El entonces presidente de Rusia ordenó investigar las actividades inconstitucionales de los comunistas, cerró sus cuentas bancarias y confiscó sus propiedades.
Boris Yeltsin prohibió el partido comunista en Rusia de un plumazo. El ukase número 79 del 23 de agosto de 1991, que firmó el presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, RSFSR, terminó con las actividades de los comunistas en la mayor y más poderosa de las repúblicas soviéticas.
Todavía no habían pasado ni 48 horas del rescate de Mijail Gorbachev, retenido en Foros, Crimea. El alcalde de Moscú, Gabril Popov, fue el primero que ordenó la clausura del edificio del comité partidista en la capital el 22 de agosto, y esa noche, miles de moscovitas removieron la estatua del fundador de la VCheka, Felix Dzerzhinski de su pedestal frente a la sede de la KGB. Ante el edificio del Comité Central del PCUS, los manifestantes pintaban con consignas anticomunistas las paredes exteriores del reciento.
El presidente Yeltsin llamó sin demora a una sesión del Soviet Supremo de Rusia y uno de los primeros documentos que firmó el 23 de agosto fue el decreto "Sobre la suspensión de las actividades del Partido Comunista de la Federación Rusa".
Como base del documento se tomó el apoyo que brindó esa organización partidista durante el golpe de estado y en especial a la junta que intentaba gobernar el país. El Ministerio del Interior y la Fiscalía de la Federación de Rusia recibieron el mandato presidencial para "llevar a cabo una investigación sobre los hechos de actividad anticonstitucional del Partido Comunista de la Federación Rusa". Yeltsin escogió una sesión del Soviet Supremo, donde estaba presente Gorbachev, quien desconocía los planes del presidente ruso.
El partido comunista de Rusia, como organización nacional dentro del PCUS, se creó en 1989, en medio de las aspiraciones de muchas entidades políticas para tener una estructura nacional. Hasta el momento, los rusos pertenecían al Partido Comunista de la Unión Soviética, a diferencia de sus correligionarios de las otras 14 repúblicas de la URSS no tenían una organización política nacional. Desde un inicio fue una entidad opuesta a la perestroika y a la elección de Yeltsin primero como presidente del Soviet Supremo de Rusia y después como presidente de Rusia.
Según el decreto firmando el 23 de agosto del 1991, el partido no estaba registrado en el orden establecido, apoyó al llamado Comité de estado de emergencia en la URSS (GKChP), que organizó el golpe de Estado, e intentó separar del poder al Presidente de la URSS. Recordaba el documento que el partido comunista y sus células regionales y provinciales intentaron durante el golpe formar comités de emergencias para apoyar al GKChP, lo que al criterio de Yeltsin constituía una flagrante violación de la ley de la URSS sobre asociaciones públicas.
También se les acusó de intervenir en la actividad judicial, impidiendo la ejecución del Decreto del Presidente de la RSFSR de 20 de julio de 1991, que estipulaba el cese de estructuras organizativas de los partidos políticos y movimientos populares en los organismos del estado, las instituciones gubernamentales y organizaciones de la Federación Rusa.
Yeltsin pedió en el decreto al Ministerio del Interior y a la Fiscalía que investigara las actividades inconstitucionales de los comunistas, y prohibió las actividades de ellos en el territorio ruso. Todas las cuentas bancarias de los comunistas fueron bloqueadas y sus propiedades pasaron al control de la fiscalía. Un día más tarde, también por decreto presidencial los archivos del partido comunista ruso quedaron bajo control del Estado. Y el 25 de agosto, Yeltsin firmaba un documento similar, pero ya relacionado con las propiedades del PCUS y sus actividades.
El ejemplo de Yeltsin lo siguieron los presidentes de Kazajistán y Moldavia. El presidente de Uzbekistán dijo que no podía seguir militando en el PCUS. En las repúblicas del Báltico detuvieron a los dirigentes comunistas y confiscaron todas sus propiedades. Una organización política, creada por Lenin a finales del siglo XIX, formada y forjada por Stalin, con 20 millones de militantes, desapareció de la noche a la mañana.Yeltsin, salido de sus filas, entendió que los comunistas no podían vivir dentro de las reglas de la democracia: ellos promueven la lucha de clases, buscan tomar por la fuerza el poder, y una vez controlado el poder instaurar la "dictadura del proletariado".
