La libertad de expresión y el acceso a la información de un creciente número de cubanos es más a través de la telefonía móvil que mediante de la redes sociales de internet.
La realidad cubana es tan singular que no es la internet la que tiende puentes de comunicación sino la telefonía celular la que logra burlar la censura y abre resquicios a la información y una puerta a la libre expresión, concluye Emilio Cárdenas en un artículo publicado en La Nación de Buenos Aires.
Cárdenas analiza que en Cuba, después de la visita del papa Benedicto XVI, pareciera que se abrieron algunos pequeños espacios de comunicación "que por el momento están siendo tolerados por las autoridades".
“Para los gobiernos autoritarios, la libertad de expresión es siempre un incómodo escollo. Para los totalitarios, como es el de Cuba, mucho más aún. Porque cuando esa libertad existe -y es efectiva- la gente es consciente de todo lo que ocurre en el mundo, los errores de gobierno quedan siempre a la vista y la impunidad frente a los actos discrecionales o de corrupción de las autoridades o ante sus medidas y conductas arbitrarias resulta difícil”, afirma Cárdenas.
El articulista, quien fuera embajador de Argentina ante Naciones Unidas, apunta que el milagro de la telefonía móvil, muy sensible en un país en el que realmente muy pocos pueden acceder a la Internet, es el que ha roto la incomunicación social en Cuba.
Cárdenas pone en contexto que la Internet en la isla es manejada de cerca por el gobierno, quien es el único que decide quiénes pueden o no accederla. En cifras dice que tan sólo unos 450 mil cubanos pueden navegar en Internet. “Hablamos obviamente de un porcentaje ínfimo de la población total del país. Por lo demás, el costo de acceder a Internet es simplemente prohibitivo: nada menos que seis dólares la media hora. En un país en el que los asalariados ganan unos 20 dólares al mes, ésta restricción es pesadísima”.
Sin embargo, Cárdenas, establece la diferencia que existe con la telefonía celular que es más accesible, en una Cuba donde los teléfonos móviles estuvieron prohibidos hasta el 2008. No obstante, ahora más de un millón de cubanos los usan y los usuarios aumentan vertiginosamente.
Cárdenas analiza que en Cuba, después de la visita del papa Benedicto XVI, pareciera que se abrieron algunos pequeños espacios de comunicación "que por el momento están siendo tolerados por las autoridades".
“Para los gobiernos autoritarios, la libertad de expresión es siempre un incómodo escollo. Para los totalitarios, como es el de Cuba, mucho más aún. Porque cuando esa libertad existe -y es efectiva- la gente es consciente de todo lo que ocurre en el mundo, los errores de gobierno quedan siempre a la vista y la impunidad frente a los actos discrecionales o de corrupción de las autoridades o ante sus medidas y conductas arbitrarias resulta difícil”, afirma Cárdenas.
El articulista, quien fuera embajador de Argentina ante Naciones Unidas, apunta que el milagro de la telefonía móvil, muy sensible en un país en el que realmente muy pocos pueden acceder a la Internet, es el que ha roto la incomunicación social en Cuba.
Cárdenas pone en contexto que la Internet en la isla es manejada de cerca por el gobierno, quien es el único que decide quiénes pueden o no accederla. En cifras dice que tan sólo unos 450 mil cubanos pueden navegar en Internet. “Hablamos obviamente de un porcentaje ínfimo de la población total del país. Por lo demás, el costo de acceder a Internet es simplemente prohibitivo: nada menos que seis dólares la media hora. En un país en el que los asalariados ganan unos 20 dólares al mes, ésta restricción es pesadísima”.
Sin embargo, Cárdenas, establece la diferencia que existe con la telefonía celular que es más accesible, en una Cuba donde los teléfonos móviles estuvieron prohibidos hasta el 2008. No obstante, ahora más de un millón de cubanos los usan y los usuarios aumentan vertiginosamente.