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Lluvias y vientos huracanados de Matthew rompen la calma en Baracoa


Las fachadas de los edificios en la línea de la costa han sido tapadas con madera y la mayoría de sus habitantes han preferido irse hacia terrenos más seguros.

Las fuertes lluvias y vientos del huracán Matthew, de categoría 4, han roto ya la calma que hasta hace solo unas horas reinaba en la ciudad de Baracoa, en el extremo más oriental de Cuba, uno de los territorios por donde se espera que azote con más fuerza la tormenta.

Olas de varios metros de altura ya han penetrado en el emblemático malecón de la localidad, situada en la provincia de Guantánamo y famosa por ser la primera villa fundada por los conquistadores españoles en la isla, según constató un equipo de la agencia de noticias EFE.

Tras tocar tierra en la mañana del martes en Haití -donde dejó dos muertos y otros cuatro en República Dominicana-, el huracán ha aumentado su velocidad a 17 kilómetros por hora y ha desviado ligeramente su trayectoria hacia el noroeste.

Los últimos pronósticos apuntan a que penetrará en Cuba entre Playitas de Cajobabo y la Bahía de Guantánamo, después de las 17.00 hora local (21.00 GMT), en el extremo sureste de Cuba.

Según los últimos partes meteorológicos, saldrá de Cuba sobre la medianoche en un punto entre los municipios de Moa y Banes, en la provincia nororiental de Holguín.

En Baracoa, la ciudad más grande por donde pasará Matthew, desde temprano se ha cortado el fluido eléctrico como medida de precaución ante el paso del intenso huracán y por sus avenidas transita un vehículo con altavoces, advirtiendo a los vecinos del peligro que supone subestimar un fenómeno de este tipo.

Tampoco es posible ya la conexión a través de Internet, aunque de momento se mantiene activa la comunicación de telefonía móvil.

Las fachadas de los edificios en la línea de la costa han sido tapadas con madera y la mayoría de sus habitantes han preferido irse hacia terrenos más seguros.

Otros, que habitan en casas más fuertes y más alejadas del mar, aguardan allí con paciencia; mientras algunos pocos todavía se aventuran a salir a las calles de la ciudad, que van quedando desiertas a medida que se intensifican las lluvias y las rachas de viento.

En las vías de acceso a la localidad, entre ellas el peligroso viaducto de la Farola, hace unas tres horas podía verse todavía a personas con enseres domésticos y maletas caminando apresuradas para ponerse a resguardo.

Tanto Guantánamo como las provincias orientales de Santiago, Holguín, Granma y Camagüey se encuentran en fase de alarma ciclónica desde el lunes y suman alrededor de 430.000 evacuados de zonas de riesgo potencial que, en su mayoría, han sido cobijados en escuelas e instalaciones estatales.

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