Por qué le temen a Payá

El diputado del opositor Partido Nacional Jaime Trobo habla hoy, miércoles 8 de agosto de 2012, en el Parlamento, en Montevideo (Uruguay).

Payá nos dijo que lo más terrible de la sociedad cubana sometida a la tiranía era que con ella se practicaba el totalitarismo, la supresión del individuo y la castración de sus ansias de libertad.
El Frente Amplio impidió abruptamente, aplicando su mayoría parlamentaria y levantando una sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, la realización de un homenaje a Osvaldo Payá Sardiñas, líder opositor cubano fallecido recientemente.

La totalidad del Frente Amplio se desacomoda, pierde las referencias mínimas de tolerancia democrática, y actúa con la torpeza que les es propia a concepciones totalitarias, cuando aparece en el horizonte cualquier tema referido a Cuba y a los opositores a su dictadura.

Han dicho que su actitud se explica porque el Partido Nacional cuando solicitó la realización de la exposición de homenaje, no les informó que apoyaríamos las palabras con un video alusivo al homenajeado. Esa, dicen, ha sido la razón del arrebato y el atropello.

Debe saber el lector que desde hace años en múltiples exposiciones, de todo tipo, sobre proyectos de ley, en interpelaciones, conmemoraciones y homenajes variados, en la Cámara de Representantes se proyectan videos, se emiten grabaciones por la sola voluntad del legislador. Ello ocurre sin requerir ningún tipo de autorización y sin aviso previo a nadie, autoridad interna o partido político alguno, basta que el legislador se lo proponga, acuerda con el área técnica y se realiza la proyección del video, las fotografías o el audio.

Me he extendido en la explicación del procedimiento usual, indiscutido y practicado centenares de veces por parlamentarios de todos los partidos, porque desmiente la inconsistente, injustificada y caprichosa versión del Frente Amplio sobre sus razones para levantar la sesión e impedir el homenaje a Osvaldo Payá.

Que transgresión, a qué tipo de código o acuerdo no escrito significa pretender hacer lo habitual, lo corriente, lo que se hace todos los días en las mismas condiciones?
La diferencia a lo habitual es que el homenaje que el Partido Nacional quiere realizar es al patriota cubano Osvaldo Payá, opositor pacífico a la dictadura en su país, reconocido internacionalmente por su lucha por la Libertad y los Derechos Humanos y referente indiscutido de los reclamos democráticos y republicanos en el país que soporta la dictadura más antigua del planeta, Cuba.

La diferencia a lo habitual es que la sola visión de la imagen y la firma de un titán de la libertad le enrostra a los legisladores del Frente Amplio y a toda su fuerza política, la vergüenza de las concesiones que permanentemente tienen con una dictadura que los utiliza como escudo, como cortina para esconder detrás de esas complicidades la represión más perversa y prolijamente elaborada a todos quienes son disidentes y opositores.

La diferencia a lo habitual es que cualquier imagen, o cualquier sonido que se vincule a la lucha heroica por la libertad del pueblo cubano que quiere para su País nada más que apertura, dialogo, reconciliación y república, les enrostra la demanda de solidaridad que no son capaces de practicar ni de proclamar porque seguramente temen mas al rezongo del tirano que al peso de su conciencia.

La diferencia a lo habitual, en la Cámara de Representantes, está claro, es para el Frente Amplio que hay personas en el mundo de segunda clase, que no merecen derechos, que no son respetables como seres humanos y que deben esconder sus reclamos y que no merecen solidaridad.

Osvaldo Payá nos dijo alguna vez que lo más terrible de la sociedad cubana sometida a la tiranía era que con ella se practicaba el totalitarismo, la supresión del individuo y la castración de sus ansias de libertad. Que duro es que a Payá muerto, en el Uruguay pretendidamente democrático, un partido político que ejerce el gobierno y cuenta con mayoría parlamentaria, le impida el reconocimiento de quienes lo admiramos como millones en el mundo.

Le temen a Payá porque le temen a sus conciencias.