Un detallado y extenso trabajo sobre la todavía polémica sobre la misteriosa muerte-desaparición de Camilo Cienfuegos en Octubre de 1959.
Existen indicios que hacen presumir que el dictador cubano fue quien ordenó la desaparición (asesinato), de uno de sus lugartenientes, el jefe del Estado Mayor del Ejército, comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán.
El comandante Cienfuegos, un hombre que al decir de muchos, tenía tanto arraigo popular como Fidel Castro desapareció en octubre de 1959 en un vuelo entre las ciudades de Camagüey y La Habana.
El Comandante, que se caracterizaba por usar un sombrero de ala ancha y que según sus amigos era muy bromista, ejercía un gran atractivo sobre las masas, había participado en la expedición del yate Granma y fue uno de los líderes de la sobredimensionada invasión de Oriente a Occidente junto a Ernesto Guevara.
Su prematura muerte le posibilitó convertirse en uno de los dioses de la mitología del totalitarismo cubano. Según la versión oficial, el comandante había viajado a Camagüey para arrestar al también comandante Huber Matos, jefe militar de la provincia, que había remitido a Fidel Castro una enérgica carta en la que denunciaba la penetración y control que los comunistas estaban ejerciendo en todas las esferas del gobierno revolucionario.
La carta, sin dudas, uno de los documentos más costoso en la historia de Cuba, hizo que Matos cumpliera veinte años de cárcel y que Cienfuegos nunca llegase a su destino.
El 23 de octubre de 1959, comparece el comandante Camilo Cienfuegos en el Canal 11 de la televisión de Camagüey para informar sobre el arresto del comandante Huber Matos.
La conferencia de prensa fue conducida por el periodista y publicista Cebrian de Quesada, con la participación de los también periodistas Frank Prendes, Juan Abel Adán y Manolo de la Torre. Afirma de Quesada que Cienfuegos ante las diferentes preguntas declaró:
A) Que Huber Matos estaba conspirando, pero que como prueba solo presentó unas fotos de la revista “Cuba Nueva” del regimiento de Camagüey, en la que aparecían unos niños en condición famélica.
B) Que Matos había sido escoltado hasta La Habana para ser juzgados por Fidel y Raúl Castro.
C) Que entre los hombres más valiosos de la Revolución se encontraban los comunistas, restándole importancia a las acusaciones de Matos de que el proceso estaba bajo influencia marxista.
D) Calificó de prensa amarilla y como enemigo del Pueblo a los medios que estaban denunciando los fusilamientos, defendió las ejecuciones y negó que se estuvieran fusilando a personas inocentes.
Por otra parte, estudiosos de la desaparición de Cienfuegos y defensores de la hipótesis de que el alto oficial fue asesinado, afirman que los agentes de la Seguridad del Estado que dirigía Osvaldo Sánchez, tenebroso dirigente de las fuerzas de choque del Partido Socialista Popular, primer jefe G-2, y que curiosamente también pereció en un “accidente” aéreo, vigilaban estrechamente al Comandante. Según estos individuos la Seguridad del Estado llegó a la convicción de que Cienfuegos no creyó la trama urdida alrededor de Matos, y que entonces, por temor a que descubriese el complot, los hermanos Castro ordenaron su muerte.
Según varias versiones, un oficial de la Fuerza Aérea de Cuba encontró una cinta magnética en la que estaban registrados los datos del despegue de la avioneta de dos motores Cessna 310, en la que viajaba Camilo Cienfuegos, pero que también en la cinta estaba grabada la información de que cuatro minutos después de decolar el Cessna 310, número 53, despegó un caza británico tipo Sea Fury, al mando del piloto personal de Raúl Castro con su cañón de 20mm. desenfundado.
Publicaciones de la época señalan que el comandante Camilo Cienfuegos partió del aeropuerto de Camagüey aproximadamente a las 6 p.m. del 28 de octubre de 1959 en compañía del soldado Félix Rodríguez y como piloto Luciano Fariñas Rodríguez, que tenía más de 2,000 horas de vuelo, y vasta experiencia tripulando el modelo de avión que les transportaba. Según informaciones oficiales, el piloto Fariñas nunca informó la ruta y solo una vez se comunicó con la base para que el comandante Camilo Cienfuegos le impartiese instrucciones al capitán Méndez, quien quedaba al frente de la provincia.
