de la Justicia rusa, convertida en una herramienta de opresión del Kremlin.
• La sentencia es una nueva muestra de la campaña de represión llevada a cabo por las autoridades rusas contra las voces críticas al poder y su guerra de agresión contra Ucrania.