Mientras los Mets de Nueva York empacaban sus maletas para una gira la semana pasada, Yoenis Céspedes se inclinó en su casillero y se pegó bastante fuerte en la cabeza. El golpe llamó la atención de su compañero Daniel Murphy. "¿Estás bien?", preguntó Murphy en español.
El cubano, sencillamente, se alejó frotándose el chichón; prácticamente el único tropiezo que ha tenido desde que llegó a Nueva York. Los adjetivos empiezan a agotarse para describir el efecto del toletero en el desempeño de los Mets, líderes de la División Este de la Liga Nacional.
Céspedes tiene 14 jonrones, nueve dobles, tres triples y 36 remolcadas en sus primeros 36 partidos con los Mets. Y eso que apenas tuvo tres hits de extrabases en sus 10 primeros partidos con el equipo. Además, en los últimos siete juegos ha bateado para .344 (11 hits en 32 turnos), con 10 carreras impulsadas, 10 anotadas y 4 cuadrangulares.
En una recta final de la temporada repleta de estrellas que cambiaron de equipos antes del plazo del 31 de julio –David Price, Cole Hamels, Johnny Cueto, Troy Tulowitzki y otros– Céspedes ha sido el centro de atención.
El récord de los Mets apenabas superaba los .500 cuando Céspedes llegó desde Detroit y debutó el 1 de agosto. De inmediato, Nueva York se convirtió en una máquina de anotar carreras. Juan Uribe y Kelly Johnson, otros recién llegados, también contribuyeron, al igual que el regreso del capitán David Wright tras recuperarse de una lesión.
Pero Céspedes inyectó energía a todo el equipo, ya sea con sus kilométricos jonrones, fuertes tiros desde el jardín o su velocidad en las bases. Incluso la manga color amarillo neón que utiliza.
"De lo único que habla el equipo es de sus turnos al bate", dijo el mánager Terry Collins. "Embasar a un par de jugadores y que llegue a batear. Veamos qué pasa. Parece que todas las noches consigue un hit importante".
Céspedes asegura que no se trata sólo de tener un buen swing. "No quiero sonar como un loco. En Cuba solía trabajar con un psicólogo, un psicólogo deportivo", dijo. "Para prepararme no sólo físicamente, sino mentalmente, para dar lo mejor de mí en los momentos cruciales, tener buenos turnos, estar bien de la cabeza para producir y hacer las cosas bien".
Además de la adoración de los fanáticos en el Citi Field, Céspedes seguramente recibirá algunos votos por el premio al Jugador Más Valioso de la Nacional. Ya existen precedentes, jugadores que han cambiado de ligas a mitad de temporada y han recibo votos en su nueva liga.
Your browser doesn’t support HTML5
Es improbable que Céspedes supere a otros favoritos como Bryce Harper, Anthony Rizzo o Nolan Arenado, quienes llevan todo el año en clubes de la Nacional. Pero la suerte es loca y podría tocarle a un pelotero de apellido Céspedes, que desde que salió a batear del dugout de los Mets se ha echado el equipo sobre los hombros.
Céspedes fue traspasado en 2015 de los Tigres de Detroit a los Mets y está en el último año de contrato, por lo que puede declararse agente libre y ser firmado por otro equipo de las Mayores con vistas a la próxima temporada.
El avileño Rusney Castillo gana $72.5 millones con los Medias Rojas de Boston; el habanero Yasmany Tomás, $68.5 millones con los Diamondbacks de Arizona; y el cienfueguero José Dariel Abreu, $68 millones con los Medias Blancas de Chicago, entre otros cubanos con contratos jugosos en las Mayores.
El granmense Céspedes ganó la competencia Home Run Derby de Grandes Ligas en 2013 y 2014. En septiembre de 2012 fue seleccionado el Novato del Año en la Liga Americana.
¿Quién debe ser seleccionado el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional?
Pulse aquí para participar en nuestra encuesta.