Cuando se cumple el 20 aniversario de la visita a la isla del expresidente estadounidense Jimmy Carter, se mantienen intactas algunas de las demandas lanzadas en su histórico discurso en la Universidad de La Habana, pronunciado el 13 de mayo de 2002.
El mandatario demócrata entre 1977 y 1981 tituló su discurso "Estados Unidos y Cuba: una visión para el siglo XXI" y afirmó entonces que la dura verdad es que ni su país ni Cuba habían logrado definir "una relación positiva y beneficiosa" y que ambas naciones estaban atrapadas en un "estado destructivo de beligerancia".
"Hay algunos en Cuba que piensan que la respuesta simple es que Estados Unidos levante el embargo, y hay algunos en mi país que creen que la respuesta es que su presidente renuncie al poder y permita elecciones libres. No hay duda de que la cuestión merece una valoración más amplia. He vuelto a estudiar la historia complicada (en preparación para mis conversaciones con el presidente Castro) y me doy cuenta de que no hay respuestas simples. No vine aquí a inmiscuirme en los asuntos internos de Cuba, sino a extender una mano de amistad al pueblo cubano y ofrecer una visión del futuro de nuestros dos países y de toda América. Esa visión incluye una Cuba plenamente integrada en un hemisferio democrático, participando en un Área de Libre Comercio de las Américas y con nuestros ciudadanos viajando sin restricciones para visitarse unos a otros. Quiero un intercambio masivo de estudiantes entre nuestras universidades. Quiero que la gente de los Estados Unidos y Cuba compartan más que el amor por el béisbol y la música maravillosa. Quiero que seamos amigos y que nos respetemos", afirmó.
Carter mencionó su esperanza de que el Congreso de EEUU actuara pronto para permitir viajes sin restricciones entre los Estados Unidos y Cuba, estableciera relaciones comerciales abiertas y derogara el embargo y aclaró que sus restricciones no eran la fuente de los problemas económicos de Cuba, puesto que la isla podía comerciar con más de 100 países, y comprar medicinas, por ejemplo, más baratas en México que en Estados Unidos. El mandatario se refirió también a las disputas de propiedad.
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El presidente número 39 de los Estados Unidos explicó en aquel momento que el término "democracia" está incrustado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que Cuba suscribió en 1948, y fue definido con mucha precisión por todos los demás países de las Américas en la Carta Democrática Interamericana.
"Se basa en algunas premisas simples: todos los ciudadanos nacen con el derecho a elegir sus propios líderes, a definir su propio destino, a hablar libremente, a organizar partidos políticos, sindicatos y grupos no gubernamentales, y a tener derechos justos y abiertos. Solo tales gobiernos pueden ser miembros de la OEA, unirse a un Área de Libre Comercio de las Américas o participar en las Cumbres de las Américas. Hoy, cualquier régimen que tome el poder por medios inconstitucionales será condenado al ostracismo", advirtió.
En su discurso criticó que Cuba adoptara un gobierno socialista "en el que domina un partido político y no se permite a la gente organizar ningún movimiento de oposición". También que la Constitución cubana aunque reconoce la libertad de expresión y asociación, mantiene otras leyes que niegan estas libertades a quienes no están de acuerdo con el gobierno.
"Es gratificante notar que los artículos 63 y 88 de su constitución permiten a los ciudadanos solicitar a la Asamblea Nacional que permita un referéndum para cambiar leyes si lo firman 10,000 o más ciudadanos. Me informan que tal esfuerzo, llamado Proyecto Varela, ha reunido suficientes firmas y ha presentado tal petición a la Asamblea Nacional. Cuando los cubanos ejerzan esta libertad de cambiar las leyes pacíficamente por voto directo, el mundo verá que son los cubanos, y no los extranjeros, los que deciden el futuro de este país", comentó esperanzado por la iniciativa lanzada por Oswaldo Payá desde el Movimiento Cristiano Liberación.
Desde el Aula Magna, Carter pidió al régimen de Fidel Castro que permitiera que el Comité Internacional de la Cruz Roja visitara las cárceles y que recibiera al Comisionado de Derechos Humanos de la ONU para abordar temas como los presos de conciencia y el trato a los reclusos.