Mientras tanto, en Bagdad por lo menos cinco obuses de mortero estallaron el jueves en la llamada Zona Verde, donde está la sede del gobierno interino de Iraq y varias embajadas diplomáticas extranjeras.
Uno de los proyectiles fue a caer cerca de una oficina de teléfonos móviles en el barrio Arasat, matando a un civil e hiriendo a otros tres, dijo el teniente de policía Muhsin Khazim. Aparentemente otros civiles fueron heridos en explosiones ocurridas en diversdas partes de Bagdad, pero no había cifras oficiales disponibles.
La semana pasada otro ataque insurgente con morteros mató a cuatro empleados civiles nepaleses de una compaña británica de seguridad e hirió por lo menos a doce en la Zona Verde.
En la ciudad de Mosul, al norte de Bagdad, las fuerzas de seguridad iraquíes mataron en un tiuroteo a 10 insurgentes, informó el jueves el general iraquí Rasheed Feleih. Según sus palabras, dos insurgentes fueron capturados en el tiroteo que se inició durante la madrugada cuando una unidad de fuerzas especiales de la policía hacía un recorrido por el levantisco barrio Isláh de aquella ciudad.
La fuerza policíaca de 5,000 hombres que había en Mosul se desintegró el mes pasado al estallar una rebelión insurgente, forzando al Alto Mando de Estados Unidos y al gobierno interino a enviar tropas que eran utilizadas en la ofensiva para tomar a Faluya.
En el pueblo de Baladrúz, unos 80 kilómetros (50 millas) al nordeste de Bagdad, elementos subversivos abatieron a tiros a un coronel de la policía cuando caminaba en un mercado, informó el agente Ahmed Hassan. Los insurgentes atacan con frecuencia a los policías iraquíes porque los califican de “colaboradores” de las tropas de Estados Unidos.
La agencia de noticias The Associated Press informó que desde el comienzo de la guerra de Iraq en marzo de 2003, 1,257 americanos han perdido la vida en ese país.