El presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), Dyogo Oliveira, dijo el martes que fue un error haber concedido préstamos a Cuba y Venezuela en el pasado, ya que ahora está claro que esos países no podían cumplir con sus compromisos.
Caracas y La Habana deben conjuntamente alrededor de 1.000 millones de dólares por préstamos concedidos bajo los gobiernos del Partido de los Trabajadores, y están retrasados en sus pagos, sostuvo Oliveira.
Lee también Veja: Cuba acumula $ 17,3 millones en impagos por préstamos brasileños"Hay una crítica a esos préstamos y hasta diría que, mirando las cosas en la actualidad, queda claro que ellos no estaban en condiciones de pagar. Probablemente no deberían haber sido realizados", dijo Oliveira a periodistas en Río de Janeiro.
Oliveira se reunió esta semana con representantes del gobierno cubano para tratar el tema. Según el funcionario, Cuba le debe a la entidad alrededor de 600 millones de dólares.
Lee también Veja: Brasil suspendería pagos por médicos cubanos si Cuba no pone al día su deuda con BNDES"Se han mostrado solícitos e interesados en buscar soluciones, pero alegan que por cuestiones climáticas y financieras no han tenido capacidad de honrar totalmente los pagos, ellos han hecho pagos parciales", remarcó el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.
El martes la revista Veja informó que después de discutir con Oliveira el asunto el lunes, el presidente Michel Temer instruyó a la cancillería que comunicara al gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, que si no se solucionaba el atraso que arrastra Cuba en los pagos de la deuda desde julio, Brasil tendría que suspender los pagos a La Habana por los servicios de profesionales cubanos que participan en el programa Más Médicos.
Algunos directivos del BNDES han sido objetos de investigaciones en los últimos años por su presunta participación en el escándalo de corrupción destapado en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
Partidos parlamentarios pidieron entonces que se investigaran créditos otorgados por el BNDES a empresas involucradas en el caso Petrobras y a las que financió en países como Venezuela, Cuba y Angola, entre otros.
Contra el consejo de los peritos
En marzo de 2017, después de que la justicia brasileña ordenara la publicación de los documentos relacionados con el financiamiento del Mariel, que el gobierno de Dilma Rousseff había mantenido en secreto, el diario Folha de Sao Paulo realizó una reconstrucción de las negociaciones en torno al proyecto, cuya ejecución estuvo a cargo de la corrupta constructora brasileña Odebrecht, y constató la influencia ejercida por el entonces presidente Luiz Inacio Lula Da Silva.
Folha pudo consultar las actas de las reuniones del interministerial Comité de Financiamiento y Garantía a las Exportaciones (COFIG), y telegramas cursados por la embajada de Brasil en La Habana a su cancillería, y también entrevistó a personas que participaron en las conversaciones y pidieron el anonimato.
El diario confirmó que en febrero de 2010 Lula llegó a La Habana en medio de un impasse en el otorgamiento de un quinto préstamo de $ 230 millones que debía conceder el BNDES, para completar las obras del puerto de contenedores. Los técnicos del COFIG, entidad que evalúa la financiación de las exportaciones brasileñas, tenían dudas acerca de la viabilidad del proyecto portuario cubano, concebido para convertirse en un hub regional de transbordo de mercancías, considerando que Estados Unidos aplica un embargo económico al régimen cubano.
Además, Cuba ofrecía como garantía los ingresos futuros del puerto; y pretendía mantener el dinero en la isla, mientras que COFIG quería que la garantía se depositara en el extranjero, de modo que Brasil pudiera recuperarla sin consentimiento cubano en caso de un incumplimiento. La Habana se oponía a esa exigencia. Folha señala que al final, Lula escuchó solamente a Raúl Castro, y dio su visto bueno al empréstito.
El reportaje desglosaba asimismo los términos favorables y subsidios ofrecidos a los “camaradas” de La Habana para amortizar los $ 682 millones que aportó BNDES a Mariel.
Para pagar el préstamo Cuba recibió un plazo de 25 años (el plazo normal es de 12 años), el más largo que haya concedido el banco estatal, así como tasas artificialmente bajas de interés.
Citando los contratos entre BNDES y Cuba, Folha revela que las tasas de interés aplicadas a los préstamos para el puerto cubano oscilan entre 4,4 % y 7,1 % anual, para un promedio de 5,1 %. (Los contratos de BNDES con empresas nacionales tenían entonces un interés mínimo de 6% anual).
Pero estos intereses habrían sido mayores de no ser por el subsidio del gobierno. Folha calculó que las obras del puerto cubano consumieron en total $ 167 millones en subsidios del Tesoro brasileño.
(Con información de Reuters, EFE, Veja y Folha)