Una bomba instalada en un automóvil tripulado por un terrorista suicida estalló el lunes en Bagdad y murieron por lo menos 12 personas, entre ellas un americano, un francés, dos británicos y otro extranjero cuya nacionalidad no se conoce.Todos trabajaban en la reconstrucción de las plantas eléctricas de Iraq. Las víctimas restantes fueron iraquíes.
Una turba de iraquíes se agolpó en el sitio del atentado terrorista gritando "!Abajo Estados Unidos!" mientras danzaban en torno a un cadáver carbonizado.
Portavoces militares de Estados Unidos dijeron que resultaron heridas 60 personas, entre ellas diez extranjeros contratados.
La policía iraquí vio cuando la turba incendió vehículos que la explosión averió. Soldados americanos golpearon a un hombre con bastones, pero cuando no pudieron frenar a la turba, se retiraron del lugar junto con los policías iraquíes.
Faltando casi dos semanas para que termine oficialmente la ocupación que Estados Unidos encabeza, la violencia ha dejado perplejo al nuevo gobierno iraquí, que tenía la esperanza de obtener el respaldo público como representante legítimo de Iraq.
En Washington, el Secretario de Estado, Colin Powell, declaró que se espera un aumento de los atentados terroristas contra funcionarios del nuevo gobierno iraquí a medida que se aproxime la fecha del 30 de junio, cuando está programada la transferencia de poderes.
Powell dijo que las próximas dos semanas serán peligrosas, pero advirtió que las tropas americanas y las fuerzas iraquíes de seguridad derrotarán a "los asesinos".
Por otra parte, la organización terrorista internacional Al-Kaeda anunció el domingo en Internet que ha secuestrado a en Riad a un ciudadano de Estados Unidos. Aparentemente Al-Kaeda también dio muerte a balazos el sábado en su domicilio de Riad, Arabia Saudita, a otro americano identificado como Kenneth Scroggs.
El comunicado de Al-Kaeda dice que la organización terrorista se propone dar al cautivo, identificado como Paul M. Johnson, el mismo tratamiento que soldados americanos, que ya son sometidos a la justicia militar, dieron a detenidos iraquíes en la cárcel de Abu-Greib, próxima a Bagdad.
Entretanto, las autoridades militares americanas informaron el lunes que estaban poniendo en libertad a cientos de iraquíes detenidos en Abu-Greib.
Cientos de parientes llorosos aguardaron detrás de alambradas a los presos, algunos de los cuales estuvieron encerrados durante muchos meses en el presidio situado en las afueras de Bagdad.
Portavoces militares de Estados Unidos habían anunciado que 585 prisioneros serían puestos en libertad el lunes en cumplimiento de un plan para reducir antes del 30 de junio el número de presos en Abu-Greib.