“Gran parte de los cambios propuestos por Trump no han sido implementados. Pero en Cuba hay tranquilidad. La vida sigue”, así respondió a una pregunta sobre la nueva política hacia Cuba anunciada por el Presidente de los Estados Unidos un alto cuadro de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC) que anda de gira por la casa del “enemigo imperialista”.
Ciertamente, la (buena) vida sigue para él y otros de su especie aún después del anuncio del 16 de junio en Miami.
Sin embargo, cuando el Departamento del Tesoro anuncie las nuevas Regulaciones de Control de Activos Cubanos (CACR) ─probablemente a mediados de septiembre según el Consejo Comercial y Económico Cuba-Estados Unidos─ Víctor Manuel Lemagne, el itinerante Secretario del Sindicato de Hotelería y Turismo, otros altos cuadros de la CTC, y una larga etcétera de dirigentes y represores castristas, desde ministros y diputados a la Asamblea Nacional (Lemagne es también diputado por el municipio de Trinidad) hasta presidentes de CDR, figurarán en una relación de cubanos excluibles de ciertas exenciones al embargo autorizadas por los últimos presidentes de Estados Unidos ¿Podrán entonces continuar viniendo de visita a la casa del “enemigo"?
Todos ellos estarán de vuelta en la lista de los "funcionarios prohibidos del Gobierno de Cuba", como ordenó Trump, dando marcha atrás a una decisión ejecutiva de la administración Obama, en un memorándum presidencial dirigido a “fortalecer la política de Estados Unidos hacia Cuba”.
¿Qué ha hecho el Sr. Lemagne en la gira que ya lo ha llevado a varias ciudades de California y Nueva York y que incluirá también Chicago, Baltimore, y Washington, D.C.? Algunos extractos de sus presentaciones en la Universidad de Berkeley y en Nueva York:
“He visto mucha gente viviendo debajo de los puentes. Eso no existe en Cuba” (En Cuba los desamparados duermen en las calles y los recogen cuando visita la isla algún dignatario importante).
“Nos adaptaremos a cualquier cambio que venga (de Trump). Trabajamos sin pausa pero sin prisa” (un lema de Raúl Castro para justificar la lentitud de las reformas, que no consiguen sacar a Cuba del estancamiento económico).
"La propiedad estatal de los medios de producción es complementada por la industria del turismo que tiene un alto componente estatal pero también comprende a medio millón de empleados privados" (¿Así que ahora el 90 % de los cuentapropistas cubanos (son 550.000) trabaja para la industria sin chimeneas?).
“¿Hay democracia laboral en Cuba?”
“Hace dos años (fue en 2013) se preparó un nuevo Código de Trabajo. Se necesitaban cambios debido a los nuevos negocios privados que han surgido, algunos den el sector del turismo y los hoteles. Todos los colectivos laborales y unidades de negociación debatieron y discutieron la nueva ley propuesta. Tuvimos un 100 por ciento de participación” (Quien no participe puede ser sancionado)
La ley y la trampa
El nuevo Código, como admite la Organización Internacional del Trabajo (OIT) atiende en su redacción algunas recomendaciones formales del organismo como no contener referencia expresa a ninguna central sindical, incluida la CTC; expresar que no existe disposición legal alguna que establezca la prohibición del derecho de huelga y que las leyes penales no establecen sanción alguna por el ejercicio de tales derechos; y admitir que los trabajadores tienen el derecho de asociarse voluntariamente y constituir organizaciones sindicales.
Pero en Cuba una cosa es la ley y otra es su cumplimiento. Un breve vistazo a la situación en la práctica de los derechos laborales en la isla indica que:
- La CTC reconoce en sus Estatutos la rectoría del Partido Comunista, el cual traza sus directivas al movimiento sindical.
- No se reconoce estatus legal a organizaciones sindicales independientes.
- No existen reales convenios colectivos ni derecho efectivo a la huelga y otras formas de protesta pacíficas, ya que las denuncias, reclamaciones y disputas laborales se consideran acciones antisociales o contrarrevolucionarias y sus autores son castigados, incluso penalmente, como ha observado la OIT.
- Se trabaja en condiciones que violan las normas internacionales, incluyendo la falta de medios de protección, lo que ha propiciado el incremento de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
- Se despide a los trabajadores por razones ideológicas y políticas.
-Se hacen anotaciones en el Expediente Laboral de datos ajenos al trabajo, tales como integración política, creencias religiosas y otros.
- Estudios indican que los cubanos necesitan el equivalente a cuatro veces el salario medio mensual solamente para comer.
-El Estado se apropia más del 90 por ciento de lo que pagan empresas extranjeras por sus empleados cubanos.
Polea de transmisión
Todo esto ocurre con la complacencia de la CTC. Y es que, a diferencia de lo que parecen creer los anfitriones de Lemagne en EE.UU., la CTC, como ha señalado desde la isla la periodista independiente de Cubanet Miriam Leiva, “no representa los intereses de los trabajadores, ni es una Organización No Gubernamental, sino una polea de transmisión del Estado-Partido”.
Así que, desde septiembre, es seguro que los “secretarios y primeros secretarios de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) y los sindicatos que la componen”, regresarán a la lista oficial de “funcionarios prohibidos del Gobierno de Cuba”.
De cómo queden redactadas las Regulaciones de Control de Activos Cubanos dependerá si la seguirán teniendo tan fácil para venir a pasear y hacer propaganda en casa del “enemigo imperialista”.
Víctor Manuel Lemagne es cuadro sindical desde 1979. Fue segundo secretario de la CTC Municipal de Unión de Reyes y funcionario de la CTC Provincial. En 1988 es promovido a segundo secretario de la CTC municipal de Matanzas. Integró el secretariado del Sindicato Provincial de Comercio y Gastronomía y fue secretario general del Comité Municipal de la CTC en Varadero. En 1995 fue secretario general del Comité Provincial del Sindicato de Hotelería y Turismo. En 1998 fue promovido a miembro del Secretariado Nacional y en el 2011, electo al cargo que hoy ocupa, de Secretario del Comité Nacional del Sindicato de Hotelería y Turismo.