Al cumplirse los primeros 10 días del anuncio de la empresa Cubapetróleo de una reducción del suministro de gas licuado en el país, la crisis con el combustible se incrementa en las provincias del interior.
En la Isla de la Juventud las personas están haciendo colas desde la noche anterior, sin garantías de que alcancen el combustible, dijo a Radio Martí la residente en esa localidad Dayanis Salazar Pérez.
"Las personas están haciendo colas desde las 12 de la noche para comprar al otro día. Las colas son bastante extensas", explicó.
En la ciudad de Sancti Spíritus hay apagones. Una lata de carbón cuesta 50 pesos cubanos, y el saco 200, afirmó el ama de casa Yanela Lucía Reyes.
"Desde las 6 de la mañana nos hemos visto afectados con el apagón, y he tenido que cocinar con unos pedacitos de leña que he podido conseguir. Desgraciadamente no he podido cocinar más con gas", dijo Reyes.
La alternativa de utilizar los llamados "equipos de la revolución energética" en la provincia de Villa Clara es nula, porque no hay repuestos para repararlos, según informó el director de Santa Clara Visión Guillermo del Sol.
"Las colas son de cientos y cientos de personas en los puntos de gas", mientras las cocinas y otros aparatos eléctricos "están en pésimo estado", señaló Del Sol.
La ciudad de Camagüey todavía los privados están vendiendo carbón, pero muy caro, explicó Leydis Tabares. La activista teme que ante la escasez de otro tipo de combustible para cocinar, los cubanos tengan que recurrir a medidas extremas. "Vamos a tener que coger los marcos de las puertas y las ventanas como se hizo la otra vez", dijo en referencia a los años de período especial en la década del 90.
Residentes de la capital holguinera están marcando colas hasta con 72 horas de antelación y el gas que llega es insuficiente, dijo el periodista independiente Ramón Zamora. "Solo unos pocos son beneficiados", aseveró. En cuanto al carbón, los particulares que lo venden "lo tienen a un precio tan alto" que es preferible "ir al monte" a por leña para cocinar.
Guantánamo no está vendiendo gas licuado en los últimos días y la población ya no cuenta con las ollas arroceras, expresó el comunicador Anderlay Guerra Blanco. "Lo que les queda es regresar a la leña".
Las autoridades informaron que ante la actual crisis con el gas licuado solamente podrán garantizar el suministro a los centros que presenten servicios básicos a la población. La venta a los residentes consiste en una balita de 20 libras cada dos meses, y según la disponibilidad.