Aunque se ha progresado mucho en la protección de Estados Unidos, el presidente Bush instruyó a los departamentos y agencias federales para que revisaran sus esfuerzos y encontraran formas nuevas y mejores para proteger al país contra ataques con sustancias biológicas nocivas.
El resultado de esa revisión es la orden presidencial Defensa Antibiológica Siglo XXI, que se basa en logros anteriores, especifica las funciones y responsabilidades e integra los programas y actividades en seguridad nacional, salud pública, inteligencia, diplomacia, agricultura y aplicación de la ley en un esfuerzo sostenido de carácter nacional contra las amenazas de las armas biológicas.
La Defensa Antibiológica Siglo XXI sienta las bases esenciales del programa de defensa antibiológica y establece las siguientes directrices para reforzar los avances que se lograron durante los últimos tres años.
materiales de estas armas para desmantelar el comercio de la proliferación (de armas prohibidas) y perseguir a los culpables con una cooperación fortalecida para la aplicación de la ley, incluso con mecanismos multinacionales como la Interpol (Policía Internacional).