Ataque a fiesta navideña en California deja 14 muertos, 17 heridos

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14 muertos y 17 heridos en un tiroteo en un centro de discapacitados.

La pareja de atacantes, Syed Rizwan Farook, de 28 años, y Tashfeen Malik, de 27, fue muerta a tiros por la policía. Autoridades valoran terrorismo o conflicto laboral entre los motivos.

El presidente estadounidense Barack Obama dijo hoy que la masacre perpetrada ayer en San Bernardino, California pudo estar relacionada con el terrorismo, pero las autoridades todavía no lo saben, y que pudo haber tenido elación con cuestiones laborales u otros motivos.

Hablando desde la Oficina Oval, Obama aseguró a los estadounidenses que las autoridades esclarecerán plenamente el caso y les pidió esperar a conocer los hechos antes de emitir juicios. "Todos tenemos un papel que cumplir" para poner fin a la violencia, señaló el mandatario.

Murieron 14 personas y 17 resultaron heridas el miércoles en un centro de servicios para discapacitados de San Bernardino, California, cuando un hombre y una mujer fuertemente armados abrieron fuego contra los participantes en una fiesta de Navidad de los compañeros de trabajo de él, según las autoridades.

Syed Rizwan Farook, de 28 años, y Tashfeen Malik, de 27, fueron los únicos agresores del tiroteo. Ambos murieron horas más tarde en un tiroteo con la policía.

Su familia dijo que los sospechosos estaban casados. Los investigadores no han descartado un vínculo con el terrorismo y también estudian la posibilidad de que una disputa laboral desencadenara la masacre en el centro de servicios sociales para discapacitados.

Compañeros del sospechoso en el Departamento de Salud Pública del condado de San Bernardino habían alquilado un espacio para la celebración en el centro para discapacitados.

Viajó a Arabia Saudí

Farook, de origen pakistaní pero nacido en el estado de Illinois, este año viajó a Arabia Saudí y regresó con una esposa, dijo su compañero de trabajo Patrick Baccari, que asistió a la fiesta del miércoles pero estaba en el baño cuando comenzaron los disparos.

Farook estuvo fuera del país aproximadamente un mes en la primavera, y a su vuelta se comentó que se había casado. La mujer, a la que describió como farmacéutica, se reunió con él poco después en Estados Unidos y pronto tuvieron un bebé. Más tarde Farook se dejó crecer la barba.

Baccari, quien se sentó en la misma mesa que Farook en la fiesta, dijo que los empleados estaban descansando antes de tomarse fotos de grupo cuando Farook desapareció de improviso, dejando su chaqueta sobre la silla. Baccari había ido al baño cuando oyó las detonaciones.

Farook era inspector de restaurantes para el Departamento de Salud, según registros públicos. Trabajaba para el Condado desde hacía cinco años.

Cita médica

La pareja había dejado a su hija de seis meses con parientes el miércoles por la mañana, diciendo que tenían una cita médica, reveló tras hablar con la familia Hussam Ayloush, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses.

Farhan Khan, casado con la hermana de Farook, dijo a la prensa que había hablado por última vez con su cuñado aproximadamente una semana antes. Dijo estar conmocionado, condenó la violencia y afirmó que no tenía "en absoluto" ninguna idea de por qué habría hecho esto".

Fuerzas especiales de respuesta llegan al lugar donde fueron abatidos los sospechosos del ataque en San Bernardino, California.

Unas cuatro horas después de la masacre, la policía, que buscaba a los responsables, acribilló a balazos una camioneta negra a dos millas del centro de servicios sociales, en esta ciudad del sur de California donde viven 214.000 personas.

En su interior encontraron a Farook y Malik con fusiles de asalto y pistolas semiautomáticas y a ambos enfundados en "ropa de estilo asalto", según las autoridades.

Helicópteros de televisión grabaron imágenes de la escena tras el tiroteo, en las que se veía a los agentes aproximarse despacio a la dañada camioneta.

El ataque fue el tiroteo masivo con más víctimas registrado en Estados Unidos desde la balacera en diciembre de 2012 en una escuela primaria de Newtown, Connecticutt, en la que murieron 26 niños y adultos.

Por la mañana, cuando sonaron los primeros disparos en el gran complejo de tres edificios, algunas personas se encerraron en sus oficinas y esperaron impacientes a la policía, enviando mensajes o llamando entre susurros a sus seres queridos.