El tablero de juego para formar gobierno en España está muy complicado. A no extrañar la situación de no gobernabilidad que dejaron las elecciones generales de este último domingo; todo esto debido a la irrupción en el panorama político de dos formaciones que, si bien representan lo nuevo, son antagónicas.
Se avecina, por tanto, un sistema de coalición para poder investir un presidente. Y alguien, necesariamente, tendrá que dar su brazo a torcer.
Ya habló la ciudadanía, restándole al PP una significativa cantidad de escaños en el Parlamento que, en el 2011, sí consiguió este partido tradicional de derecha para gobernar con mayoría absoluta. Ahora, de seguir en el poder, tendrá que hacerlo con el congreso prácticamente en contra.
Está tan difícil el ajedrez que la suma de los partidos afines vencedores no alcanza para formar gobierno: Ni PP con Ciudadanos ni PSOE con Podemos.
Todo apunta a que se unan PP y PSOE, pero esto sería difícil de digerir, pues ellos representan la eterna alternancia, y cada uno “se la tenían jurada” al otro partido.
Algunos analistas recuerdan que en Alemania fue posible formar gobierno con una coalición de partidos diametralmente opuestos, y el país funciona. Pero es que en España hay demasiadas rencillas que parecen no tener cura, ni siquiera compartiendo ejecutivo. La herida de los dos bandos, republicanos y nacionales (o sea, rojos y azules) no está debidamente cerrada, por mucho que la gente diga que la transición fue modélica y que en democracia se limaron asperezas. No, señor, la crispación continúa ¡y de qué manera!
Una prueba de ello es el cara a cara que tuvieron Rajoy y Pedro Sánchez hace justamente una semana, en el que se dijeron cualquier cosa menos “alma mía”. Pero en sus manos está ahora la posibilidad de gobernar España si es que son capaces de dar un brazo a torcer.
El escenario en que, para formar gobierno, entre Podemos, sería posible solamente en coalición con el PSOE, pero creo que Felipe González, si es que todavía ejerce influencia, no lo permitirá. El ex presidente español y líder histórico del Partido Socialista Español alertó a los españoles de que no se fiaran nunca de políticos que asesoraron al gobierno chavista en Venezuela.
Si finalmente al PSOE le puede más la rabia y pasa olímpicamente del PP, y se une a Podemos, quien más beneficiados saldrán serán los separatistas catalanes. Esa es la condición que ha puesto Iglesias para formar gobierno: un referéndum para Cataluña.
El mapa político que dejaron las elecciones del domingo no sorprende tanto. Rojo en Andalucía, azul en el centro de España y nacionalista tanto en el País Vasco como en Cataluña. Lo que sí asusta es la fragmentación de escaños, un nuevo panorama que sin dudas provocaron los partidos nuevos, sobre todo Podemos, en cuyo programa populista se refugian muchos españoles de a pie. Avisados, eso sí, por Felipe González.