Cuba nombró este sábado a Manuel Marrero Cruz como primer ministro, en un proceso que ha sido desacreditado por el observatorio Transparencia Electoral, que monitorea y asesora elecciones en toda América Latina.
Leandro Querido, el director de esta ONG con sede en Buenos Aires, Argentina, dijo a RadioTelevisión Martí que en el contexto cubano el nombramiento del primer ministro, un cargo que estaba ausente desde hace más de 40 años, no es más que una "designación”.
“En los sistemas electorales de los sistemas políticos cerrados en donde no hay competencia, no hay elecciones transparentes, no hay productos legítimos, hay designaciones”.
Al proponerlo al resto de los diputados, el gobernante Miguel Díaz-Canel resaltó “la fidelidad” de Marrero “al Partido y a la Revolución”.
Para el politólogo, el proceso electivo en Cuba, al igual que el de la reforma de la Constitución y la reciente designación del premier, así lo confirman.
“Cuando vemos que todos los diputados por unanimidad eligen o designan a un funcionario, esto habla de un sistema político que no refleja ningún tipo de diversidad, de pluralidad, entonces tenemos un sistema cerrado y autoritario”.
“Desde Transparencia Electoral, indicó el analista, nosotros hicimos un informe que tiene que ver con las elecciones con integridad, que justamente son las elecciones que hay en regímenes democráticos. Uno de los temas que se plantea tiene que ver con el continuo estado de derecho que afiance los derechos humanos y la justicia electoral”.
Nada de esto ocurre “en Cuba porque no hay un estado de derecho, no hay división de poderes no se respetan los derechos humanos y la justicia electoral está en manos del único partido legalizado”.
Para el ejecutivo todo eso genera una profunda inequidad y elimina todo vestigio democrático.
Por otro lado, que los tres miembros principales de la Comisión Electoral Nacional sean nominados por el presidente de la República y elegidos por el Consejo de Estado o la Asamblea Nacional del Poder Popular, ambos bajo el control del partido comunista, refrenda la imposibilidad de la independencia necesaria del organismo.
“Por eso también se recomienda crear organismos electorales profesionales y competentes, apuntó el experto, en referencia al “árbitro electoral” , que es una figura muy importante en todos los procesos electorales democráticos, pero el árbitro electoral en Cuba siempre determina en favor de ellos mismos (del régimen), es decir el árbitro es parte del proceso, no es un actor independiente ni imparcial”.
“No tenemos competencia multipartidaria, no hay división de poderes, entonces no tenemos ninguna oportunidad de que se construyan en Cuba elecciones con integridad”, concluyó el politólogo.
El régimen también designó a los seis viceprimeros ministros, mientras que fueron ratificados en sus puestos 19 ministros, incluyendo Interior y Fuerzas Armadas.