Todavía no habían pasado ni 48 horas del rescate de Mijail Gorbachev, retenido en Foros, Crimea. El alcalde de Moscú, Gabril Popov, fue el primero que ordenó la clausura del edificio del comité partidista en la capital el 22 de agosto, y esa noche, miles de moscovitas removieron la estatua del fundador de la VCheka, Felix Dzerzhinski de su pedestal frente a la sede de la KGB. Ante el edificio del Comité Central del PCUS, los manifestantes pintaban con consignas anticomunistas las paredes exteriores del reciento.
El presidente Yeltsin llamó sin demora a una sesión del Soviet Supremo de Rusia y uno de los primeros documentos que firmó el 23 de agosto fue el decreto "Sobre la suspensión de las actividades del Partido Comunista de la Federación Rusa".
Como base del documento se tomó el apoyo que brindó esa organización partidista durante el golpe de estado y en especial a la junta que intentaba gobernar el país. El Ministerio del Interior y la Fiscalía de la Federación de Rusia recibieron el mandato presidencial para "llevar a cabo una investigación sobre los hechos de actividad anticonstitucional del Partido Comunista de la Federación Rusa". Yeltsin escogió una sesión del Soviet Supremo, donde estaba presente Gorbachev, quien desconocía los planes del presidente ruso.
El partido comunista de Rusia, como organización nacional dentro del PCUS, se creó en 1989, en medio de las aspiraciones de muchas entidades políticas para tener una estructura nacional. Hasta el momento, los rusos pertenecían al Partido Comunista de la Unión Soviética, a diferencia de sus correligionarios de las otras 14 repúblicas de la URSS no tenían una organización política nacional. Desde un inicio fue una entidad opuesta a la perestroika y a la elección de Yeltsin primero como presidente del Soviet Supremo de Rusia y después como presidente de Rusia.
Según el decreto firmando el 23 de agosto del 1991, el partido no estaba registrado en el orden establecido, apoyó al llamado Comité de estado de emergencia en la URSS (GKChP), que organizó el golpe de Estado, e intentó separar del poder al Presidente de la URSS. Recordaba el documento que el partido comunista y sus células regionales y provinciales intentaron durante el golpe formar comités de emergencias para apoyar al GKChP, lo que al criterio de Yeltsin constituía una flagrante violación de la ley de la URSS sobre asociaciones públicas.
También se les acusó de intervenir en la actividad judicial, impidiendo la ejecución del Decreto del Presidente de la RSFSR de 20 de julio de 1991, que estipulaba el cese de estructuras organizativas de los partidos políticos y movimientos populares en los organismos del estado, las instituciones gubernamentales y organizaciones de la Federación Rusa.
Yeltsin pedió en el decreto al Ministerio del Interior y a la Fiscalía que investigara las actividades inconstitucionales de los comunistas, y prohibió las actividades de ellos en el territorio ruso. Todas las cuentas bancarias de los comunistas fueron bloqueadas y sus propiedades pasaron al control de la fiscalía. Un día más tarde, también por decreto presidencial los archivos del partido comunista ruso quedaron bajo control del Estado. Y el 25 de agosto, Yeltsin firmaba un documento similar, pero ya relacionado con las propiedades del PCUS y sus actividades.
El ejemplo de Yeltsin lo siguieron los presidentes de Kazajistán y Moldavia. El presidente de Uzbekistán dijo que no podía seguir militando en el PCUS. En las repúblicas del Báltico detuvieron a los dirigentes comunistas y confiscaron todas sus propiedades. Una organización política, creada por Lenin a finales del siglo XIX, formada y forjada por Stalin, con 20 millones de militantes, desapareció de la noche a la mañana.Yeltsin, salido de sus filas, entendió que los comunistas no podían vivir dentro de las reglas de la democracia: ellos promueven la lucha de clases, buscan tomar por la fuerza el poder, y una vez controlado el poder instaurar la "dictadura del proletariado".