Es importante destacar que las altas esferas del Gobierno se percataron de la desaparición de Cienfuegos, 24 horas después de su partida de Camagüey. Es difícil comprender como una dirigencia paranoica, que percibía conspiraciones por doquier ignorase por tanto tiempo la situación de uno de los hombres más importantes de la Revolución, que por otra parte, venía de sofocar un supuesto complot militar.
El Gobierno Revolucionario de Cuba, en un comunicado oficial, refiere que la desaparición de la avioneta fue consecuencia de un mal tiempo entre las provincias de Camagüey y Matanzas, sin embargo investigaciones meteorólogas sobre ese día afirman que las condiciones climáticas eran razonablemente buenas. No obstante, varios reportes indican que por lo menos la tripulación de dos aviones comerciales reportaron fuertes turbonadas.
La desaparición de Cienfuegos generó una gran cantidad de rumores. Se comentó que en Aguada de Pasajeros, Las Villas, se había producido un accidente aéreo; que sobre el central Adelaida había volado una avioneta haciendo señales de luces hasta que desapareció rumbo norte en dirección al mar. Un periodista de apellido Vázquez afirmó que durante la noche del miércoles había presenciado un encarnizado duelo aéreo, estas declaraciones fueron investigadas y según la versión oficial fueron posteriormente descartadas.
El avión C-46 en el que viajaba el comandante Ernesto Guevara avistó en Cayo Anguila, frente a las costas de Caibarién, los restos semidestruidos de dos aparatos, uno de ellos parecía tener la línea del Cessna, más tarde se comprobó que era un error.
Juan Orta, un ex-secretario de Castro le manifestó al joven poeta Iván Pórtela, cuando ambos estaban exiliados en la embajada de México: “yo estoy plenamente convencido de que el avión de Camilo fue derribado por ordenes de Fidel Castro”. Orta que estuvo tres años asilado en la embajada de México, continuó diciendo a Pórtela, “que estaba reunido con Fidel cuando Raúl Castro y Ernesto Guevara le plantearon a Fidel: Camilo se opone a cambios estructurales en el ejército rebelde, a lo que Fidel respondió. El plan será llevado a cabo, cueste lo que cueste, ni cien Camilos podrán oponérsele”.
El doctor Orta en las conversaciones que sostuvo con Pórtela y en artículos que escribió en el exilio, gustaba afirmar que las personas que en alguna medida estuvieron relacionadas con la misteriosa muerte-desaparición de Cienfuegos, sufrieron una suerte similar.
-El piloto del Sea Fury que, supuestamente, despegó poco después que lo hiciese la avioneta de Cienfuegos, desapareció.
-El mecánico de avión que reportó que el caza británico traía una ametralladora completamente descargada murió ese mismo día porque un automóvil lo atropelló.
-El pescador que declaró que había visto que una avión caza atacaba una avioneta fue conducido a La Habana para ampliar las investigaciones y no se supo más de él.
-El comandante Cristino Naranjo, amigo personal de Camilo y oficial de la Columna Invasora que este comandaba, que había iniciado una investigación por su cuenta fue baleado a entrada del Campamento Libertad,(antigua Columbia) porque supuestamente no se había identificado.
-El ejecutor, el capitán Manuel Beatón, poco después se alzó en armas contra el Gobierno en la Sierra Maestra, capturado y sumariamente ejecutado. No obstante, continúa Orta su relato, un miembro del tribunal, el teniente Agustín Onidio Rumbaut logró entrevistarse con el detenido y éste le confesó que Fidel Castro, Raúl Castro, Ernesto Guevara, el también comandante Félix Torres y el informador Jorge Enrique Mendoza, eran los responsables directos de la muerte de Cienfuegos.
-Días más tarde, después de haber preparado un informe confidencial, el teniente Agustín Onidio Rumbaut murió en un “accidente de caza”.
Afirma Huber Matos, que Camilo Cienfuegos también estaba descontento con la penetración comunista pero que a su vez se confesaba un hombre totalmente fiel al líder de la Revolución. Apunta que en una ocasión le entregó un escrito pro marxista que había sido incluido en la publicación “Verde Olivo” y que Cienfuegos se molestó y responsabilizó a Ernesto Guevara y a Raúl Castro de lo publicado.
