En la jornada de clausura del Foro de Estocolmo, la bloguera ha pedido ayuda para que los cubanos logren armarse tecnológicamente y pasen "del silencio a la opinión".
"El día que se haga un museo de la democracia en Cuba, se deberá levantar un monumento a las memorias flash", explicó la bloguera cubana Yoani Sánchez durante su intervención como panelista en el Foro de la Libertad de Internet en Estocolmo.
Una vez más la autora de Generación Y explicó las dificultades que impone el gobierno cubano al uso de la web y cómo los cubanos se las ingenian para llegar a la “internet sin internet”, por medio de memorias flash, y descargas repartidas en USB.
Se calcula que 9 millones de personas estuvieron siguiendo las discusiones a través de Twitter, uno de ellos fue el activista cubano Antonio Rodiles, quien viajó a Estocolmo junto a otros blogueros cubanos para participar en el Foro.
Desde su cuenta Antonio G. Rodiles @AGRodiles, el coordinador de Estado de Sats comentó que el analfabetismo tecnológico en Cuba es uno de los grandes daños que ha causado el totalitarismo y se pregunta cuántos años se necesitan para revertir este atraso.
A pedido de Emily Taylor, la moderadora del panel que giró en torno a la libertad de internet en el desarrrolo global, Yoani Sánchez explicó en los minutos finales de la clausura del Foro, las implicaciones de hacer ciberactivismo desde la disidencia.
Sánchez mencionó que en Cuba los blogueros son vigilados, seguidos en la calles, sus webs son atacadas y hackeadas con frecuencia, además de ser víctimas de represalias físicas que van desde los golpes hasta los arrestos y aclaró que hay diferencia entre los blogueros de la capital y los de las provincias, pues para ellos las consecuencias son perores, y la represión también.
La bloguera comentó que el gobierno cubano se ha perfeccionado en la batalla en la red, siendo el “asesinato de la reputación” el más común de los ataques.
“Lo más difícil no es pasar la noche en el calabozo o el golpe, sino ver como otras personas se alejan de los blogueros y tratan de evitar cualquier contacto. Es una especie de muerte social”, dijo Sánchez.
Al concluir Yoani pidió a la comunidad virtual internacional que tengan en cuenta que ayudar a los cubanos a tener una presencia online, es ayudarlos a protegerse. De manera que retuitear algo que un cubano suba a la red social, firmar una petición en change,org o sencillamente llevar a la isla algún “artilugio tecnológico", una laptop que ya no usen, un teléfono viejo, "hace que un cubano pase del silencio a la opinión”.
Una vez más la autora de Generación Y explicó las dificultades que impone el gobierno cubano al uso de la web y cómo los cubanos se las ingenian para llegar a la “internet sin internet”, por medio de memorias flash, y descargas repartidas en USB.
Se calcula que 9 millones de personas estuvieron siguiendo las discusiones a través de Twitter, uno de ellos fue el activista cubano Antonio Rodiles, quien viajó a Estocolmo junto a otros blogueros cubanos para participar en el Foro.
Desde su cuenta Antonio G. Rodiles @AGRodiles, el coordinador de Estado de Sats comentó que el analfabetismo tecnológico en Cuba es uno de los grandes daños que ha causado el totalitarismo y se pregunta cuántos años se necesitan para revertir este atraso.
A pedido de Emily Taylor, la moderadora del panel que giró en torno a la libertad de internet en el desarrrolo global, Yoani Sánchez explicó en los minutos finales de la clausura del Foro, las implicaciones de hacer ciberactivismo desde la disidencia.
Sánchez mencionó que en Cuba los blogueros son vigilados, seguidos en la calles, sus webs son atacadas y hackeadas con frecuencia, además de ser víctimas de represalias físicas que van desde los golpes hasta los arrestos y aclaró que hay diferencia entre los blogueros de la capital y los de las provincias, pues para ellos las consecuencias son perores, y la represión también.
La bloguera comentó que el gobierno cubano se ha perfeccionado en la batalla en la red, siendo el “asesinato de la reputación” el más común de los ataques.
“Lo más difícil no es pasar la noche en el calabozo o el golpe, sino ver como otras personas se alejan de los blogueros y tratan de evitar cualquier contacto. Es una especie de muerte social”, dijo Sánchez.
Al concluir Yoani pidió a la comunidad virtual internacional que tengan en cuenta que ayudar a los cubanos a tener una presencia online, es ayudarlos a protegerse. De manera que retuitear algo que un cubano suba a la red social, firmar una petición en change,org o sencillamente llevar a la isla algún “artilugio tecnológico", una laptop que ya no usen, un teléfono viejo, "hace que un cubano pase del silencio a la opinión”.
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