Al anunciar que acepta deponer las armas, el jefe militar de los insurgentes declaró que han recibido la garantía de que la democracia será puesta en marcha en Haití y que el orden será garantizado.
Philippe, quien además del creole habla con soltura el español y el inglés, declaró que el objetivo primordial de los rebeldes fue alcanzado, es decir, sacar del poder a Jean-Bertrand Aristide.
Estados Unidos presionó a los insurgentes haitianos para que abandonen toda ambición de asumir el control en el país.