La Santa Sede informó el jueves que el papa Francisco nombró al arzobispo Bruno Musaró, nuncio apostólico en Cuba desde 2011, como nuevo Nuncio Apostólico en Egipto y Delegado ante la Organización de la Liga de los Estados Árabes.
Monseñor Musaró, en el servicio diplomático vaticano desde 1977, nació en Andrano (Italia), el 27 de junio de 1948. Fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1971. En 1977 ingresó en el servicio diplomático de la Santa Sede, trabajó en esta Secretaría de Estado en Corea, Italia, República Centroafricana, Panamá, Bangladesh y España.
El 3 de diciembre de 1994 fue designado Nuncio Apostólico en Panamá y recibió la ordenación episcopal el 6 de enero de 1995. Posteriormente, el 25 de septiembre de 1999, fue nombrado Nuncio Apostólico en Madagascar, Mauricio y las Seychelles; así como Delegado Apostólico en las Islas Comore y La Reunión. El 10 de febrero de 2004 fue nombrado Nuncio Apostólico en Guatemala.
El 6 de enero de 2009 fue designado Nuncio Apostólico en Perú y, luego, en 2011 fue nombrado Nuncio en Cuba.
En Cuba hasta que el socialismo haya terminado...
En agosto de 2014 Musaró criticó las difíciles condiciones de vida en Cuba, durante un viaje a la localidad italiana de Vignacastrisi. En aquella ocasión, dijo estar agradecido al Papa por haberlo enviado "a esa isla" y mostró su esperanza de "estar allí cuando el régimen socialista haya terminado".
El diario italiano Lecce News24 reportó sus declaraciones. Se refirió a "las condiciones de absoluta pobreza y degradación humana y derechos civiles en la que vive el pueblo cubano, víctimas de una dictadura socialista que les mantiene subyugados por 56 años".
"Para esta gente la única esperanza de una vida mejor es escapar de la isla", afirmó el Nuncio citado por Lecce News24.
Monseñor Musaró apuntó que "los italianos que se lamentan de tantas cosas tienen que saber que en Cuba un médico gana 25 euros por mes y que para vivir con dignidad algunos profesionales de noche van a trabajar como camareros".
"En Cuba todo está controlado por el Estado, hasta la leche y la carne. Comer ternero es un lujo y quien mata uno para comerlo es arrestado y llevado a la cárcel", dijo el Arzobispo.
"Aún medio siglo después se habla de Revolución, se alaba a ésta, pero la gente no tiene, mientras la gente no tiene trabajo y no sabe cómo hacer para alimentar a sus propios hijos", reportó Lecce News.