AUBENAS RELATA SU SECUESTRO

Aubenas dijo que todos los días o tenía hambre o estaba enferma, y trataba de acortar las largas jornadas de esos 175 días pasados en un sótano minúsculo y sin luz, de cuatro por dos metros de dimensión, y en el que no podía ni ponerse de pie, contándolo todo, los minutos, las palabras, los pasos.

Esa estrategia le permitió afirmar, sin ningún género de duda, que daba 24 pasos al día, dos idas y venidas al baño, y que tenía derecho a dirigir 80 palabras al día a sus guardianes, quienes la golpearon por moverse demasiado en su colchón o porque creían que había intentado hablar con otro rehén que estaba a su lado.

Díez días antes de ser liberada, descubrió que el rehén número cinco que estuvo todo el tiempo a 90 centímetros de ella, era su guía Husein Hanoun, junto a quien fue secuestrada el 5 de enero del 2005 por cuatro hombres armados cerca de la Universidad de Bagdad.