Por otra parte, comenta que aún después de su arresto Cienfuegos no dejó nunca de tratarle con respeto y consideración, actitud que le era informada al Dictador por el capitán Jorge Enrique Mendoza. Matos opina que estas informaciones precipitaron las acciones punitivas contra el carismático comandante. Después de la muerte de Camilo Cienfuegos y la prisión de Huber Matos, la influencia y el poder de Mendoza se incrementó considerablemente.
Refiere Matos que Raúl Castro sentía una gran aversión hacia Camilo Cienfuegos por la popularidad que este tenía y que Fidel Castro temía que Cienfuegos pudiera provocar una crisis de grandes proporciones, no solo dentro de la estructura del poder revolucionario sino también en la población. Cuenta que Cienfuegos criticó la manera en que Castro dirigió su caso lo que puso en alerta al gobernante sobre posibles futuros problemas con un individuo que le había sido hasta ese momento incondicional.
Continúa Matos, exponiendo que Castro envió a Cienfuegos para que le arrestase en su despacho en el regimiento “Ignacio Agramonte” con la intención de que se originase un tiroteo en el que el famoso Comandante fuese muerto y así salir de los dos de una vez por todas, pero que tuvo la precaución de ordenarle a sus oficiales que las tropas no disparasen cuando le fueran a detener, lo que frustró el supuesto plan.
Sobre la avioneta Cessna 310, desaparecida con tres hombres a bordo, dice que no tiene la más mínima duda que fue abatida por orden de Fidel Castro. Apunta que el piloto, teniente Luciano Fariñas Rodríguez era un hombre muy disciplinado que no se habría desviado de la ruta sin haber pedido autorización. Este aspecto es también comentado por el doctor Orta, quien afirma “que desde la torre de control aéreo de Camagüey le indicaron a Cienfuegos que el comandante Félix Torres estaba perdido sobre el mar al sur de la ciudad de Trinidad, Las Villas, y que era necesario participara en su búsqueda”. Según el declarante esto propició que un avión Sea Fury derribase el Cessna de Cienfuegos.
Por otra parte, afirma Matos, que estando en la prisión del Castillo del Morro, La Habana, recibió dos mensajes de Camilo en el que este le advertía que tendría que declarar en su contra ya que su situación personal, la de Cienfuegos, era muy difícil. Le decía que de ir a juicio sería fusilado y que estaba dispuesto a ayudarle para que se fugara de la prisión, a lo que el prisionero se negó aduciendo que quería un proceso judicial para denunciar públicamente lo que estaba pasando en el país.
Sin embargo, el también comandante Lázaro Asencio, Segundo Frente Nacional del Escambray, afirma en un artículo que Cienfuegos era comunista y que sus diferencias con Raúl Castro no eran por defender a Huber Matos sino porque este protegía oficiales como el hoy general Dermidio Escalona.
Continúa Asencio su relato planteando que un matrimonio que vivía en la Punta de la Bahía de Masío, cerca de Casilda, Trinidad, sintió en horas del atardecer del 28 de octubre de 1959 una terrible explosión, vio una bola de fuego que descendía del cielo y después el ruido de un avión. Apunta que cuando se conoció de la declaración el entonces capitán Osmaní Cienfuegos viajó personalmente a Casilda para conducir a La Habana al matrimonio del que no se volvió a saber, pero que supo de esta historia porque la pareja secuestrada se lo comunicó a un funcionario de la Cruz Roja, que a su vez se lo hizo conocer a él.
Asencio también comparte la idea de que el avión de Cienfuegos fue derribado por un avión Sea Fury, que la orden la dio el comandante comunista Félix Torres, que a su vez la había recibido de los hermanos Castro. Agrega que el Oficial de Día de la Aviación, José Paz, que conoció del informe de que un Sea Fury había descargado sus ametralladoras murió en un accidente en la Vía Blanca, cuatro días después de desaparecer Camilo Cienfuegos.
Concluye Asencio su relato recordando que se encontraba en la Bahía del Masío, dos días después de la desaparición del Cessna, en compañía de otros oficiales del Ejército Rebelde en la embarcación de un pescador de Casilda de nombre Juan quien mencionó una mancha de aceite y una almohada, que presumiblemente pertenecían a la avioneta que buscaban.
