El nacionalismo en materia de empresas conjuntas y las apabullantes demoras para aprobar los proyectos enfrían a los inversores.
El fracaso de Cuba en alentar las inversiones extranjeras está perjudicando su desempeño económico, y pone en peligro su objetivo de lograr un crecimiento sostenible, a menos que se realicen cambios, indicaron esta semana a la agencia Reuters expertos locales y diplomáticos.
El despacho señala que aunque el Gobierno comunista está implementando reformas a su sistema económico de estilo soviético, y supuestamente desea facilitar la llegada de capitales, los posibles inversores creen que el país aún no ha tomado medidas que lo hagan atractivo.
En una presentación de la que Reuters obtuvo una copia, Omar Everleny Pérez, director del oficialista Centro de Estudios de la Economía Cubana, puntuualizó que la cifra de inversión del gobierno y sus socios extranjeros en 2011, unos 4.300 millones de pesos, equivale a un 15,9 por ciento del Producto Interno Bruto, lo cual –dijo-- representa una mejoría comparada con años recientes, pero sigue estando muy por debajo de lo que el país necesita.
Entretanto, el promedio de inversión en la isla en los últimos años, equivalente a 13 por ciento del PIB, está aún lejos de la media de 23 por ciento en el resto de América Latina y el Caribe.
Everleny Pérez argumentó que sólo la inversión extranjera podría cerrar la brecha financiera que desde hace tiempo enfrenta el país. Apuntó que los países que han logrado emprender una senda de crecimiento y mejoramiento de su infraestructura y de las condiciones de vida de la población, han gozado de tasas de inversión no menores del 30 por ciento del PIB, con apoyos notables de la inversión extranjera directa.
Un plan de reformas anunciado el año pasado dio el visto bueno a la inversión extranjera y prometió una revisión del engorroso proceso de aprobación, pero diplomáticos consultados por Reuters dijeron que ha habido más promesas que cambios, y que muchos obstáculos a la inversión foránea siguen vigentes.
Una de esas fuentes lamentó que el Gobierno siga exigiendo una participación mayoritaria en todos los negocios conjuntos, sólo para presumir de que ninguna empresa extranjera posee un pedazo del país. El problema –señaló el observador—es que las compañías simplemente no están interesadas en participaciones minoritarias. "Los cubanos tienen un problema ideológico y no es el comunismo, sino el nacionalismo", agregó.
Otro diplomático de un país europeo dijo que incluso los acuerdos ya firmados languidecen debido a las dificultades para ultimar los detalles, bien por la falta de claridad del Gobierno, o por los cambios que quiere hacer.
"Hemos firmado un importante acuerdo hace tres años",se quejó otro diplomático de Asia, "y no ha llegado a ninguna parte".
El despacho señala que aunque el Gobierno comunista está implementando reformas a su sistema económico de estilo soviético, y supuestamente desea facilitar la llegada de capitales, los posibles inversores creen que el país aún no ha tomado medidas que lo hagan atractivo.
En una presentación de la que Reuters obtuvo una copia, Omar Everleny Pérez, director del oficialista Centro de Estudios de la Economía Cubana, puntuualizó que la cifra de inversión del gobierno y sus socios extranjeros en 2011, unos 4.300 millones de pesos, equivale a un 15,9 por ciento del Producto Interno Bruto, lo cual –dijo-- representa una mejoría comparada con años recientes, pero sigue estando muy por debajo de lo que el país necesita.
Entretanto, el promedio de inversión en la isla en los últimos años, equivalente a 13 por ciento del PIB, está aún lejos de la media de 23 por ciento en el resto de América Latina y el Caribe.
Everleny Pérez argumentó que sólo la inversión extranjera podría cerrar la brecha financiera que desde hace tiempo enfrenta el país. Apuntó que los países que han logrado emprender una senda de crecimiento y mejoramiento de su infraestructura y de las condiciones de vida de la población, han gozado de tasas de inversión no menores del 30 por ciento del PIB, con apoyos notables de la inversión extranjera directa.
Un plan de reformas anunciado el año pasado dio el visto bueno a la inversión extranjera y prometió una revisión del engorroso proceso de aprobación, pero diplomáticos consultados por Reuters dijeron que ha habido más promesas que cambios, y que muchos obstáculos a la inversión foránea siguen vigentes.
Una de esas fuentes lamentó que el Gobierno siga exigiendo una participación mayoritaria en todos los negocios conjuntos, sólo para presumir de que ninguna empresa extranjera posee un pedazo del país. El problema –señaló el observador—es que las compañías simplemente no están interesadas en participaciones minoritarias. "Los cubanos tienen un problema ideológico y no es el comunismo, sino el nacionalismo", agregó.
Otro diplomático de un país europeo dijo que incluso los acuerdos ya firmados languidecen debido a las dificultades para ultimar los detalles, bien por la falta de claridad del Gobierno, o por los cambios que quiere hacer.
"Hemos firmado un importante acuerdo hace tres años",se quejó otro diplomático de Asia, "y no ha llegado a ninguna parte".