Cabrera Infante jamás se hubiera reconciliado con el régimen cubano

Asegura el intelectual español Fernando Savater en su análisis sobre la operación de recuperación póstuma del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante que lleva a cabo la Unión Nacional de Escritores de Cuba.

El escritor y filósofo español Fernando Savater describe en el diario El País como "el abrazo del oso" la operación de recuperación póstuma del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante que lleva a cabo la Unión Nacional de Escritores de Cuba.

El autor se refiere a la publicación de “Sobre los pasos del cronista: el quehacer intelectual de Guillermo Cabrera Infante en Cuba hasta 1965″, publicado por Ediciones Unión y presentado el pasado 18 de agosto en la sede de La Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Para Savater la idea de rescatar al autor cubano luego de décadas de censura editorial en la isla, se debe a "que en el lento crepúsculo de las dictaduras los últimos burócratas que se aferran al poder tratan de legitimarse secuestrando para su causa a quienes la padecieron y se resistieron a ella, y que eso es lo que pretenden hoy los gestores del castrismo con Cabrera Infante".

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El novelista español explica que "Se quiere presentar la pieza académica como la reconciliación de Cuba con GCI. Pero eso es un gran fraude, porque Guillermo jamás estuvo enfrentado ni enemistado con Cuba ni con los cubanos. Todo lo contrario, nunca la isla ni sobre todo La Habana fueron literariamente celebradas con mayor amor, con más desgarradora nostalgia y con mejor conocimiento. Y nadie vivió como él tan pendiente de la libertad secuestrada y los padecimientos de los cubanos en la isla o en el exilio. No hay que reconciliar a GCI con Cuba, con su Cuba: pero es el caso que con quien quieren "reconciliarle" a título póstumo es con el castrismo, porque son los castristas quienes consideran a sus enemigos "anticubanos" lo mismo que los franquistas llamaban a los opositores del régimen "la anti-España". Y esa reconciliación mientras la dictadura sigue machacando a los cubanos jamás la hubiera consentido Guillermo".

Este es -señala el articulista- el abrazo doloso que el castrismo agonizante quiere dar a su incansable opositor, para aprovecharse de su nombre.