Esta información se comunicó de inmediato por radio. Una hora después se dijo que Cienfuegos había sido hallado vivo lo que determinó que se suspendiese la búsqueda en toda la isla por varias horas lo que “permitió borrar las pruebas en el Masío de la caída allí de la avioneta de Camilo Cienfuegos”.
El comandante Cienfuegos, un hombre que al decir de muchos, tenía tanto arraigo popular como Fidel Castro desapareció en octubre de 1959 en un vuelo entre las ciudades de Camagüey y La Habana.
El Comandante, que se caracterizaba por usar un sombrero de ala ancha y que según sus amigos era muy bromista, ejercía un gran atractivo sobre las masas, había participado en la expedición del yate Granma y fue uno de los líderes de la sobredimensionada invasión de Oriente a Occidente junto a Ernesto Guevara.
Su prematura muerte le posibilitó convertirse en uno de los dioses de la mitología del totalitarismo cubano. Según la versión oficial, el comandante había viajado a Camagüey para arrestar al también comandante Huber Matos, jefe militar de la provincia, que había remitido a Fidel Castro una enérgica carta en la que denunciaba la penetración y control que los comunistas estaban ejerciendo en todas las esferas del gobierno revolucionario.
La carta, sin dudas, uno de los documentos más costoso en la historia de Cuba, hizo que Matos cumpliera veinte años de cárcel y que Cienfuegos nunca llegase a su destino.
El 23 de octubre de 1959, comparece el comandante Camilo Cienfuegos en el Canal 11 de la televisión de Camagüey para informar sobre el arresto del comandante Huber Matos.
La conferencia de prensa fue conducida por el periodista y publicista Cebrian de Quesada, con la participación de los también periodistas Frank Prendes, Juan Abel Adán y Manolo de la Torre. Afirma de Quesada que Cienfuegos ante las diferentes preguntas declaró:
A) Que Huber Matos estaba conspirando, pero que como prueba solo presentó unas fotos de la revista “Cuba Nueva” del regimiento de Camagüey, en la que aparecían unos niños en condición famélica.
B) Que Matos había sido escoltado hasta La Habana para ser juzgados por Fidel y Raúl Castro.
C) Que entre los hombres más valiosos de la Revolución se encontraban los comunistas, restándole importancia a las acusaciones de Matos de que el proceso estaba bajo influencia marxista.
D) Calificó de prensa amarilla y como enemigo del Pueblo a los medios que estaban denunciando los fusilamientos, defendió las ejecuciones y negó que se estuvieran fusilando a personas inocentes.
Por otra parte, estudiosos de la desaparición de Cienfuegos y defensores de la hipótesis de que el alto oficial fue asesinado, afirman que los agentes de la Seguridad del Estado que dirigía Osvaldo Sánchez, tenebroso dirigente de las fuerzas de choque del Partido Socialista Popular, primer jefe G-2, y que curiosamente también pereció en un “accidente” aéreo, vigilaban estrechamente al Comandante. Según estos individuos la Seguridad del Estado llegó a la convicción de que Cienfuegos no creyó la trama urdida alrededor de Matos, y que entonces, por temor a que descubriese el complot, los hermanos Castro ordenaron su muerte.
Según varias versiones, un oficial de la Fuerza Aérea de Cuba encontró una cinta magnética en la que estaban registrados los datos del despegue de la avioneta de dos motores Cessna 310, en la que viajaba Camilo Cienfuegos, pero que también en la cinta estaba grabada la información de que cuatro minutos después de decolar el Cessna 310, número 53, despegó un caza británico tipo Sea Fury, al mando del piloto personal de Raúl Castro con su cañón de 20mm. desenfundado.
Publicaciones de la época señalan que el comandante Camilo Cienfuegos partió del aeropuerto de Camagüey aproximadamente a las 6 p.m. del 28 de octubre de 1959 en compañía del soldado Félix Rodríguez y como piloto Luciano Fariñas Rodríguez, que tenía más de 2,000 horas de vuelo, y vasta experiencia tripulando el modelo de avión que les transportaba. Según informaciones oficiales, el piloto Fariñas nunca informó la ruta y solo una vez se comunicó con la base para que el comandante Camilo Cienfuegos le impartiese instrucciones al capitán Méndez, quien quedaba al frente de la provincia.
