Dos mujeres preocupadas por la política exterior unen sus esfuerzos para exponer la preocupación por el futuro de Ucrania. La Secretaria de Estado, Hillary Clinton y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, publicaron en los diarios The New York Times y en The International Herald Tribune esas opiniones.
Ambas denunciaron el esfuerzo de las autoridades para presionar en las elecciones por sus candidatos, la tendencia autoritaria de un estado que se niega a reconocer los derechos de sus ciudadanos, y mantienen una “persecución selectiva” contra los opositores, recordando el caso de la ex premier Yulia Timoshenko. Reconocen el esfuerzo que hizo el país en momentos determinantes tras su independencia para integrarse a Europa, desarrollar un estado de derecho, pero hoy la realidad es otra. Ucrania esta entre las naciones más corruptas y el 70 por ciento de los jóvenes piensan en abandonar el país y fijar residencia en cualquier nación vecina europea.
Yulia Timoshenko es la gran ausente de las elecciones parlamentarias ucranianas de este domingo. Pero esta presente en cada conferencia de prensa, en cada intervención que hace el gobierno y debe responder a las interrogantes de los periodistas internacionales que acuden a la cita electoral. Veintidós partidos políticos están registrados en Ucrania para participar en las elecciones de este domingo.
El espectro político va desde los deportistas hasta los comunistas, pasando por nacionalistas, jubilados, socialistas, verdes, liberales y socialdemócratas. El campeón de boxeo profesional Vitali Klychko lanzo su plataforma política fuera del cuadrilátero y se presenta a las elecciones con una agrupación política cuyo nombre le va muy bien – Golpe o Udar en ucraniano, las iniciales de Alianza Ucraniana por Reformas Democráticas. Reconoce el campeón que su país es uno de los mas corruptos del mundo y se ha negado a formar alianza con otros partidos opositores.
Las personalidades en Ucrania son las que llevan a los grupos políticos, como fue el caso de Yulia Timoshenko, del propio Klychko o Natalia Korolevska, que encabeza el grupo socialdemócrata, junto al futbolista Andrei Shevchenko. Ahora la hija de Yulia Timoshenko, Evguenia Timoshenko, pidió en nombre de su madre votar masivamente este domingo para sacar a los que considera “mafiosos de Kiev”. El presidente Victor Yanukovich, quien no ha tenido un apoyo total en Moscú, intento controlar de nuevo la Rada o Parlamento en Ucrania. Muchos de los empresarios del este del país, donde habita la mayoría de los rusoparlantes de Ucrania no están muy de acuerdos con la gestión del gobernante. Los altos impuestos, una corrupción galopante y un clima sociopolítico desfavorable a las inversiones les hacen mirar nuevas avenidas y no al partido de las regiones, que lidera Yanukovich. De todos modos, el este, la zona minera del Donbass, prefieren al actual mandatario.
Al igual que hizo Putin en Rusia, las autoridades ucranianas han colocado cámaras web en los precintos electorales y permitió la presencia de observadores internacionales, en especial de la Unión Europea. No hay muchas esperanzas que un cambio drástico, como el vivido en la Revolución Naranja se aprecia de nuevo en el país eslavo, pero una verdadera coalición de las fuerzas opositoras puede que obliga al gobernante a recalibrar su política económica y social y hacerle imposible en buscar una reelección a lo Alexander Lukashenko o Hugo Chávez.
Las fuerzas de Yulia Timoshenko y el boxeador Klyshko pueden ser cruciales en la formación de un parlamento serio, donde no se repitan las escenas de broncas, puñetazos y paraguas, en medio de lluvias de huevos o gases lacrimógenos.
Ambas denunciaron el esfuerzo de las autoridades para presionar en las elecciones por sus candidatos, la tendencia autoritaria de un estado que se niega a reconocer los derechos de sus ciudadanos, y mantienen una “persecución selectiva” contra los opositores, recordando el caso de la ex premier Yulia Timoshenko. Reconocen el esfuerzo que hizo el país en momentos determinantes tras su independencia para integrarse a Europa, desarrollar un estado de derecho, pero hoy la realidad es otra. Ucrania esta entre las naciones más corruptas y el 70 por ciento de los jóvenes piensan en abandonar el país y fijar residencia en cualquier nación vecina europea.
Yulia Timoshenko es la gran ausente de las elecciones parlamentarias ucranianas de este domingo. Pero esta presente en cada conferencia de prensa, en cada intervención que hace el gobierno y debe responder a las interrogantes de los periodistas internacionales que acuden a la cita electoral. Veintidós partidos políticos están registrados en Ucrania para participar en las elecciones de este domingo.
El espectro político va desde los deportistas hasta los comunistas, pasando por nacionalistas, jubilados, socialistas, verdes, liberales y socialdemócratas. El campeón de boxeo profesional Vitali Klychko lanzo su plataforma política fuera del cuadrilátero y se presenta a las elecciones con una agrupación política cuyo nombre le va muy bien – Golpe o Udar en ucraniano, las iniciales de Alianza Ucraniana por Reformas Democráticas. Reconoce el campeón que su país es uno de los mas corruptos del mundo y se ha negado a formar alianza con otros partidos opositores.
Las personalidades en Ucrania son las que llevan a los grupos políticos, como fue el caso de Yulia Timoshenko, del propio Klychko o Natalia Korolevska, que encabeza el grupo socialdemócrata, junto al futbolista Andrei Shevchenko. Ahora la hija de Yulia Timoshenko, Evguenia Timoshenko, pidió en nombre de su madre votar masivamente este domingo para sacar a los que considera “mafiosos de Kiev”. El presidente Victor Yanukovich, quien no ha tenido un apoyo total en Moscú, intento controlar de nuevo la Rada o Parlamento en Ucrania. Muchos de los empresarios del este del país, donde habita la mayoría de los rusoparlantes de Ucrania no están muy de acuerdos con la gestión del gobernante. Los altos impuestos, una corrupción galopante y un clima sociopolítico desfavorable a las inversiones les hacen mirar nuevas avenidas y no al partido de las regiones, que lidera Yanukovich. De todos modos, el este, la zona minera del Donbass, prefieren al actual mandatario.
Al igual que hizo Putin en Rusia, las autoridades ucranianas han colocado cámaras web en los precintos electorales y permitió la presencia de observadores internacionales, en especial de la Unión Europea. No hay muchas esperanzas que un cambio drástico, como el vivido en la Revolución Naranja se aprecia de nuevo en el país eslavo, pero una verdadera coalición de las fuerzas opositoras puede que obliga al gobernante a recalibrar su política económica y social y hacerle imposible en buscar una reelección a lo Alexander Lukashenko o Hugo Chávez.
Las fuerzas de Yulia Timoshenko y el boxeador Klyshko pueden ser cruciales en la formación de un parlamento serio, donde no se repitan las escenas de broncas, puñetazos y paraguas, en medio de lluvias de huevos o gases lacrimógenos.