La esposa de Alan Gross, Judith, encabezó la tarde del domingo una vigilia junto a más de medio centenar de personas frente a la Sección de Intereses de Cuba en Washington para pedir la liberación del subcontratista estadounidense preso en La Habana desde hace tres años.
Portando velas blancas y pancartas que decían "Liberen a Alan Gross", las personas oraron por la excarcelación de Gross, quien cumple 15 años de prisión por distribuir medios de comunicación satelital, lo cual, según las leyes castristas, es ilegal.
Judith Gross aseguró que la manera de lograr que su esposo vuelva a Estados Unidos es que Washington y La Habana se sienten a dialogar olvidando las recriminaciones mutuas del pasado.
"Debemos hacer borrón y cuenta nueva. Lo que ha pasado o no entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos debe quedar atrás", dijo Judith.
Con la voz quebrada, leyó un correo electrónico que le envió la hija de la pareja, Nina, momentos antes de la vigilia frente a la Sección de intereses de Cuba, que se ubica a unas 20 cuadras al norte de la Casa Blanca.
"Al presidente (Barack) Obama y al presidente (Raúl) Castro les digo: necesito a mi papá conmigo", dijo Judith Gross al leer el correo de su hija.
Gross se encontraba en Cuba como subcontratista del gobierno estadounidense, por eso Washington "tiene el deber de traer a Alan a casa", agregó Judith, quien ha pedido a Obama enviar a un delegado de alto nivel para negociar con La Habana la liberación de su esposo.
"No descansaremos hasta que se haga justicia y Alan Gross regrese", dijo por su parte el legislador Chris Van Hollen, quien se comprometió a trabajar con el gobierno de Obama para tratar de liberar al subcontratista de 63 años, que ha perdido más de 45 kilos en prisión y sufre enfermedades crónicas.
"Liberen a Gross, liberen a Gross", corearon las personas, antes de orar y entonar canciones frente a la Sección de Intereses.
El gobierno de Obama insiste en que Cuba debe liberar inmediatamente y sin condiciones a Gross, caso que admite es el principal obstáculo para un acercamiento con el gobierno comunista de la isla, con el cual no tiene relaciones diplomáticas desde hace medio siglo.
Portando velas blancas y pancartas que decían "Liberen a Alan Gross", las personas oraron por la excarcelación de Gross, quien cumple 15 años de prisión por distribuir medios de comunicación satelital, lo cual, según las leyes castristas, es ilegal.
Judith Gross aseguró que la manera de lograr que su esposo vuelva a Estados Unidos es que Washington y La Habana se sienten a dialogar olvidando las recriminaciones mutuas del pasado.
"Debemos hacer borrón y cuenta nueva. Lo que ha pasado o no entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos debe quedar atrás", dijo Judith.
Con la voz quebrada, leyó un correo electrónico que le envió la hija de la pareja, Nina, momentos antes de la vigilia frente a la Sección de intereses de Cuba, que se ubica a unas 20 cuadras al norte de la Casa Blanca.
"Al presidente (Barack) Obama y al presidente (Raúl) Castro les digo: necesito a mi papá conmigo", dijo Judith Gross al leer el correo de su hija.
Gross se encontraba en Cuba como subcontratista del gobierno estadounidense, por eso Washington "tiene el deber de traer a Alan a casa", agregó Judith, quien ha pedido a Obama enviar a un delegado de alto nivel para negociar con La Habana la liberación de su esposo.
"No descansaremos hasta que se haga justicia y Alan Gross regrese", dijo por su parte el legislador Chris Van Hollen, quien se comprometió a trabajar con el gobierno de Obama para tratar de liberar al subcontratista de 63 años, que ha perdido más de 45 kilos en prisión y sufre enfermedades crónicas.
"Liberen a Gross, liberen a Gross", corearon las personas, antes de orar y entonar canciones frente a la Sección de Intereses.
El gobierno de Obama insiste en que Cuba debe liberar inmediatamente y sin condiciones a Gross, caso que admite es el principal obstáculo para un acercamiento con el gobierno comunista de la isla, con el cual no tiene relaciones diplomáticas desde hace medio siglo.