Es importante destacar que las altas esferas del Gobierno se percataron de la desaparición de Cienfuegos, 24 horas después de su partida de Camagüey. Es difícil comprender como una dirigencia paranoica, que percibía conspiraciones por doquier ignorase por tanto tiempo la situación de uno de los hombres más importantes de la Revolución, que por otra parte, venía de sofocar un supuesto complot militar.
El Gobierno Revolucionario de Cuba, en un comunicado oficial, refiere que la desaparición de la avioneta fue consecuencia de un mal tiempo entre las provincias de Camagüey y Matanzas, sin embargo investigaciones meteorólogas sobre ese día afirman que las condiciones climáticas eran razonablemente buenas. No obstante, varios reportes indican que por lo menos la tripulación de dos aviones comerciales reportaron fuertes turbonadas.
La desaparición de Cienfuegos generó una gran cantidad de rumores. Se comentó que en Aguada de Pasajeros, Las Villas, se había producido un accidente aéreo; que sobre el central Adelaida había volado una avioneta haciendo señales de luces hasta que desapareció rumbo norte en dirección al mar. Un periodista de apellido Vázquez afirmó que durante la noche del miércoles había presenciado un encarnizado duelo aéreo, estas declaraciones fueron investigadas y según la versión oficial fueron posteriormente descartadas.
El avión C-46 en el que viajaba el comandante Ernesto Guevara avistó en Cayo Anguila, frente a las costas de Caibarién, los restos semidestruidos de dos aparatos, uno de ellos parecía tener la línea del Cessna, más tarde se comprobó que era un error.
Juan Orta, un ex-secretario de Castro le manifestó al joven poeta Iván Pórtela, cuando ambos estaban exiliados en la embajada de México: “yo estoy plenamente convencido de que el avión de Camilo fue derribado por ordenes de Fidel Castro”. Orta que estuvo tres años asilado en la embajada de México, continuó diciendo a Pórtela, “que estaba reunido con Fidel cuando Raúl Castro y Ernesto Guevara le plantearon a Fidel: Camilo se opone a cambios estructurales en el ejército rebelde, a lo que Fidel respondió. El plan será llevado a cabo, cueste lo que cueste, ni cien Camilos podrán oponérsele”.
El doctor Orta en las conversaciones que sostuvo con Pórtela y en artículos que escribió en el exilio, gustaba afirmar que las personas que en alguna medida estuvieron relacionadas con la misteriosa muerte-desaparición de Cienfuegos, sufrieron una suerte similar.
-El piloto del Sea Fury que, supuestamente, despegó poco después que lo hiciese la avioneta de Cienfuegos, desapareció.
-El mecánico de avión que reportó que el caza británico traía una ametralladora completamente descargada murió ese mismo día porque un automóvil lo atropelló.
-El pescador que declaró que había visto que una avión caza atacaba una avioneta fue conducido a La Habana para ampliar las investigaciones y no se supo más de él.
-El comandante Cristino Naranjo, amigo personal de Camilo y oficial de la Columna Invasora que este comandaba, que había iniciado una investigación por su cuenta fue baleado a entrada del Campamento Libertad,(antigua Columbia) porque supuestamente no se había identificado.
-El ejecutor, el capitán Manuel Beatón, poco después se alzó en armas contra el Gobierno en la Sierra Maestra, capturado y sumariamente ejecutado. No obstante, continúa Orta su relato, un miembro del tribunal, el teniente Agustín Onidio Rumbaut logró entrevistarse con el detenido y éste le confesó que Fidel Castro, Raúl Castro, Ernesto Guevara, el también comandante Félix Torres y el informador Jorge Enrique Mendoza, eran los responsables directos de la muerte de Cienfuegos.
-Días más tarde, después de haber preparado un informe confidencial, el teniente Agustín Onidio Rumbaut murió en un “accidente de caza”.
Afirma Huber Matos, que Camilo Cienfuegos también estaba descontento con la penetración comunista pero que a su vez se confesaba un hombre totalmente fiel al líder de la Revolución. Apunta que en una ocasión le entregó un escrito pro marxista que había sido incluido en la publicación “Verde Olivo” y que Cienfuegos se molestó y responsabilizó a Ernesto Guevara y a Raúl Castro de lo publicado.
Por otra parte, comenta que aún después de su arresto Cienfuegos no dejó nunca de tratarle con respeto y consideración, actitud que le era informada al Dictador por el capitán Jorge Enrique Mendoza. Matos opina que estas informaciones precipitaron las acciones punitivas contra el carismático comandante. Después de la muerte de Camilo Cienfuegos y la prisión de Huber Matos, la influencia y el poder de Mendoza se incrementó considerablemente.
