Un informe sobre la censura en Cuba, elaborado por la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP), reveló que 40 mujeres fueron detenidas en el país en 2016 en el ejercicio del periodismo.
El grupo, con sede en La Habana y dirigido por el periodista independiente José A. Fornaris, elaboró el resumen titulado “El cambio en el modelo de represión aumenta los riesgos para el periodismo libre en Cuba”.
“Una de cada seis detenciones es contra una mujer”, revelan los datos de la APLP. De un total de 213 detenciones arbitrarias contra periodistas en el país, 40 fueron de mujeres.
El segundo trimestre de 2016 fue el peor para mujeres que intentaron reportar o graficar la isla de manera alternativa a los medios oficiales: 15 de ellas sufrieron detención y la intromisión de la policía en sus actividades profesionales.
Varias instituciones internacionales monitorean la salud de la libertad de prensa en el mundo como Reporteros Sin Fronteras (RSF); la Fundación para los Derechos Humanos (HRF, siglas en inglés), el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) y Freedom House (FH), entre otros.
El informe desde dentro de la isla llega mucho después que estos organismos hayan emitido sus resúmenes anuales, publicados a principio de cada año, pero las mismas difíciles condiciones que revela el breve documento interno, fueron las que debieron atravesar los miembros de la APLP para recoger sus datos.
Madre soltera: un caso vulnerable
Martí Noticias conversó con Sol García Basulto, periodista independiente radicada en Camagüey.
Ella es corresponsal de 14ymedio en la ciudad central de Cuba, colabora con medios como La Cuarta Columna (España), Diario de Cuba, el portal de la Fundación Nacional Cubanoamericana y es la diseñadora gráfica de La Hora de Cuba, una revista sociocultural dirigida por el periodista Henry Constantín Ferreiro.
El pasado 3 de mayo, cuando se celebraba el día Mundial de la Libertad de Prensa, García Basulto pasó unas ocho horas en una unidad policial de su provincia junto a su hijo de 3 años de edad.
La amenazaron con ocuparle las herramientas para investigar y publicar, y le prometieron las rejas si insiste en hacer un periodismo alternativo.
“Fui amenazada con retirarme todos mis bienes digitales, el 1er teniente me prohibió directamente expresarme en los medios, e incluso [amenazó] con usar la cárcel, con encerrarme.”, explicó la mujer.
El pasado 22 de marzo las autoridades cubanas en Camagüey acusaron formalmente a García Basulto y Constantín Ferreiro de “usurpación de la capacidad legal, que contempla la sanción de tres meses a un año de privación de libertad”, como reportó MN ese día.
La incriminación contra los reporteros estuvo basada en el hecho de que habían tomado entrevistas en la vía pública para "tergiversar la información y escribir en contra del gobierno”, les comunicaron a ambos.
Inmediatamente la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), de la que Constantín es su vicepresidente regional emitió una nota de condena.
“Con el ánimo de castigar de cualquier forma a nuestro colega, las autoridades cubanas recurren ahora a la desgastada excusa de la certificación obligatoria de los periodistas, figura sobre la cual hace más de 30 años se expresó en contra la Corte Interamericana de Derechos Humanos, eliminándose desde entonces ese requisito en numerosos países de las Américas”, indicó la institución.
García Basulto dijo que en el caso de las mujeres, el acoso policial las hace más vulnerables.
“Las mujeres en Cuba somos las que más sufrimos la represión porque tenemos muchos puntos débiles, por la relación familiar teniendo en cuenta el índice de divorcios que hay, porque la mujer se queda casi siempre a cargo del cuidado de los hijos y de la atención de la familia”, indica.
El informe de la APLP, lejos de alarmar a esta joven, le parece un indicador de lo que hacen hoy las mujeres en Cuba.
“Tenemos una participación activa ahora mismo, y que somos quizás el punto más vulnerable”, asegura la joven.
Sol no se deja intimidar por el acoso de las autoridades:
“Claro que seguiremos haciendo periodismo y todo lo demás, activismo también porque estamos dispuestos a desarrollar todo un proyecto social para Cuba y queremos lo mejor para este país. Queremos vivir aquí y que nuestros hijos crezcan libres y hay que hacerlo”.
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