El sistema energético cubano, compuesto por termoeléctricas, generadores y plantas flotantes, sufre por la escasez de combustible. Afectan, además, la fiabilidad de la red eléctrica —amenazada por las altas temperaturas y récords de hasta 40 grados—, la sequía, la falta de mantenimiento oportuno a las termoeléctricas, y un ineficiente Plan de Contingencia y gestión estatal, según coinciden expertos.
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