El activista de derechos humanos Armando Abascal se encadenó la mañana del miércoles a un monumento a José Martí en el parque del poblado de Carlos Rojas, en la provincia de Matanzas, después que las autoridades se negaron a aceptarle una reclamación formal por el decomiso de sus equipos y accesorios de pesca.
“El lunes fue a la unidad de policía y no lo quisieron atender, y hoy fue al Ministerio de la Pesca de la provincia de Matanzas a entregar las actas de reclamaciones [y] no quisieron aceptárselas”, le dijo la esposa de Abascal, Ania Zamora, a la periodista de Radio Televisión Martí Ivette Pacheco.
Fue un oficial en estado de embriaguez que no llevaba nasobuco quien, según el testimonio de Abascal y las declaraciones de su esposa, hizo el “decomiso” el sábado en Playa Larga a él y a otras cuatro personas residentes en el mismo poblado de Carlos Rojas, todos con licencia y carné de pesca.
Ni siquiera estaban pescando cuando ocurrió todo, pues iban en un camión de regreso a su casa, explica Zamora.
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“Inclusive iba otro camión con más personas, que no lo pararon; pasa una camioneta cuatro por cuatro, con oficiales [vestidos en uniforme de camuflaje] con cosas de pesca y unos perros de caza y tampoco les hicieron nada”, declaró la esposa. “Fue con ellos nada más”.
Cuando todos fueron a hacer la primera reclamación el lunes a la unidad de Playa Larga no aparecía ninguno de los equipos y accesorios “decomisados”, refiere Zamora. Además, el artículo en el cual se basaba el inspector para hacer el “decomiso” fue derogado, ni siquiera está vigente, subraya la esposa de Abascal.
Fue entonces este miércoles a las 8:00 de la mañana cuando acudieron a las oficinas del Ministerio de la Pesca y se negaron a recibir las actas de reclamación, insiste Zamora.
“Abascal se encadenó en medida de protesta porque esos artículos de pesca no aparecen, no quieren entregárselos”, dijo.