"Convertir una situación de derechos humanos en una cuestión política no ayuda a mejorar esa situación", una de las razones de Pekín para no seguir adelante con la investigación sobre Derechos Humanos.
El informe publicado por la ONU, o los testimonios de prisioneros como Kim Kwang-il, uno de los 80 supervivientes y desertores que aportaron el relato de sus experiencias en los campos de concentración, no cuentan con el apoyo del Gobierno de China para una investigación.
Pekín mostró su rechazo a que se lleve a Corea del Norte ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la Humanidad informa EFE.
Un día después de que se publicara el informe de 372 páginas detallando el catálogo de torturas y procedimientos de las autoridades de Pyongyang, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores china Hua Chunying afirmó que "convertir una situación de derechos humanos en una cuestión política no ayuda a mejorar esa situación".
No obstante, en dicho informe se acusa a las autoridades norcoreanas de, entre otros crímenes contra la Humanidad, "exterminio, asesinato, esclavitud, tortura, encarcelamientos prolongados, violencia sexual, abortos forzosos, privación de alimento, desplazamiento forzoso de poblaciones y persecución por motivos políticos, religiosos, racionales o de género".
Para los activistas de derechos humanos, las razones para que Pekín adopte esta postura son claras, acusándole de colaborar indirectamente en estos crímenes con su política de repatriación forzosa de los miles de norcoreanos que se refugian en China huyendo de la represión de su país, cuestión que ha sido negada por la portavoz oficial.
Ésta aseguró que China "no considera a esa gente como refugiados, sino como personas que traspasan ilegalmente la frontera. Tratamos apropiadamente esa cuestión, de acuerdo con la ley internacional y consideraciones humanitarias".
Para que el informe presentado por el presidente de la Comisión de Investigación, Michael Kirby, pueda ser llevado adelante en la investigación, es necesario contar con el respaldo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU, del que China es miembro permanente y tiene derecho a veto.
El hecho de que Corea del Norte no sea un país signatario del Estatuto de Roma impide cualquier otro tipo de proceso en un tribunal al margen del citado Consejo de Seguridad. La portavoz china aseguró que los temores a un veto chino son sólo una "presunción" y eludió hacer más comentarios al respecto.
Los relatos de torturas e historias de antiguos presos en cárceles y campos de concentración norcoreanos tienen hoy protagonismo especial en los medios. En un país donde existen 100.000 prisioneros hay casos como el de Shin Dong-hyuk, que contó su vida a los enviados de la ONU el 30 de agosto durante una audiencia
púb
lica en Seúl (Corea del Sur).
Es autor del libro Escape from Camp 14, en el que relata cómo logró escapar del campo 14, un gulag de 125 kilómetros cuadrados a 65 kilómetros de la capital, Pyongyang. En él tuvo que delatar los planes de huída de su madre con 13 años para poder sobrevivir, o presenciar el fusilamiento de su hermano a los 14. A los 22 pudo escapar y hoy es una de las fuentes de primera mano que Naciones Unidas ha valorado para realizar su informe.
Caso parecido es el de Kim Kwang-il, exprisionero en un campo norcoreano y que narró su experiencia en agosto de 2013 igualmente en Seúl, entregando a la comisión varios dibujos en los que describía con sus propias manos las torturas y las condiciones de vida extremas de los campos del régimen de Kim Jong-un, máximo mandatario de dicho país en la actualidad. En sus dibujos, el expreso representa varios tipos de torturas y situaciones que pudo vivir en primera persona.
Aunque no se han concretado datos sobre la periodicidad de los encuentros, este club pretende que se efectúen de manera regular y se espera que sea "un espacio donde conseguir informaciones y consejos útiles sobre Corea del Norte". Los diplomáticos extranjeros aportarán experiencias prácticas y contactos directos con funcionarios norcoreanos para fortalecer este iniciativa, indicó otra fuente de Exteriores a la agencia local Yonhap.
