Los editores de la revista explican que en el diálogo entre el gobierno y la Iglesia Católica "hay sectores del Partido Comunista que siguen manifestándose a la vieja usanza. Si pueden cerrar una puerta, la cierran. Si pueden torpedear, torpedean."
Las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado en Cuba siguen siendo “zigzagueantes” pues hay sectores del Partido Comunista que siguen manifestándose a la vieja usanza, dice Lenier González, uno de los editores de la revista Espacio Laical en entrevista con La Jornada.
Entre los elementos que obstaculizan el diálogo señalan “una mezcla de inercia y dogmatismo”, “falta de apertura ideológica” y prejuicios con la Iglesia en Cuba “en otros momentos”.
Los editores de la revista trimestral del Consejo de Laicos del Arzobispado de La Habana, también consideran que “los sectores más significativos de la oposición han apostado al aniquilamiento, a la desestabilización, al caos, muchas veces con criterios primarios, sin proyecto, con prácticas políticas poco legitimas, que no desean el diálogo, sino el derrocamiento del otro y más nada.”
Roberto Veiga, editor de la revista, explica que “el gran pecado original de la historia nacional, es que siempre se ha impuesto un proyecto en detrimento de los otros. No sólo en detrimento: excluyendo a los otros.”
Para estos editores el reto de la sociedad cubana radica en construir un nuevo pacto “que permita la convivencia de todos los proyectos y esto lleva a una apertura enorme a los espacios de diálogo”.
Para ello “hay disposición en sectores de la sociedad y del gobierno, pero no en los actores que tienen los instrumentos de poder. Además, la inmensa mayoría de la oligarquía política de la diáspora no soporta la idea de que los cubanos podamos encontrar un arreglo y resolver la situación del país. Tienen el anhelo de que el país tiene que colapsar y ellos venir como salvadores. Y trabajan para que colapse.”
Entre los elementos que obstaculizan el diálogo señalan “una mezcla de inercia y dogmatismo”, “falta de apertura ideológica” y prejuicios con la Iglesia en Cuba “en otros momentos”.
Los editores de la revista trimestral del Consejo de Laicos del Arzobispado de La Habana, también consideran que “los sectores más significativos de la oposición han apostado al aniquilamiento, a la desestabilización, al caos, muchas veces con criterios primarios, sin proyecto, con prácticas políticas poco legitimas, que no desean el diálogo, sino el derrocamiento del otro y más nada.”
Roberto Veiga, editor de la revista, explica que “el gran pecado original de la historia nacional, es que siempre se ha impuesto un proyecto en detrimento de los otros. No sólo en detrimento: excluyendo a los otros.”
Para estos editores el reto de la sociedad cubana radica en construir un nuevo pacto “que permita la convivencia de todos los proyectos y esto lleva a una apertura enorme a los espacios de diálogo”.
Para ello “hay disposición en sectores de la sociedad y del gobierno, pero no en los actores que tienen los instrumentos de poder. Además, la inmensa mayoría de la oligarquía política de la diáspora no soporta la idea de que los cubanos podamos encontrar un arreglo y resolver la situación del país. Tienen el anhelo de que el país tiene que colapsar y ellos venir como salvadores. Y trabajan para que colapse.”