Refiere Matos que Raúl Castro sentía una gran aversión hacia Camilo Cienfuegos por la popularidad que este tenía y que Fidel Castro temía que Cienfuegos pudiera provocar una crisis de grandes proporciones, no solo dentro de la estructura del poder revolucionario sino también en la población. Cuenta que Cienfuegos criticó la manera en que Castro dirigió su caso lo que puso en alerta al gobernante sobre posibles futuros problemas con un individuo que le había sido hasta ese momento incondicional.
Continúa Matos, exponiendo que Castro envió a Cienfuegos para que le arrestase en su despacho en el regimiento “Ignacio Agramonte” con la intención de que se originase un tiroteo en el que el famoso Comandante fuese muerto y así salir de los dos de una vez por todas, pero que tuvo la precaución de ordenarle a sus oficiales que las tropas no disparasen cuando le fueran a detener, lo que frustró el supuesto plan.
Sobre la avioneta Cessna 310, desaparecida con tres hombres a bordo, dice que no tiene la más mínima duda que fue abatida por orden de Fidel Castro. Apunta que el piloto, teniente Luciano Fariñas Rodríguez era un hombre muy disciplinado que no se habría desviado de la ruta sin haber pedido autorización. Este aspecto es también comentado por el doctor Orta, quien afirma “que desde la torre de control aéreo de Camagüey le indicaron a Cienfuegos que el comandante Félix Torres estaba perdido sobre el mar al sur de la ciudad de Trinidad, Las Villas, y que era necesario participara en su búsqueda”. Según el declarante esto propició que un avión Sea Fury derribase el Cessna de Cienfuegos.
Por otra parte, afirma Matos, que estando en la prisión del Castillo del Morro, La Habana, recibió dos mensajes de Camilo en el que este le advertía que tendría que declarar en su contra ya que su situación personal, la de Cienfuegos, era muy difícil. Le decía que de ir a juicio sería fusilado y que estaba dispuesto a ayudarle para que se fugara de la prisión, a lo que el prisionero se negó aduciendo que quería un proceso judicial para denunciar públicamente lo que estaba pasando en el país.
Sin embargo, el también comandante Lázaro Asencio, Segundo Frente Nacional del Escambray, afirma en un artículo que Cienfuegos era comunista y que sus diferencias con Raúl Castro no eran por defender a Huber Matos sino porque este protegía oficiales como el hoy general Dermidio Escalona.
Continúa Asencio su relato planteando que un matrimonio que vivía en la Punta de la Bahía de Masío, cerca de Casilda, Trinidad, sintió en horas del atardecer del 28 de octubre de 1959 una terrible explosión, vio una bola de fuego que descendía del cielo y después el ruido de un avión. Apunta que cuando se conoció de la declaración el entonces capitán Osmaní Cienfuegos viajó personalmente a Casilda para conducir a La Habana al matrimonio del que no se volvió a saber, pero que supo de esta historia porque la pareja secuestrada se lo comunicó a un funcionario de la Cruz Roja, que a su vez se lo hizo conocer a él.
Asencio también comparte la idea de que el avión de Cienfuegos fue derribado por un avión Sea Fury, que la orden la dio el comandante comunista Félix Torres, que a su vez la había recibido de los hermanos Castro. Agrega que el Oficial de Día de la Aviación, José Paz, que conoció del informe de que un Sea Fury había descargado sus ametralladoras murió en un accidente en la Vía Blanca, cuatro días después de desaparecer Camilo Cienfuegos.
Concluye Asencio su relato recordando que se encontraba en la Bahía del Masío, dos días después de la desaparición del Cessna, en compañía de otros oficiales del Ejército Rebelde en la embarcación de un pescador de Casilda de nombre Juan quien mencionó una mancha de aceite y una almohada, que presumiblemente pertenecían a la avioneta que buscaban.
Esta información se comunicó de inmediato por radio. Una hora después se dijo que Cienfuegos había sido hallado vivo lo que determinó que se suspendiese la búsqueda en toda la isla por varias horas lo que “permitió borrar las pruebas en el Masío de la caída allí de la avioneta de Camilo Cienfuegos”.