El Gobierno surcoreano trata así de dar a conocer entre los distintos países sus políticas sobre Corea del Norte y trata de "impulsar los esfuerzos conjuntos de la comunidad internacional para la paz" en un momento en que celebrarán por primera vez en tres años una reunión de familias divididas por la Guerra de Corea (1950-53) el día 20 de febrero.
Pekín mostró su rechazo a que se lleve a Corea del Norte ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la Humanidad informa EFE.
Un día después de que se publicara el informe de 372 páginas detallando el catálogo de torturas y procedimientos de las autoridades de Pyongyang, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores china Hua Chunying afirmó que "convertir una situación de derechos humanos en una cuestión política no ayuda a mejorar esa situación".
No obstante, en dicho informe se acusa a las autoridades norcoreanas de, entre otros crímenes contra la Humanidad, "exterminio, asesinato, esclavitud, tortura, encarcelamientos prolongados, violencia sexual, abortos forzosos, privación de alimento, desplazamiento forzoso de poblaciones y persecución por motivos políticos, religiosos, racionales o de género".
Para los activistas de derechos humanos, las razones para que Pekín adopte esta postura son claras, acusándole de colaborar indirectamente en estos crímenes con su política de repatriación forzosa de los miles de norcoreanos que se refugian en China huyendo de la represión de su país, cuestión que ha sido negada por la portavoz oficial.
Ésta aseguró que China "no considera a esa gente como refugiados, sino como personas que traspasan ilegalmente la frontera. Tratamos apropiadamente esa cuestión, de acuerdo con la ley internacional y consideraciones humanitarias".
Veto en el Consejo de Seguridad de la ONU
Para que el informe presentado por el presidente de la Comisión de Investigación, Michael Kirby, pueda ser llevado adelante en la investigación, es necesario contar con el respaldo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU, del que China es miembro permanente y tiene derecho a veto.
El hecho de que Corea del Norte no sea un país signatario del Estatuto de Roma impide cualquier otro tipo de proceso en un tribunal al margen del citado Consejo de Seguridad. La portavoz china aseguró que los temores a un veto chino son sólo una "presunción" y eludió hacer más comentarios al respecto.
Los relatos de torturas e historias de antiguos presos en cárceles y campos de concentración norcoreanos tienen hoy protagonismo especial en los medios. En un país donde existen 100.000 prisioneros hay casos como el de Shin Dong-hyuk, que contó su vida a los enviados de la ONU el 30 de agosto durante una audiencia
púb
Es autor del libro Escape from Camp 14, en el que relata cómo logró escapar del campo 14, un gulag de 125 kilómetros cuadrados a 65 kilómetros de la capital, Pyongyang. En él tuvo que delatar los planes de huída de su madre con 13 años para poder sobrevivir, o presenciar el fusilamiento de su hermano a los 14. A los 22 pudo escapar y hoy es una de las fuentes de primera mano que Naciones Unidas ha valorado para realizar su informe.
Nace el Club de la Península de Corea
Al hilo de las relaciones entre las dos Coreas, Seúl puso en marcha el Club de la Península de Corea, que comprende a las 15 misiones diplomáticas de la Unión Europea además de a México, Australia, Guatemala, Canadá, Nueva Zelanda y Emiratos Árabes Unidos. Este órgano consultivo tiene como misión afrontar diversos asuntos relacionados con Corea del Norte, como la actual situación política, militar y diplomática ente ambos países, indicó a EFE una portavoz de Exteriores surcoreana.Aunque no se han concretado datos sobre la periodicidad de los encuentros, este club pretende que se efectúen de manera regular y se espera que sea "un espacio donde conseguir informaciones y consejos útiles sobre Corea del Norte". Los diplomáticos extranjeros aportarán experiencias prácticas y contactos directos con funcionarios norcoreanos para fortalecer este iniciativa, indicó otra fuente de Exteriores a la agencia local Yonhap.
El Gobierno surcoreano trata así de dar a conocer entre los distintos países sus políticas sobre Corea del Norte y trata de "impulsar los esfuerzos conjuntos de la comunidad internacional para la paz" en un momento en que celebrarán por primera vez en tres años una reunión de familias divididas por la Guerra de Corea (1950-53) el día 20 de febrero.