Amnistía Internacional denunció que en 2021 hubo desplazamientos masivos causados por crisis tanto emergentes como ya arraigadas.
La situación de países como Afganistán, Etiopía y Myanmar dio lugar a nuevas olas de desplazamiento.
En su informe anual, Amnistía destacó que miles de personas continuaron abandonando Venezuela, y sólo el conflicto en curso en República Democrática del Congo llevó a 1,5 millones de personas a huir de su hogar en 2021.
En todo el mundo, millones de personas tuvieron que dejar sus países debido a violaciones de derechos humanos relacionadas con conflictos y violencia, con desigualdades, y con el cambio climático y la degradación ambiental; entre los grupos más afectados por el desplazamiento se hallaban las minorías étnicas.
Según el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, a mediados del año había 26,6 millones de personas refugiadas y 4,4 millones de solicitantes de asilo en todo el mundo.
Amnistía Internacional subrayó que la comunidad internacional no proporcionó el apoyo adecuado y, aún peor, restringió el acceso a las zonas seguras.
Las personas en movimiento se vieron además sometidas a una cadena de abusos, y la comisión sistemática de violaciones generalizadas de derechos humanos, tales como expulsiones sumarias, tortura y violencia sexual no fue castigada.