Ben Rhodes, el asesor adjunto de seguridad nacional del presidente Barack Obama a cargo de políticas de compromiso en el mundo, tenía previsto aprovechar su visita a Cuba el miércoles, con motivo de los funerales de Fidel Castro, para reunirse con funcionarios del gobierno cubano y repasar los avances en la normalización de relaciones bilaterales, informó la Casa Blanca.
“Hoy (miércoles) Rhodes sigue en Cuba, para mantener reuniones con funcionarios del gobierno cubano y responsables de la embajada estadounidense”, explicó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su conferencia diaria.
Earnest se refirió a Rhodes como "el interlocutor principal de la Casa Blanca con el gobierno cubano".
Rhodes, quien fuera el negociador principal de Obama durante los 18 meses de conversaciones secretas con Cuba que condujeron al deshielo en las relaciones bilaterales, tenía planeado regresar anoche a Washington tras representar a EE.UU. en las honras fúnebres que convocaron a 23 jefes de Estado y Gobierno.
El vocero presidencial estadounidense aclaró que, antes de conocerse la noticia de la muerte de Castro, el pasado viernes, Rhodes ya tenía previsto viajar a Cuba para “conversar sobre la implementación de la política de normalización” de las relaciones bilaterales.
La administración Obama había expresado su esperanza de que ese acercamiento fuera “irreversible”, pero el lunes, el próximo Presidente de EE.UU., Donald Trump, advirtió que le pondría fin a menos que el gobierno cubano muestre disposición a negociar con él “un acuerdo mejor”.
El portavoz de Trump, Jason Miller, aseguró que el presidente electo demandará de La Habana una mayor libertad política y religiosa para los cubanos.
Earnest, por su parte, consideró también el lunes que poner fin a la distensión con Cuba tendría consecuencias “económicas” para los ciudadanos de ambos países y efectos “diplomáticos” en la relación con Latinoamérica.