Los deslizadores son vehículos aéreos livianos, remolcados por un poderoso avión hasta llegar a una altura designada. A partir de ahí, utilizan corrientes de aire ascendentes, para poder planear por los cielos.
Sus alas son mucho más largas que las de un avión común, debido a lo anterior. Bajo condiciones óptimas, pilotos experimentados pueden alcanzar grandes alturas y mantenerse en lo alto, por horas.
En su primer viaje, Airbus Perlan alcanzó sólo un kilómetro y medio de altura pero, el año próximo, los científicos planifican llegar a una altura de 27 kilómetros, más allá que los aviones espías U-2 y SR-71.
"No estamos completamente seguros de que las corrientes de aire ascendentes lleguen a esa altura, pero los meteorólogos nos dicen que sí, así que lo vamos a intentar", comenta el piloto principal Jim Payne.
La meta es investigar cómo los vientos rápidos, que se mueven en las altitudes entre 10 y 50 kilómetros, influencian el clima de la Tierra.
"Sucede que las más grandes corrientes de aire ascendentes se encuentran en la estratósfera. Estudiaremos esas corrientes, ya que cambian el tiempo y el clima", dijo el presidente de The Perlan Project, Ed Warnock.
La densidad del aire a esas alturas es similar a la de la atmósfera en el planeta Marte. Este proyecto contribuirá a diseñar aviones que, un día, podrían volar a través de los cielos del planeta Rojo.