El “Caballo de Troya” a favor de la libertad dentro de la resolución del embargo

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En la Asamblea General de la ONU, por 27 años, la delegación de la dictadura cubana ha presentado una resolución para que los países miembros voten pidiendo el fin del embargo económico a la isla. Por supuesto, eso es un ejercicio en el aire, porque nadie, ni siquiera el presidente de EEUU, puede levantar esas sanciones económicas que, en realidad, se han relajado tanto que hace más de 20 años la isla puede comprar en EEUU alimentos, medicinas, equipos médicos, fertilizantes y otros muchos productos. Estas ventas han colocado a Estados Unidos dentro de los ocho primeros socios comerciales de Cuba. Pero año tras año, ya como una rutina estéril, los países vuelven a votar para que se levante el embargo a Cuba, pero lo que durante décadas había sido un trámite de sin oposición, fue este año un proceso diferente. La cancillería cubana se encontró por primera vez una extraordinaria maniobra diplomática de EEUU, que tuvo a los cubanos corriendo de un lado a otro, tocando las puertas de los países amigos, no porque el voto contra el embargo estuviera en peligro, sino por las 8 enmiendas presentadas por la delegación estadounidense con el objetivo de que fueran incluidas y discutidas dentro de la resolución de Cuba, una especie de Caballo de Troya. Las 8 enmiendas hablan de conceder a los ciudadanos de la isla libertad de expresión, y los derechos civiles, económicos y políticos, según las normas internacionales que rigen en los países libres. Las declaraciones previas a la votación del canciller cubano Bruno Rodríguez fueron erráticas ante el temor de que las enmiendas fueran aprobadas, una situación que dio por hecha cuando aún no había ocurrido.