Docenas de países y organizaciones internacionales impulsaban el martes un nuevo esfuerzo para mantener a Ucrania con luz, alimento y calor ante los continuados bombardeos rusos que han sumido a millones de personas en el frío y la oscuridad de cara al invierno.
Se esperaba que la conferencia de donantes en París ayudara a coordinar muchas decenas de millones de dólares en ayuda, tanto financiera como material, para enviar en las próximas semanas y meses a Ucrania y ayudar a su castigada población civil a sobrevivir las gélidas temperaturas y largas noches del invierno.
En un discurso para inaugurar la cita, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, describió los bombardeos de Moscú contra objetivos civiles como un crimen de guerra.
El Kremlin ataca infraestructura civil porque sus tropas han sufrido derrotas en el campo de batalla, afirmó.
Moscú pretende "hundir al pueblo ucraniano en la desesperación", añadió.
La presidenta de la ejecutiva de la UE, la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, dijo que los ataques pretenden romper la moral ucraniana, pero "Rusia fracasará".
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, que intervino por videoconferencia, dijo que 12 millones de ucranianos sufren cortes de electricidad. El país necesita generadores con tanta urgencia como chalecos antibalas y vehículos blindados para sus tropas, señaló.
Los compromisos de donantes no tardaron en superar los 400 millones de euros, el equivalente de más de 420 millones de dólares, según la oficina de Macron. El total incluía ayuda de Francia por valor de 125 millones de euros (131 millones de dólares).
Conforme caen las temperaturas y llega la nieve, las necesidades de Ucrania son enormes y apremiantes. Desde octubre, sucesivas rondas de ataques de misiles y drones han destruido en torno a la mitad de la infraestructura energética de Ucrania, según Kyiv. El gobierno ucraniano señala que Rusia intenta crear una nueva oleada de refugiados a Europa.
Por su parte, Rusia dice que sus ataques a infraestructura civil pretenden debilitar la capacidad de defensa de Ucrania. La vida de muchos ucranianos se ha convertido en una lucha por la sobrevivencia.
"En general necesitamos de todo", dijo Yevhen Kaplin, que lidera un grupo humanitario ucraniano, Proliska, que proporciona estufas para cocinar, mantas y otro material de ayuda tanto en el frente como lejos de los campos de batalla.
Con "la artillería, los ataques de misiles y los ataques a la infraestructura, no podemos saber si habrá gas mañana, no podemos predecir si comprar estufas de gas o no", dijo. "La situación cambia cada día".
La conferencia en París, a la que asistían 46 países y 24 organizaciones internacionales, también instauró un sistema para coordinar la ayuda internacional este invierno, como hicieron las naciones occidentales que proporcionan armas para coordinar su apoyo militar. Una plataforma digital permitirá a Ucrania enumerar sus necesidades de ayuda civil y a los donantes mostrar lo que ofrecerán en respuesta.
Suecia fue uno de los primeros países asistentes en prometer más ayuda. Su ministro de Comercio Exterior, Johan Forssell, anunció una contribución de 55 millones de euros (58 millones de dólares) en ayuda humanitaria y reconstrucción de escuelas, hospitales e infraestructura energética.
Con la llegada del invierno, "debemos hacer todo lo que podamos para ayudar a mejorar las condiciones en Ucrania, y también ayudarles a repeler a los invasores rusos", indicó. "Estaremos aquí para ellos todo el tiempo que haga falta".